La mayor parte de la producción de alimentos se concentra en tan sólo un puñado de empresas en Argentina. Tres cuartos de la facturación total se distribuyen entre una veintena, que dominan la oferta y concentran poder para el fijar precio en la colocación de su producción.
En agosto la inflación fue del 51,4% interanual, pero los alimentos cerraron levemente por encima: 53,4%. La pérdida de poder adquisitivo por la escalada de los precios y los sueldos que corren por detrás por quinto año consecutivo generó malestar en la población, lo que se vio reflejado en el resultado de las PASO legislativa en el que salió derrotado el Frente de Todos.
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Ante las circunstancias de la concentración de la oferta, no resulta extraño que el aumento en los precios de alimentos y otros bienes de consumo masivo supere al incremento en el nivel general de precios, en la economía argentina. Si bien esta no es la causa determinante de la inflación, altera el proceso de competencia y otorga poder de mercado.
Específicamente en el rubro Alimentos y Bebidas, se observan casos donde una sola compañía concentra más del 70%, obteniendo una posición dominante en el mercado, de acuerdo a un informe de CEPA. Asimismo, en muchos casos esa única empresa adquiere una posición de privilegio en más de una docena de categorías de productos, lo que provoca que, como mínimo en la mitad, se asegure cierto poder de monopolio.
Resultados de la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares muestra que el rubro “Alimentos y bebidas” concentra el principal gasto dentro del presupuesto de las familias argentinas. Los hogares de menores ingresos destinan aún mayor proporción de su presupuesto a aquellos bienes de subsistencia cuyos precios se incrementan a mayor velocidad.
Estos grupos no sólo reúnen poder en la fase de producción, sino que la posición dominante se replica a lo largo de toda la cadena, en las fases de distribución y comercialización de los productos. La concentración en la producción de alimentos resulta ser un factor condicionante para la determinación de los precios, la disponibilidad de producción y el dominio en toda la cadena de producción y distribución de estos bienes.
Profundizando en los efectos, el incremento en los precios se traduce en un aumento en el valor de las canastas de consumo. Esto se traduce en una redistribución del ingreso desde los asalariados hacia los grupos oligopólicos que dominan la industria.
Arcor
A pesar de la pandemia, la alimenticia mostró una marcada recuperación de los resultados financieros en 2020, luego de dos años de significativas pérdidas registradas durante el gobierno de Cambiemos. Durante el primer semestre de este año, la compañía aumentó sus ingresos 10,3% a $ 119.796,5 millones. Esto redundó en un incremento de las ganancias netas en un 418% a $ 8.806,5 millones.
Arcor se destaca dentro del rubro alimentos secos, donde acumula 17,1% de la facturación total, relevó CEPA. Asimismo, posee una posición dominante en nueve segmentos: aceite, enlatados, galletitas, legumbres, aderezos, juegos en polvo, dulces.
Molinos Río de la Plata
Esta empresa controla los segmentos más representativos de la mesa de los argentinos: aceites, arroz y fideos. Al igual que Arcor, durante 2020, dio vuelta sus resultados luego de tres años de pérdidas.
En los primeros seis meses de este año vendió por $ 27.925,4 millones, lo que implicó un descenso marginal respecto a los $ 31.763,3 millones del mismo período de 2020. Las utilidades las mantuvo en niveles similares al registrar $ 998,2 millones netos.
Molinos Río de la Plata se sitúa en el podio en cuanto al número de categorías de productos alimenticios varios y lidera en: aceite (35%), arroz (32%) y fideos (73%). Además, tiene una participación importante en café, galletitas, harinas, pan de molde y yerba mate.
Con más de un centenar de años presente en el mercado, la empresa acaparó un 23% de participación en la canasta de consumo de alimentos de los argentinos. Asimismo, dispone de 15 marcas líderes.
En el mismo sentido, la empresa es importante en la cadena de distribución, ya que cuenta con una amplia llegada a las diferentes regiones de nuestro país pues cuenta con una amplia red de distribuidores. Además, ocupa las primeras categorías dentro de los productos ‘íconos del hogar’ en el mercado local.
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Ledesma
El comportamiento de los resultados de la principal azucarera del país resultó similar a los dos casos anteriores. Así, la compañía con números rojos en el trienio 2017-2019, logró recuperarse en 2020 a pesar del contexto de pandemia y repitió los números verdes en 2021. En el año fiscal finalizado en mayo, Ledesma ingresó $ 41.615,2 millones, un monto similar al previo. No obstante, las ganancias netas las disparó 375% a $ 5.202,5 millones.
Esta empresa posee una amplia gama de productos frecuentes en la mesa de los argentinos, entre los que se cuenta: azúcar, frutas y jugos, carnes y granos. En términos productivos, a compañía posee más de 40.000 hectáreas que, anualmente, se destina a la cosecha de caña de azúcar, el principal insumo de la misma. La gama de productos que se derivan de este insumo, refleja el máximo provecho que la empresa aprovecha al 100%.
Por último, debe destacarse la importante posición que la empresa posee en la producción de azúcar. Ledesma es la principal azucarera de Argentina y acapara 17% de la producción total.