Las frutas y verduras tienen un recargo de hasta el 300 por ciento en verdulerías y supermercados. Esta es la conclusión que se deriva al conocer el listado de sus precios en el Mercado Central, difundida días atrás por los operadores y productores de este establecimiento aglutinados bajo la Cámara de operadores mayoristas de frutas y hortalizas (COMAFRU).
Según señala a El Destape Claudio Balbuena, tesorero de esta Cámara, “los datos que comunicamos se basan en el Departamento de relevamiento del Mercado Central, que se basa en un promedio de los precios relevados, pero los mismos no se difunden, lo cual es funcional a los remarcadores de precio”.
En este sentido, Balbuena tomó los precios del supermercado Coto para contrastar los precios, y señaló que “la batata, que la tenemos a 35 pesos el kilo, en Coto cuesta 90, la cebolla, que vendemos a 35 pesos el kilo, Coto la cobra 120, la acelga, que vendemos a 30 pesos el paquete, Coto la cobra 119, mientras que la papa, que cuenta 20 pesos en el Mercado, Coto la tiene a 49”.
Otros de los precios que informa Balbuena, son “la naranja que vendemos a 25 pesos, pero cuesta cerca de 90 pesos al público, la lechuga capuchina a 33 pesos el kilo, nadie la vende a menos de 100, mientras que la criolla que cobramos 44 pesos el kilo, está en el programa de precios acordados a 180”.
En este sentido, desde COMAFRU afirmaron que “señalar que el sector frutihortícola es inflacionario es una falacia”, y adjudican una de las razones de las subas de precios a la falta de información por parte del Mercado Central, ya que, agregan “lamentablemente la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires incumple una de las funciones públicas por la que fue creada, como es publicar periódicamente un exacto relevamiento y análisis de precios”, y que “su área de prensa no cumple debidamente su función y no informa cómo debería hacerlo”.
Así, esta cámara difundió los precios a los que puede conseguirse la fruta y verdura en este establecimiento, agregando que, con un margen de ganancia razonable, debería estar al público incluso por debajo de los precios acordados por el gobierno, que incluyen la papa negra a 49 pesos el kilo, la cebolla a 69, el tomate redondo a 199, la lechuga criolla o capuchina a 160, y la manzana Royal Gala a 180.
De hecho, plantean que el precio del tomate se vende en el Mercado Central a 130 pesos el kilo, por lo que con el margen minorista razonable debería llegar al consumidor final a un precio de 170 pesos el kilo, “siempre y cuando sea de primera calidad, un tamaño grande y su maduración correcta”. Lo mismo sucede con la cebolla, afirman, pues el costo al comerciante por kilo es de 30 a 35 pesos, “por lo que el precio que debería llegar a los hogares es desde 45 a 49 pesos”.
En tanto, la lechuga capuchina, que se vende a un precio mayorista de 33 pesos el kilo, “por ser altamente perecedera el porcentaje de remarcación debe ser mayor, pero el precio que debe pagar el consumidor es de 80 pesos el kilo”, mientras que la manzana variedad Royal Gala, cuyo precio es de 75 pesos para el comerciante “debería llegar a la mesa de los consumidores a 120 pesos el kilo.”
También, listaron otros precios como naranja a 25 pesos el kilo, por lo que con el margen minorista razonable debería llegar al consumidor final a un precio de 40 a 60 pesos el kilo, batata de 25 a 35 pesos el kilo, que debería llegar al consumidor final a un precio de 45 a 60 pesos el kilo, y el morrón verde a 100 pesos el kilo, la berenjena de 40 a 50 pesos el kilo, el choclo de 40 a 45 pesos el kilo, la palta verde de 20 a 30 pesos la unidad, la mandarina de 38 a 42 pesos el kilo, el limón de 30 a 40 pesos el kilo, y las peras a 70 pesos el kilo.
De acuerdo a Balbuena, “estos son precios de mercadería de primera” y puesto a opinar sobre la diferencia con los comercios minoristas, señala que si los mismos se encuentran en línea con la ganancia razonable, “es por lealtad comercial y por empatía y dignidad, ya que ninguna verdulería, pese a que por marketing haga referencia al Mercado Central, está directamente vinculada, pues ningún productor produce todo lo necesario para abastecer una verdulería.
Por su parte. Néstor Lombardi, presidente de la Cámara Argentina de la Actividad Frutihortícola, plantea a este medio que el mercado de frutas y verduras es de casi competencia perfecta, por lo que la oferta es variada y sin jugadores que formen precios, aunque plantea que para el invierno la producción sube al norte, por lo que subirán los precios de flete y podría reducirse la oferta.
En relación al precio de venta al público, señala que “inciden fuertemente los costos de flete, alquileres, y las cargas impositivas de ingresos brutos y tasas municipales a los verduleros y feriantes, además del IVA a la parte que se vende registrada, la cual es del 10.5 por ciento para estos artículos”. Según Balbuena, “el verdulero trata de cobrar lo mejor que puede, y muchas veces se guía por los precios del supermercado, para ofertarla algo más bajo, pero sin grandes diferencias”. Repara sin embargo que “es necesario tener también en cuenta sus costos de flete y alquiler, pero creemos que se debería ganarse por cantidad y no por precio”.