La inflación de febrero encendió todas las alarmas del Gobierno, luego que el Indec revelara que los precios avanzaron casi un 5%. Sin embargo, el dato más preocupante fue la brutal suba que registraron los alimentos. Ante el fenomenal incremento de las commodities por la guerra en Europa, todos los productos que utilizan como insumos al trigo y el maíz, como panificados, cereales y pastas, aumentaron de forma desmedida. Sin embargo, carnes, frutas, verduras, y lácteos también se dispararon.
La inflación no da tregua y en febrero fue del 4,7%, de acuerdo al último informe del organismo estadístico. En esta oportunidad, la dinámica alcista estuvo impulsada por la suba de los alimentos. El Índice de Precios al Consumidor correspondiente al segundo mes del año marcó un alza interanual del 52,3%. En el primer bimestre del 2022, los precios de la economía crecieron un 8,8% y preocupa lo que pueda pasar en marzo, cuando se comenzaron a sentir con más fuerza los efectos de las fuertes sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia.
Al comparar el dato del mes con las publicaciones oficiales desde enero de 2017 hasta la actualidad, el guarismo queda por debajo sólo de las mediciones de septiembre de 2018 y de marzo y septiembre de 2019 (6,5%, 4,7%, 5,9% respectivamente). Pero hay un dato aún más alarmante para el Gobierno. No hay registros de una suba de alimentos como la reflejada este mes. Se trata de la cifra más alta de toda la serie desde que se reestructuró la medición de Indec en 2017. Para encontrar un número similar hay que remontarse a septiembre de 2018 (7,3%).
Según el reporte oficial, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas (7,5%) fue la de mayor aumento del mes a nivel nacional, además de ser la de mayor incidencia en todas las regiones. Lo que más influyó fue la suba de verduras, tubérculos y legumbres (en algunas regiones mostró alzas superiores al 20%), donde se destacó la suba del tomate, la lechuga, la papa y la cebolla, entre otras. También sobresalió el alza de frutas, leche, productos lácteos y huevos, pan y cereales y carnes y derivados.
Los productos que más incrementaron su precio
Para evitar confusiones, el listado aparta a las frutas y verduras por la influencia que ejerce el factor de la estacionalidad, lo cual puede distorsionar el análisis de precios:
Productos de almacén
- Huevos de gallina: 22,5%
- Pan francés tipo flauta: 7,6%
- Azúcar: 6,4%
- Sal fina: 6,4%
- Yerba mate: 6,2%
- Manteca: 5,4%
- Salchicha tipo Viena: 5%
- Queso cremoso: 4,8%
- Dulce de leche: 4,8%
- Leche fresca entera en sachet: 4,6%
- Fideos secos tipo guisero: 4,5%
- Harina de trigo común 000: 4,3%
- Galletitas de agua envasada: 3,5%
- Jamón cocido: 3,3%
- Aceite de girasol: 2,4%
Carnes
- Carne picada común: 11,7%
- Filet de merluza fresco: 8,3%
- Paleta: 7,8%
- Nalga: 7,7%
- Cuadril: 6,6%
- Pollo entero: 4,8%
- Asado: 2,9%
Frutas y verduras
- Lechuga: 72,7%
- Tomate redondo: 40,8%
- Cebolla: 30,8%
- Limón: 27%
- Naranja:19,8%
- Papa: 16,3%
- Manzana deliciosa: 10,9%
- Banana: 7%
De acuerdo a un informe del Centro de Economía Política, "la dinámica de precios en Alimentos y bebidas mostró un comportamiento diferencial". El documento analizó: "Si bien en las grandes plataformas de comercialización, los súper e hipermercados, la variación de precios no resultó tan significativa por la incidencia de las políticas de regulación de precios, no sucedió lo mismo en los segmentos de venta de proximidad, donde la diferencia en el incremento de precios es sustancial".
Por qué suben tanto los alimentos
Producto de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania, el precio de las materias primas se disparó hasta alcanzar valores históricos en la cotización internacional, un efecto colateral que ya se siente en la mesa de los argentinos.
En la comparación con febrero, el trigo subió un 30% mensual en marzo (440 dólares por tonelada, su máximo valor en nueve años), el maíz un 16% (332 dólares por tonelada) y la soja un 8% (superando los 700 dólares por tonelada, el mayor valor desde 2008). El impacto tan rápido se debe a que Rusia y Ucrania producen casi el 30% del total de las exportaciones mundiales de trigo, casi el 20% de maíz y más del 80% de aceite de girasol.
El principal canal de transmisión del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania para la Argentina pasa por la dinámica de los precios de las commodities. El costado más dañino de este contexto comercial es la brutal suba de los alimentos que utilizan como insumos al trigo y el maíz. Los costos internos se dispararon a raíz del alza internacional y alimenta el espiral inflacionario.
Las dudas sobre cuándo cesará la guerra y, en consecuencia, de cuál será entonces el costo de reposición, genera que muchos empresarios especulen y se guarden el producto, o en su defecto lo entregan con precio a convenir.
Ante la escalada desenfrenada que afecta el bolsillo de los sectores populares, el presidente Alberto Fernández adelantó que el viernes la Argentina comenzará "una guerra contra la inflación" y sostuvo que atacará a los especuladores que elevan los precios. Sin embargo, asusta lo que pueda pasar en el resto del mes.
De acuerdo al último informe de la consultora LCG, solo en los últimos siete días, la suba de precios de los alimentos promedió 1,6%. Este indicador se aceleró un punto porcentual respecto a la semana anterior y, en esta oportunidad, los segmentos de carnes y panificados "explicaron 2/3 de la suba semanal", según apuntó el informe.
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