En julio, el precio de los alimentos tuvo un aumento del 7,4%, una cifra cercana los niveles récord que mide el Indec. En los últimos siete días, los precios que componen la canasta básica de alimentos mostraron subas del 1,1% promedio, por lo que se desaceleró 1,05 puntos respecto la semana anterior.
Sin embargo, de acuerdo a un informe de la consultora LCG al que pudo acceder El Destape, al observar lo sucedido en julio se trata del primer mes que "conjuga subas semanales por encima del 1% en las cuatro semanas". De acuerdo a la serie que mide el Indec (desde diciembre de 2016 en adelante), en septiembre de 2018, el segmento de alimentos y bebidas registró un incremento del 7,3%, mientras que en febrero de este año fue de 7,5%, la cifra más alta hasta el momento.
En esta oportunidad, los rubros lácteos y panificados aportaron 0,63 puntos al aumento semanal. El porcentaje de productos con aumentos semanales fue 24% y así le fue a cada segmento:
Frutas: 3,8%
Verduras: 3%
Condimentos y otros productos alimenticios: 3%
Productos lácteos y huevos: 2,4%
Productos de panificación, cereales y pastas: 2,1%
Aceites: 0,5%
Bebidas e infusiones para consumir en el hogar: 0,4%
Comidas listas para llevar: 0,3%
Carnes: -0,3%
Azúcar, miel, dulces y cacao: -0,8%
Desde una perspectiva más amplia, cinco de 10 categorías presentaron variaciones mensuales por encima del 7% promedio en las últimas cuatro semanas y el aumento mínimo fue del 3%. Por ejemplo, los panificados aumentaron 9,6%, las verduras un 9% y los lácteos 8,8%.
Massa llega al superministerio con un fuerte desafío
Con los cambios que anunció el Gobierno, quien era titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, asumirá como superministro a cargo de tres dependencias: Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Pesca y Ganadería. Con el control de la Secretaría de Comercio y todos los instrumentos que ofrece el Palacio de Hacienda, el tigrense deberá articular medidas respecto al control de precios y negociaciones con todos los actores de la cadena productiva. Hasta el momento, el Gobierno mantuvo reuniones con diversos representantes del sector alimenticio para alinear costos en medio de una crisis cambiaria que alteró el valor de los productos que componen la canasta básica.
Las constantes reestructuraciones del equipo económico comenzaron con la ida de Roberto Feletti de la Secretaría de Comercio y de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. Ambas salidas profundizaron un espiral de suba de precios que ya se tornaba peligrosa. Primero, arribó Guillermo Hang para ocupar la silla de la Secretaría, pero su estadía duró poco más de 40 días. Luego llegó Martín Pollera a tomar las riendas de una dependencia clave para controlar los precios. Pero con los cambios anunciados y la salida de Silvina Batakis, podría asumir un nuevo funcionario para manejar la secretaría.
En medio de los constantes cambios de puestos y conducción, los controles directos que ejercía Comercio sobre los supermercados para tener referencia de precios se frenaron. Las máquinas asociadas a los cajeros de las grandes cadenas para medir costos quedaron en stand-by a la espera de definiciones. Los resultados de la falta de supervisión están a la vista.
Según las últimas estadísticas disponibles, una familia de cuatro personas necesitó en junio $ 104.217 para no ser pobre. En comparación a los números de mayo, el mes pasado tanto la canasta básica alimentaria como la total subieron un 4,6%. En términos interanuales, la canasta básica total acumula una suba del 56,7% y la alimentaria un 63,7%.
Con la escalada del costo de la canasta básica alimentaria, una familia tipo compuesta por dos adultos y dos menores necesitó percibir $ 46.525,30 para no caer en la indigencia. Si el Indec confirma en agosto las cifras que se proyectaron para julio, el impacto se hará sentir fuertemente en el próximo informe.