La tasa de inflación británica registró un aumento récord el mes pasado para alcanzar su nivel más alto en casi una década, por encima de las previsiones de los economistas, aunque gran parte del impulso se debió a los precios de los restaurantes, artificialmente presionados a la baja hace un año por los subsidios del Gobierno.
Los precios al consumo en agosto subieron un 3,2% interanual, la tasa de inflación anual más alta desde marzo de 2012, y por encima del 2,0% de julio, dijo la Oficina de Estadísticas Nacionales.
Según los estadísticos, el efecto puntual del plan gubernamental "Eat Out to Help Out" (Comer fuera para ayudar), que durante un breve periodo de tiempo ofreció a los comensales un descuento en las comidas para ayudar a los restaurantes, muy castigados por la pandemia, desaparecerá de los datos del próximo mes.
Sin embargo, el Banco de Inglaterra sigue preparado para que a finales de año la inflación alcance el 4%, una tendencia que considera más persistente, aunque también, en última instancia, de provisional, debido al aumento de los precios de la energía y a los cuellos de botella derivados de la pandemia.
El aumento de 1,2 puntos porcentuales de la tasa anual de inflación en agosto supuso el mayor incremento desde que se iniciaron los registros detallados en 1997. Ninguno de los 37 economistas encuestados por Reuters había pronosticado unos datos tan elevados, y la mediana de las previsiones apuntaba a una inflación de los precios al consumo del 2,9%.
"Es probable que gran parte de este aumento sea temporal, ya que el año pasado los precios de los restaurantes y las cafeterías disminuyeron considerablemente debido al plan 'Eat Out to Help Out', mientras que este año los precios han aumentado", dijo el experto de la Oficina Nacional de Estadística Jonathan Athow.
El aumento de los precios del petróleo, los problemas de transporte marítimo mundial y la escasez de componentes para algunos productos, como los vehículos de motor, han contribuido a la subida de la inflación en muchos países, incluido Reino Unido.
El mes pasado, la inflación de la zona euro alcanzó su nivel más alto en 10 años, el 3%, aunque los datos del martes mostraron que los precios de consumo subyacentes de Estados Unidos aumentaron a su ritmo más lento en seis meses, lo que sugiere que la inflación puede haber tocado techo.
Los rendimientos de la deuda pública británica subieron tras los datos del miércoles, ya que los inversores aumentaron sus expectativas de subidas de los tipos de interés del Banco de Inglaterra el próximo año.
Un sondeo de Reuters entre economistas sugirió la semana pasada que el Banco de Inglaterra subirá los costes de endeudamiento a finales de 2022, antes de lo que se pensaba, mientras que los mercados prevén una primera subida para mayo.