En mayo, el dato central fue la desaceleración de la inflación, especialmente entre los alimentos. Pero un análisis más detallado de lo que sucedió el mes pasado también muestra que los programas de control de precios del Gobierno sobre la carne están funcionando y la diferencia con los negocios no regulados se empieza a hacer sentir. Por ejemplo, hubo una fuerte diferencia entre el precio conseguido en supermercados en comparación con las carnicerías.
En general, el precio de la carne se incrementó un 1,9% en comparación con abril y tuvo un aumento promedio del 70,3% con respecto al mismo mes del año pasado. En los negocios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el pollo cayó 1,6% y detuvo un racha de incrementos exorbitantes. Según el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina, si se analiza el precio de la carne vacuna en las carnicerías el mismo exhibió alzas del 2,5% durante mayo y 66,3% con respecto al mismo mes del 2022. Por otro lado, el precio promedio de la carne en supermercado mostró una variación del 0,6% con respecto al mes anterior y del 80,9% con respecto al año pasado.
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La diferencia puede explicarse por la capacidad de monitoreo que tiene el Gobierno en grandes centros de compra debido a la implementación del programa Precios Justos en la carne. El acuerdo voluntario con las empresas exportadoras de carne vacuna, nucleadas en las cámaras ABC, UNICA y FIFRA, establece los precios de venta de los siete cortes más representativos del consumo.
Los cortes de carne a Precios Justos se consiguen en todo el país: en las grandes cadenas de supermercados, en supermercados regionales y en carnicerías adheridas al programa. Sin embargo, el universo de negocios de cercanía no incluido generan alzas por encima del aumento autorizado por la Secretaría de Comercio
Cuánto aumentó cada corte
Las principales alzas en precios promedio se dieron en el osobuco (6,6%), la carnaza común (5,1%) y la paleta (4,7%). A contramano, las menores subas se dieron en la picada común (0,5%), la cuadrada (0,3%) y la bola de lomo (0,1%).
Actualmente, cortes como el peceto tiene un precio superior de 18,7% en supermercados frente a las carnicerías, al igual que la colita de cuadril (15.6%). En contraposición, el precio de la falda tiene una diferencia de 37.9% más barato en los supermercados que las carnicerías, así como también la picada común (-21%).
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En los cortes más demandados, como los de la rueda, utilizados principalmente en la preparación de milanesas, la diferencia de precios se acerca a los $ 113.78 (-4.9%) en el caso de la nalga, siendo el precio más económico en los supermercados. Las otras carnes tienen comportamientos alineados: el pechito de cerdo resulta 5,5% más económico en los supermercados; así como también el precio del pollo entero que es 13,9% más barato por kilogramo en las grandes superficies. Por su parte, el precio de la media res en esta plaza relevada arrojó una variación del 2,9% con respecto al mes anterior y del 59.3% versus mayo de 2022.
Al mismo tiempo, el precio del pollo fresco cayó 1.6%, con respecto al mes de abril y tuvo un aumento del 132.8% interanual. En paralelo, el precio del pechito de cerdo tuvo una suba del 5.9% con respecto al mes anterior, y del 90.2% comparándolo a los valores registrados un año atrás en el AMBA.
En lo que va del año, la carne vacuna tuvo un precio relativo significativamente inferior (-21.7%) al registrado un año atrás frente a la carne aviar. En 2022 se podían adquirir 3.73 kilogramos de pollo fresco entero con un kilogramo de asado y en el último mes la capacidad de compra se redujo a 2.93 kilogramos. Además, frente al pechito de cerdo, el asado mostró un precio relativo inferior del -6% al registrado un año atrás, y el poder de compra de la carne vacuna se modificó de 1.51 a 1.42 kilogramos de carne de cerdo comparando contra un año atrás
Los alimentos se ubicaron por debajo de la inflación por primera vez en el año
La inflación se desaceleró en su registro mensual por primera vez en lo que va del año. En mayo trepó 7,8% mensual, ubicándose 0,6 puntos por debajo del registro de abril.
Según el Indec, los alimentos registró una variación mensual del 5,8%, 4,4 puntos por debajo del registro de abril. Aún así, en los primeros cinco meses del año, los alimentos subieron siete puntos por encima del nivel general. Influyó en la desaceleración la caída en frutas (-3,2%) y un acotado crecimiento en carnes (+1,5%). Por el contrario, los mayores aumentos se vieron en azúcar y golosinas (+13,6%), café, té, yerba y cacao (+10,6%), pan y cereales (+9,9%), y leche, productos lácteos y huevos (+9,8%).
A pesar de esta moderación en el rubro, los productos de consumo masivo siguieron mostrando una velocidad en ascenso: treparon 9,2%, acelerándose por cuarto mes consecutivo y dando cuenta nuevamente de la ineficacia del programa Precios Justos como política desinflacionaria.
Las tensiones cambiarias, que afectaron la evolución de precios del rubro en abril, no se evidenciaron con la misma intensidad en mayo. Esto explicaría, en parte, la reducción del nivel inflacionario del segmento.