Inflación cero: la letra fina del plan de Milei que lo vuelve imposible

El Presidente declaró que el objetivo de esta segunda etapa es “destruir la inflación”. Analistas económicos explicaron a El Destape por qué el contexto económico actual hace imposible llegar a esa meta. 

23 de julio, 2024 | 00.05

El presidente Javier Milei aseguró que uno de los próximos pasos de su plan económico es que la inflación mensual sea cero. En la inauguración de la segunda etapa del programa que lleva adelante el ministro Luis Caputo, el objetivo es que la emisión monetaria y la suba de precios desaparezcan por completo, como paso previo a la salida del cepo cambiario. Sin embargo, las variables de la inmaculada macroeconomía lejos están de arribar a una inflación inexistente, que igualmente traería implicancias graves para una economía deprimida.

El Banco Central (BCRA) implementó desde este lunes su nueva política monetaria de “emisión cero”, anunciada por el presidente de la entidad, Santiago Bausili, y el propio Caputo, el pasado 28 de junio. Esta política se puso en marcha junto con la emisión de las Letras Fiscal de Liquidez (Lefi), títulos de deuda del Tesoro. La estrategia del Gobierno es transferir la deuda del Banco Central al Tesoro y así transmitir el mensaje de “emisión cero”. Esto significa que la entidad no imprimirá más pesos para financiar la renovación de los pasivos, que son aproximadamente $20 billones.

Milei declaró que el objetivo de esta etapa es “destruir la inflación”. Algo que aclaró al destacar que una de las condiciones para avanzar a la siguiente fase del plan económico -que incluye la eliminación del cepo- es que los aumentos de precios converjan con el crawling peg (micro devaluación diaria) que actualmente es del 2% y luego decaigan al cero.

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Misión imposible

En diálogo con El Destapeel economista jefe de la consultora FIDE, Pedro Gaite, afirmó que "no hay muchos países que tengan esas metas de inflación, es una expresión de deseo". Según su mirada, "hoy es muy lejano" porque "hay distorsión de precios relativos, restan varios aumentos de tarifas, la inercia que continúa por puja distributiva, precios indexados, y el riesgo cambiario". Además, consideró que "el crawling peg del 2% mensuales es insostenible y está en el horizonte la salida del cepo, que subirá el tipo de cambio". por lo cual "la inflación de corto plazo se estancará poco y cuando se salga del cepo, implicará un nuevo rebote inflacionario".

Por su parte, la economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) Aldana Denis afirmó que el margen para continuar la desaceleración depende de varios factores, como los precios regulados y el impuesto PAIS. En cuanto a los regulados, el margen "vendría de la postergación en el aumento de tarifas, sosteniendo los subsidios. Acá el interrogante es cuánto comprometería eso al frente fiscal". En el caso del impuesto PAIS, "Caputo anunció una baja de la alícuota en septiembre y su eliminación en diciembre, esto podría impactar sobre la inflación mayorista -también con el interrogante del impacto fiscal, dado que es uno de los pocos tributos que compensa el desplome de aquellos asociados a la actividad económica-". 

De acuerdo a un informe de la consultora LCG -que tiene como punto de comparación un promedio del año 2019, el año que muestra un pico en los precios de tarifas y un sustancialmente menor desajuste de precios relativos-, las tarifas de gas y electricidad se encuentran un 34% y 24% por debajo, en cada caso, mientras que el transporte público profundiza esta diferencia, ubicándose a un 35% de la variación del índice en estos casi cinco años. Este valor, cuando se incluye los combustibles (transporte completo), reduce la diferencia con el año 2019 y se ubica a solo 8% de ese momento. Agua, prepagas y combustibles se ubican por encima de la variación del IPC general de CABA.

Para Ana Rameri, coordinadora del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, "la fantasía de Milei de alcanzar inflación cero evidencia su fundamentalismo monetarista y la escasa comprensión de la economía en general y, muy especialmente, la Argentina".  Las causas actuales de la inflación "obedecen especialmente a razones políticas, es decir, a la disputa por el excedente económico entre los distintos actores de una economía y la principal estrategia del poder económico local por neutralizar eventuales mejoras salariales".

"La recesión que tiene a la industria funcionando al 57% de la capacidad instalada y la caída del mercado interno, que es aún más profunda que la del producto, son la única fórmula que pudo diseñar el gobierno como plan antiinflacionario. Esta débil estrategia es más antipopular que antiinflacionaria si consideramos que la inestabilidad en el plano cambiario pone en riesgo la expectativa de una desaceleración rápida por la presión devaluatoria a cargo de los grandes productores y agroexportadores. Los escasos dólares que se retuvieron en el BCRA fueron a costa de engrosar la deuda comercial, que ya supera los USD 11.000 millones", analizó Rameri.