En la carrera de Economía, muy tempranamente --porque luego se enseña la comprobación y sus contrapesos-- se estudia la teoría de la "Curva de Phillips", que presupone que a mayor inflación menor desempleo--; a partir de que los salarios perdían tanto poder adquisitivo que la población británica (estudiada por el autor William Philips) dejaban de busca trabajo. La teoría política moderna nos mostró que puede paliarse esa situación para poder evitar que los altos niveles de inflación no sean un desincentivo al trabajo.
La posibilidad de mantener niveles de inflación y mantener el desempleo bajo fue la consigna keynesiana de las décadas siguientes. Se hizo a partir de refuerzos en los ingresos, con subsidios, bonos, retoque de impuestos y salario indirecto (transferencias al transporte). En los dos meses recién cumplidos del mandato del libertario Javier Milei los salario perdieron en mensualizado a febrero, un cuarto de su poder adquisitivo, la inflación vuela en 25 por ciento, quita salario indirecto en el transporte y busca congelar los ingresos de referencia. Con la Curva de Phillips, Milei busca desterrar cualquier intervención keynesiana y, si es necesario, aumentar el desempleo y generando millones de excluidos.
Lo dijo en campaña
Milei lo anunció y lo está cumpliendo. No llegó siquiera a los 100 días de gestión (van 60) y ya terminó por destruir --aunque esto recién empieza-- los salarios formales de la economía. Todavía restan los datos de enero, dónde se reflejará de lleno el impacto de la devaluación que realizó el Gobierno a 48 horas de asumir. Sin embargo, ya en diciembre el efecto de la remarcación, menos la de salarios, estaba precalentando a lo que será un 2024. Ya lo dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, se vienen tiempos muy difíciles.
En diciembre último --ya con devaluación del 53 por ciento del peso--, el Índice de salarios se incrementó 8,9 por ciento mensual y 152,7 por ciento interanual; todo medido en términos nominales. El crecimiento mensual se debe a subas de 11 por ciento en el sector privado registrado, que suele lograr mejor paritarias; 5,5 por ciento en el sector público, que Milei busca congelar, y 7,6 por ciento en el sector privado no registrado, al que apunta este Gobierno como objetivo.
Las medidas impulsadas, primero por decreto de necesidad y urgencia, y luego a través de un proyecto de ley que enviará a extraordinarias --según lo ya visto en el DNU-- busca profundizar la informalidad laboral. Una cuenta sencilla: sube la informalidad, se realiza un mayor ajuste por menor recaudación, cae la actividad y sube el desempleo. En el medio, los empresarios acuerdan salarios de hambre y la Argentina consigue la competitividad tan reclamada en los últimos tiempos. A esta suba nominal de los salarios, para entender el problema de pauperización de los ingresos, basta con cotejarlo con la inflación. El nivel general de precios al consumidor registró en diciembre un alza mensual de 25,5 por ciento en diciembre y acumuló una suba de 211,4 por ciento en los doce meses de 2023. .
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Por encima del promedio estuvieron bienes y servicios varios (32,7 por ciento), producto de las subas en artículos de Cuidado Personal. Le siguieron Salud (32,6 por ciento), impulsada por las variaciones en medicamentos y medicina prepaga; y Transporte (31,7 por ciento), por los incrementos en combustibles. La división con mayor incidencia en todas las regiones fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (29,7 por ciento), de acuerdo con las cifras del INDEC. Este es el aumento que iba a ir a la "casta".
En solo un mes de asumir, Caputo impuso una suba en el el precio del dólar 118 por ciento sin ningún paracaídas para la clase de menores ingresos. Es la mayor devaluación y salto a precios desde meses previos a la toma por asalto del gobierno cívico-militar de los setenta y, hubo también. Los anteriores gobiernos democráticos, incluyendo a Macri, trataron tirar una red de contención, aunque en este caso en particular más para ganar una elección que como política económica. De hecho, lo que vino después de la medida de Caputo fue más apriete a esos sectores.
"Luego del salto cambiario del 118 por ciento decidido por el presidente Milei, el salario real cayó un 13 por ciento en un mes. En pesos constantes, significa retroceder a valores salariales similares de mayo de 2005. Esta caída es una de las más importantes de la serie, que arranca en julio de 1994. En diciembre de 2023 el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), muestra que el #salario promedio perdió un 37 por ciento de su valor respecto diciembre 2015, destaca un informe de OIPEx, un colectivo comprometido de estudio y el seguimiento de la política exterior. Y se espera otros salto en el tipo de cambio de 25/30 por ciento en marzo/abril.
