La inflación de trabajadores alcanzó 5,1% en junio con riesgo de espiralizarse

En los primeros seis meses de 2024 la inflación acumula un 88.3%. En tanto, si se toma la variación interanual, la suba alcanza el 282.7%.

10 de julio, 2024 | 12.34

La inflación para los trabajadores, relevada a partir de los consumos de este segmento social, alcanzó en junio al 5,1 por ciento, mientras que el atraso cambiario atiza los riesgo de que la evolución de precios se espiralice. Respecto a mayo, la inflación de junio de las y los trabajadores se aceleró 0,4 puntos. "En los primeros seis meses de 2024 la inflación acumula un 88.3 por ciento. En tanto, si se toma la variación interanual, la suba alcanza el 282.7 por ciento", según la medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo y el Centro para la Concertación y el Desarrollo. 

"El gobierno está experimentando el momento de mayor tensión cambiaría desde que asumió en diciembre de 2023. El aumento de la brecha, el atraso cambiario y la no acumulación de reservas internacionales por parte del BCRA, hace que la posibilidad de una salida del cepo de forma ordenada sea menor. Esto, sumado a que el gobierno insiste con un crawling peg del 2 por ciento mensual, genera expectativas de una nueva devaluación que golpee el bolsillo de los trabajadores", destaca, por su parte, el informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

El relevamiento de la UNDAV advierte que "la brecha cambiaría se encuentra en el valor más elevado desde que asumió Milei y el atraso cambiario es es el más alto en los últimos 10 años"; lo que, una corrección en los precios del dólar derivará en un nuevo impulso al alza de los precios. 

De modo similar a los últimos cinco meses, la desaceleración de la inflación en junio estuvo asociada a dos factores: la estabilidad del dólar nominal (que volvió a subir en torno al 2 por ciento mensual), y que inflación internacional (precios de importaciones y exportaciones) mostró una tendencia declinante, en especial los precios en dólares de los cereales y oleaginosas, que tienen un gran impacto (directo e indirecta) sobre la inflación doméstica.

La inflación de junio estuvo motorizada por Vivienda (10,7 por ciento), principalmente por las subas de electricidad y gas. Por su lado, el rubro Transporte trepó 5,1 por ciento, destacándose alzas en subte y naftas. El resto de los capítulos subió: Comunicaciones (4,5 por ciento), Educación (4,4 por ciento), Recreación y cultura (3,7 por ciento), Otros (3,6 por ciento), Equipamiento del hogar (3,3 por ciento), Indumentaria y calzado (3,1 por ciento), Alimentos y bebidas (3 por ciento) y Salud (2,2 por ciento), según el informe de IET. 

En promedio, el ingreso per cápita familiar de los hogares se contrajo 15,1 por ciento interanual en el primer trimestre de 2024. Todos los estratos de ingreso perdieron contra la inflación, lo que augura una notable suba de la pobreza y la indigencia cuando el INDEC dé a conocer las mediciones en septiembre. 

Sin embargo, las caída fueron mucho más profundas en los estratos más pobres que en los más acomodados. En el decil 1 (10 por ciento de menores ingresos), el poder adquisitivo cayó 26,1 por ciento interanual, mientras que en el decil 10 (10 por ciento de mayores ingresos) un 11,3 por ciento. Es por ello que la desigualdad subió y alcanzó el mayor nivel desde 2008.

Esta situación está asociada a los ingresos laborales, que componen más del 75 por ciento de los ingresos de las familias y con la principal fuente de ingresos en todos los estratos sociales, incluso en los más pobres. Los ingresos del trabajo mostraron un patrón disímil entre los ocupados más vulnerables y los más pudientes: mientras que los ingresos laborales reales en el 10 por ciento más pobre se contrajeron 31,9 por ciento, la caída fue de un dígito en el 20 por ciento de mayores ingresos. 

"Esto se debe a que la recesión afecta proporcionalmente más los ingresos de los trabajadores menos calificados, por lo general más sujetos a trabajos precarios y con alta volatilidad en las horas trabajadas, que suelen ser muy procíclicas", afirma el IET.

"La combinación del ancla cambiaria del dólar oficial con una inflación internacional en bienes relacionados, directa o indirectamente, con el costo interno de los alimentos, condujo en junio a una baja inflación de alimentos. Sin embargo, la magnitud del ajuste de los precios regulados tuvo una influencia dominante, especialmente Vivienda, debido a los ajustes de tarifas de electricidad y gas, sumados a otros servicios privados como Comunicaciones y Educación, entre otros. Así el resultado final fue una nueva aceleración en la tasa de inflación mensual”, alerta Fabián Amico, coordinador del IET.