La inflación de abril fue la más alta en 20 años, pero el sector privado apunta a diversos factores que pueden llevar a que el índice de mayo sea todavía peor. Al mismo tiempo que el ministro de Economía, Sergio Massa, se prepara para oficializar una batería de medidas, consultoras y privados apuntan al efecto de la corrida cambiaria, las subas en tarifas reguladas y la importancia cada vez mayor de las expectativas en la suba de precios.
El índice de abril fue mayor a lo esperado originalmente tanto por el Gobierno como por las consultoras. El 8,4% significó un récord no visto desde el 10.4% de abril de 2002, a la salida de la Convertibilidad. Las mayores subas volvieron a verse en indumentaria (10,8%), alimentos (10,1%), restaurantes y hoteles (9,9%) y hogar (8,6%).
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Sin embargo, el sector privado considera que la inflación de abril fijó un piso en el 8% y que, por lo tanto, la de mayo puede ser aún mayor, para redondear un semestre de aceleración consecutiva. Incluso, algunas como Analytica ya afirman que estará por encima del 9%.
De este modo, el índice de este mes representará un problema político para el Gobierno, ya que se dará a conocer el 14 de junio, solo diez días antes del cierre de listas y en momentos en los que Sergio Massa insinúa que puede ser candidato con sus declaraciones sobre las necesidad de que no haya internas en el Frente de Todos.
El traslado a precios de la corrida cambiaria no terminó
Un factor de peso en la inflación de mayo será el traslado a precios de la corrida cambiaria de fines de abril. Cabe recordar que la disparada del MEP, el CCL y el dólar blue se produjo mayormente entre el 21 y el 25 de abril, por lo que cualquier remarcación que se haya producido después de cinco días quedará para ser ponderada el mes siguiente.
Camilo Tiscornia, de la consultora C&T, señaló a El Destape que la mayoría de la corrida cambiaria impactará recién en el índice de mayo, y que, en ese sentido, "mucho de la inflación de mayo va a ser por la corrida".
"Es un continuo, no es algo discreto de un momento solo que queda encapsulado en la cuarta semana de abril. No, después eso genera efectos de propagación. Parte de la de inercia (se trasladará) de fines de abril a inicios de mayo por el efecto de la incertidumbre financiera de esos días", explicó al respecto Sergio Chouza, de la consultora Sarandí.
Las subas en tarifas reguladas
Otro factor que puede llevar a que el índice de mayo sea más alto al de abril es la gran cantidad de subas en precios regulados, la categoría que precisamente el mes pasado había nivelado el índice a la baja, con "solo" un 4,9% de aumento. En contraste, los precios estacionales subieron en abril un 12,4% y la inflación núcleo un 8,4%. "Las tarifas van a ser lo más gravitante en la inflación de mayo", consideró Chouza.
Este mes registró precisamente subas en unas diez tarifas reguladas. Varias de ellas son clave por tener efecto multiplicador e impactar así sobre otros rubros de la economía. Por ejemplo, los combustibles, que tendrán un aumento pautado del 4%; las tarifas de luz y gas, con subas de un 25 a un 50%; y el transporte en el AMBA, que aumentará un 7,7% indexado a la inflación de marzo.
A ello se le suman subas en otras categorías reguladas como las prepagas, los colegios privados, los alquileres, los peajes y el subte en CABA, el salario de las empleadas domésticas y la tasa de interés de la financiación de las tarjetas de crédito.
La inflación en alimentos y el factor dólar
Un tercer factor a considerar es el dólar en diferentes versiones que van más allá de la corrida cambiaria de abril. Por un lado, señaló el CEPA, el dólar alcanzó en abril un ritmo devaluatorio de solo el 6,5%, es decir, de casi dos puntos menos que la inflación.
Esto podría significar que el crawling peg deba acelerarse en mayo para recuperar parte de lo perdido, siguiendo la presiones devaluatorias del acuerdo con el FMI. Este domingo, Economía informó de forma ambigua que el Banco Central "administrará" el tipo de cambio durante mayo, un eufemismo para indicar que acompañará la inflación en alza.
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La consultora LCG registró también una fuerte alza en los precios de los alimentos, que la segunda semana de mayo fue del 3,6%, la más alta en el último año. El riesgo para mayo, en este rubro, es el efecto que pueda tener la implementación del dólar agro. "Este problema atraviesa al conjunto de productos de las economías regionales, que, a pesar del requisito de complimiento del programa Precios Justos (requerido para acceder al dólar diferencial), puede tensionar sobre precios", explicó el CEPA al respecto.
Las expectativas de inflación
Pero el factor seguramente más preocupante por el que es probable que mayo muestre una inflación superior a la de abril es la incidencia cada vez mayor de las expectativas inflacionarias.
"Las expectativas de inflación parecen ser las que sostienen registros cada vez más elevados de inflación mensual. Ni los programas de controles de precios, ni una actividad empujando muy débilmente, ni salarios perdiendo la carrera contra los precios ayudan a frenar la inercia y los remarcamientos de precios que se dan en una economía cerrada. Ciertamente las correcciones parecen darse en plazos cada vez más cortos", explica LCG.
Con este factor como elemento de riesgo para una progresiva espiralización, tanto C&T como LCG y Chouza señalan que el 8% es un piso para mayo.