"La caída registrada en tan sólo un mes sólo es equiparable con aquella registrada en diciembre de 2001, cuando la crisis de la Convertibilidad hundió los salarios de los #trabajadores. La caída no fue mayor debido a las #paritarias de algunos #gremios como los bancarios, posteó el organicismo en la X (ex Twitter). La entidad señala que "si el gobierno decide continuar con la política de ajuste sin ninguna compensación para los trabajadores, la dinámica podría llevar a perforar mínimos históricos del salario de los trabajadores". En resumidas cuentas, cada vez va a ser menos conveniente trabajar si solo alcanza para pagar el colectivo que te lleva a realizar tus tareas.
Y ni siquiera está preparada la cartera de Capital (Des) Humano, que compone Santra Pettovello, que aporta su grano de arena recortando subsidios a los que más díficil se les hace vivir. Todo esto con el mismo recetario, sin anticipar que desenlace será una crisis profunda en la industria y el comercio, con un impacto profundo en los social y económico. Pero mientras la maquinita de remarcar siga siendo negocios, frenar la inercia va estar difícil. En muchas ocasiones se habló del déficit y de la emisión como causantes de la inflación. Vamos por dos meses en los que ya se habla de superávit hasta financiero (es decir, incluyendo el pago de deuda), no emitió una moneda y la inflación vuela a 20 por ciento mensual.
Volvieron la Curva de Phillips, el desenlace, si es que se eligió como variable a cuidar la rentabilidad de las empresas --o lo que es lo mismo, precios libres, como en el caso de las prepagas--, el desenlace será un mayor desempleo, alimentando el círculo vicioso que antes mencionábamos.
El deterioro no es de último mes ni excluyente de Milei, aunque buena parte de su equipo tiene injerencia en esa situación. Se inició en 2005, pero las paritarias y el convenio del salario mínimo trataba de empardar la situación. Sólo año pasado, los salarios perdieron casi 60 puntos respecto de la disparada de precios de los últimos meses. Con el macrimo se perdieron 25 puntos de poder adquitivo y se suman otros 10 puntos de la administración anterior. El 2023 se presentaba como un año de recuperación de salarios, pero los ingresos terminaron 152,7 por ciento interanual, mientras los precios se dispararon 211,4 por ciento.
Dentro del promedio se encuentras los trabajadores estatales, con un 5 por ciento mensual en diciembre de aumento, perdiendo 20 puntos. A pesar de ello. el Ejecutivo congeló por decreto las paritarias estatales.
Las medidas de Milei están mostrando su peor cara. Según la Encuesta Permanente de Hogares del INBDEC, con datos de la CEPAL, el número de desocupados se desplomó en un 43,9 por ciento y los inactivos en un 83,5 por ciento. Sin embargo, en términos de participación en la población económica activa, los ocupados representan el 40,9 por ciento contra el 4 por ciento de desocupados.
El modelo de informalidad de Milei también está bastante claro. De acuerdo con el El Centro de Innovación de las Trabajadoras y los Trabajadores (CITRA), se denomina "fragilidad laboral a la distancia entre las condiciones deseables de la dinámica del mercado de trabajo y aquellas efectivamente vigentes", En contraposición, podría decirse, agarrar lo que haya y lo que venga en un contexto de crisis.
"No sólo es relevante contar con empleos suficientes para absorber a la población activa, sino también que estos se encuentren en línea con las normas legales vigentes y sean capaces de brindar a las y los trabajadores y sus familias los ingresos necesarios para acceder a nivel de vida considerados básicos, en el marco de una distribución equitativa de los ingresos salariales", detalla el informe. La política actual busca exactamente lo contrario, un esquema de política rotundamente bajo.
El Índice de Fragilidad Laboral urge como un indicador compuesto y multidimensional que sintetiza tres dimensiones o sub-fragilidades: (a) déficit de empleo (DE), definido como el grado de escasez de puestos de trabajo; (b) precariedad laboral (P), entendida como la calidad de la estructura de puestos de trabajo disponibles; y (c) pobreza e ingresos, que mide el poder de compra de los ingresos familiares en relación con la línea de pobreza y su distribución.