El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que reducirá el impuesto PAÍS sobre el dólar desde este lunes 2 de septiembre. La rebaja será de 10 puntos, de 17,5% a 7,5%, para las alícuotas que pesan sobre las importaciones de bienes y fletes. En el Palacio de Hacienda esperan que haya caída de precios en productos de consumo masivo, pero los empresarios supermercadistas piensan muy diferente.
El impuesto PAIS, hoy del 17,5% sobre las importaciones, bajará 10 puntos a partir de septiembre. Esta noticia fue uno de los ejes del encuentro que mantuvo el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, con directivos de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), según pudo saber El Destape.
El supuesto del Gobierno es que los supermercados y las empresas fabricantes esperan que la reducción en la alícuota del tributo ayudará a desacelerar la inflación. Sin embargo, esta modificación solo se observará en una caída en los valores al público de productos importados puntuales.
Fuentes de ASU explicaron a este medio: "El mayor impacto del impuesto país es precisamente en otros eslabones de la cadena y es la infidencia que tiene en los insumos como el aluminio, la lata y en muchos otros que necesita la industria para producir. En lo que hace directamente a la góndola, los de consumo masivo, son muy pocos atún, bananas, algún café marca propia y muy poquito en galletitas. Y después en electro, bazar y el textil importado. Pero el fuerte del impuesto país golpea en los insumos de la Industria".
Un empresario pyme de gran incidencia en el sector resumió sus dudas acerca del impacto final: "Todos los que importan tiene que bajar ese porcentaje del precio final. Es decir, el porcentaje del costo que lo pagan. Por ejemplo, si importan a 10 y el impuesto país es 17,5% y lo bajan a 7,5%, ese costo en vez de ser 11,7 pasaría a ser de 10,5. Pero después lo venden a 20. No quieren mostrar grandes esfuerzos porque los márgenes van a quedar expuestos".
Justamente, en los supermercados aseguran que la mayor incidencia de rebajas se podrá notar mayormente en aquellos productos de "marcas propias" que tienen las empresas. El impuesto PAIS al 7,5% lo introdujo el gobierno de Alberto Fernández para las importaciones. La gestión de Milei lo subió al 17,5% en diciembre pasado. A fin de año, el Impuesto PAIS vence y el Gobierno ya anunció que no prorrogará el tributo más allá del 31 de diciembre del 2024.
El impacto que tendrá la baja del impuesto PAÍS se dará en el precio del dólar al que acceden los importadores, que pasará de los $1116 actuales a unos $1021, por lo que se presume que podría haber una suba en las compras internacionales y consecuente mayor presión sobre la reservas. Según indicó el jefe de Hacienda, la reducción será para importaciones y fletes.
Por eso, la medida no incluye a la compra de dólar oficial destinado al ahorro, ni para los gastos en bienes y servicios en el exterior, que tiene una percepción del 30% y cuya vigencia se extiende hasta el 23 de diciembre de 2024, por una ley de fines de 2019, sumadas a las percepciones de Ganancias y Bienes Personales que encarecen 60% ese tipo de cambio.
El piso que no se pude romper
Con un incremento superior al esperado en el Gobierno, el precio de los alimentos subió 0,8% en la cuarta semana de agosto. De acuerdo a un informe de la consultora EcoGo, los productos que componen la canasta básica aumentaron 4% en el mes. De esta forma, el piso a perforar no podría ser alcanzado en agosto.
Producto de la escalada de precios, cuatro de cada diez hogares redujo sus compras en los supermercados y una de cada diez se pasó a terceras marcas. Según un relevamiento de CIGP-Argentina Panorama Político, Social y Económico, revela que el 63% de los encuestados afirma que la situación económica general es negativa y el 43,9% prevé que empeorará en los próximos seis meses.
Las encuestas no solo reflejan un menor grado de aceptación para con el Gobierno sino, y principalmente, sobre el rumbo de la economía y el futuro personal y general. Las medidas ya no cuentan con apoyo mayoritario de la población y ya no creen el discurso del ajuste sobre la casta. En referencia a la pregunta '¿quién paga el ajuste?', el 73,2% contestó que la clase media, el 20,3% que lo hace la clase baja.