Con la inercia del mes pasado y la corrida cambiaria, la inflación se disparó nuevamente en abril, con foco en alimentos. El espiral de subas se profundiza y los temores por el doble dígito aumentan. En el primer trimestre, el incremento de los productos que componen la canasta básica rozó casi el 30% y la difusión del próximo informe de Indec genera preocupación luego de las remarcaciones "defensivas" por la suba del dólar blue.
La consultora Ecolatina calculó el aumento de precios de 6.000 bienes durables en la última semana, que coincidió con el aumento abrupto del tipo de cambio ilegal. La inflación de estas categorías fue, en promedio, un 6%.
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"¿Qué expresa esto? Que hay aumentos defensivos, reacciones apuradas a lo que se asume será el costo de reposición futuro en un contexto de inestabilidad cambiaria e incertidumbre política", destacó el informe. En este mismo sentido, desde Focus Market también realizaron un relevamiento sobre cómo impactó en los precios la cotización del dólar marginal.
Según el documento al que accedió este medio, el incremento del blue aceleró el precio de la indumentaria. Cuando el dólar estaba a $ 400, una remera costaba $ 16.000, y al cierre de $ 490 por cada dólar, la misma remera costaba $ 18.000, es decir, un 13 % de aumento. Para el caso de un pantalón de jean, pasó de los $ 37.999 a los $ 45.999, un 21 % de aumento.
Fuerte aceleración de los alimentos
En el caso de los alimentos, también un marcado temblor de precios. Un kilo de azúcar y un kilo de yerba mate tenían un precio de $ 319 y $ 850, respectivamente, previo a la corrida. Sin embargo, en medio de la disparada del billete verde ilegal, los precios escalaron a los $ 339 y $ 980. Es decir, aumentos de entre el 6 % y 15 % en cada caso.
Pero los ejemplos siguen. Un kilo de arroz y una gaseosa cola de 2,25 litros, costaban $ 388 y $ 460 cuando el dólar estaba a $ 400. Con un dólar a $ 490, el precio de los mismos productos subió a $ 439 y $ 490, respectivamente. Esto se traduce en un incremento de entre 13% y 6,5 % respectivamente.
Por último, el informe completó: "Si compramos un paquete de fideos tirabuzones por 500gr y 1 kilo de harina 000 con un dólar a $ 400, pagamos $199 y $220. Si queremos comprar los mismos productos con un dólar a $ 490, hoy cuestan $ 229 y $ 249, respectivamente. Es decir, aumentos de 15 % y 13 %".
MÁS INFO
De acuerdo a un informe de la consultora LCG al que pudo acceder El Destape, en la cuarta semana de abril la suba de precios de los alimentos promedió 1,78%, desacelerando apenas 0,2 puntos respecto a la semana anterior. Sin embargo, el dato más preocupante es que el índice de alimentos y bebidas presentó una disparada de 9,5% punta a punta en el mismo período.
La inflación minorista de marzo fue 7,7% mensual, tercer mes al hilo en aceleración, y alcanzó el registro más alto desde abril 2002. En tres meses, los precios minoristas acumulan una suba del 21,7% y en 12 del 104,3%. Si se confirman los pronósticos, abril repetirá o incluso podría empeorar un escenario ya sombrío.
Mientras suben los precios, empeora la nutrición en los barrios
A la par de la alta inflación en alimentos, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política (Isepci) difundió esta semana los resultados del Indicador Barrial de Situación Nutricional, con malos resultados. Se trata de "una experiencia de epidemiología en los territorios que tiene como objetivo construir Redes Barriales de Monitoreo Nutricional para la detección precoz de malnutrición en niños y adolescentes que viven en barrios populares de la Argentina", señalaron desde el instituto.
El monitoreo se realizó durante octubre y diciembre 2022, y fueron censaron más de 48.000 niños y adolescentes de 0 a 18 años en 1.456 comedores/merenderos de 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. El total de personas relevadas fue dividido en cuatro categorías: Lactantes (3.880 niños de 0 a dos años), primera infancia (15.887 niños de entre 2 y seis años), Segunda infancia (14.832 niños de seis a 10 años) y adolescencia (12.909 adolescentes de 10 a 18 años).
De acuerdo al Isepci, la primera infancia fue el grupo con menor porcentaje de malnutrición (28,4%). Dentro de este universo, se detectó un 12,7% de personas con sobrepeso, un 12,8% con obesidad y un 2,9% con bajo peso.
La segunda infancia presentó valores superiores de malnutrición (48,3%), con preeminencia del sobrepeso (19,4%), seguido por la obesidad (27%) y el bajo peso (1,9%). Por último, la adolescencia arrojó un resultado negativo del 45,5%, con un nivel de sobrepeso del 22,6%, una obesidad del 20,3% y un parámetro de bajo peso del 2,6%.