Las expectativas de inflación de la zona euro entre los inversores de bonos abrieron el martes en un nuevo máximo de siete años, superando el objetivo del Banco Central Europeo con la subida de los precios del petróleo y los problemas de la cadena de suministro en todo el mundo.
Los precios del petróleo han alcanzado esta semana sus máximos de varios años, ya que la escasa oferta mundial y el fortalecimiento de la demanda de combustible apoyaron los precios.
Esto se suma a varios meses de elevadas lecturas de inflación en la zona euro y fuera de ella, lo que alimenta las especulaciones de que los estímulos del BCE frente a la pandemia son insostenibles.
Un importante indicador de las expectativas de inflación a largo plazo del mercado para la zona euro, el de las permutas financieras (o contratos 'swap') de inflación a cinco años, abrió el martes en el 2,0284%, su máximo desde septiembre de 2014 y por encima del objetivo del BCE del 2%.
"El aumento de los 'swaps' de inflación será un tema clave en la reunión del BCE del jueves", escribieron los analistas de ING en una nota. "El persistente miedo a la inflación está viendo cómo las expectativas se inclinan hacia políticas monetarias más estrictas, y cualquier paso atrás del BCE puede limitarse a los precios de los bonos a corto plazo".
Los rendimientos de la deuda pública de la zona euro, aunque relativamente sin cambios el martes, han subido mucho en las últimas semanas, ya que el aumento persistente de los precios al consumo ha dejado a los inversores con pocas opciones de valorar un endurecimiento de la política monetaria.
El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años, la referencia del bloque, ha subido 30 puntos básicos, hasta el -0,11% en comparación con el nivel de hace dos meses.
Hasta ahora, la mayoría de los rendimientos de la zona euro han subido más o menos en sincronía. Italia, uno de los países con calificación de deuda más baja de la zona del euro, ha visto cómo el diferencial de rendimiento de sus bonos con respecto al de Alemania se ha mantenido más o menos estable entre 100 y 110 puntos básicos.
Sin embargo, los analistas se preguntan si esto es sostenible, y la agencia de calificación S&P Global sugirió la semana pasada que la perspectiva de calificación positiva del país depende en parte de los apoyos del BCE.
"Los diferenciales soberanos son probablemente los más vulnerables en caso de que se produzca un cambio de enfoque hacia una reducción mayor de lo previsto de los programas de compra del BCE, tanto en tamaño como en flexibilidad", señalan los analistas de ING.
Entre la oferta prevista para el martes, Italia venderá en subasta un bono ligado a la inflación a 30 años, además de un bono nominal a tres años. Alemania y los Países Bajos también venderán deuda a corto plazo a través de subastas.