De acuerdo con el último informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), “la inflación de las y los trabajadores se ubicó en el 9,1% en mayo, acelerándose en 1,1 puntos porcentuales respecto a los registros de abril”.
El documento además advierte que “este valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad”.
Para el director general del CCD y exministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, “el aumento de este mes se debe a una suba importante en los precios regulados por el Gobierno, particularmente en algunas tarifas de los servicios públicos como electricidad y gas, que fue lo que provocó el aumento en el índice promedio a pesar de la desaceleración en la inflación que registraron nuestros especialistas en el sector de alimentos. Eso nos lleva a pensar que se pueden tomar medidas para compensar estas alzas de cara a los próximos meses”.
Según describen los analistas del IET “la inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, cifra que si se anualiza para el resto del año se transforma en un 132%. En tanto, la inflación interanual alcanzó al 115,7% y mostró la decimosexta aceleración consecutiva”.
“La inflación de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en electricidad y del 27% en gas producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A ello se suman los alquileres, que subieron 8,4%”, detalla el informe.
Asimismo, los especialistas destacan que “el resto de los capítulos subió por debajo del nivel general, aunque todos subieron por encima del 6%, algo que no se evidenciaba desde febrero de 1991, previo al Plan de Convertibilidad. Los alimentos y bebidas se desaceleraron y anotaron un 6,8%”.
"Hubo una caída de los precios internacionales de los alimentos y al caer esos valores se provoca un efecto deflacionario sobre los precios internos, en términos relativos, lo que significa que los precios crecen menos. A su vez, el tipo de cambio mayorista que es el que traduce los precios internacionales hacia el mercado doméstico, estuvo relativamente estancado", explicó el coordinador del IET, Fabián Amico.
Empleo y salarios
Por otra parte, el informe también se concentra en la composición del empleo en los últimos 20 años. “Tras haber pasado del 37,6% al 51,8% entre 2003 y 2015, el empleo asalariado registrado viene perdiendo peso dentro del total de la población ocupada. En 2022 dio cuenta del 46,4% del total, cifra similar a la de 2007-8. En contraste, vienen ganando peso el cuentapropismo (particularmente el femenino) y el empleo asalariado no registrado”.
El informe presta particular atención a un segmento del empleo asalariado no registrado poco analizado hasta ahora: “El de los trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia que, si bien no tienen acceso a vacaciones pagas o aguinaldo, aportan por sí mismos al sistema jubilatorio (por ejemplo, a través del monotributo). Este segmento viene ganando participación en el total de los asalariados no registrados: pasaron del 8% al 14% del total de este universo entre 2016 y 2022".
"El dato llamativo es que se trata mayormente de asalariados altamente calificados, con niveles de ingresos y pobreza mucho más parecidos a los asalariados registrados que al resto de los informales. Aquí se inscriben, por ejemplo, médicos que facturan a un empleador o mismo una parte de los trabajadores de plataformas como las de transporte y mensajería”, explicó el informe.