Luego de un cambio de trimestre promisorio entre marzo y abril, la industria mostró signos de alarma en mayo, con una mayoría de sectores en alza y una nueva suba interanual, pero con una caída general respecto al mes anterior.
Así lo mostró el IPI manufacturero de mayo que publicó el Indec este jueves. Respecto a mayo de 2022, la producción industrial creció un 1,1%, gracias a que diez de las 16 divisiones presentaron subas interanuales. Entre ellas, por orden de incidencia, “Industrias metálicas básicas” (9,2%), “Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras” (10,7%), “Sustancias y productos químicos” (2,1%), “Prendas de vestir, cuero y calzado” (5,9%) y “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes” (5%).
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Sin embargo, el mes también ofreció datos negativos. En primer lugar, el 1,1% implicó el tercer dato consecutivo de desaceleración, luego de un crecimiento de 3,4% en marzo y de 1,8% en abril. En este contexto, mayo supuso la primera caída intermensual del IPI desde febrero, con una baja del 1,5% respecto a abril.
Los sectores que traccionaron el índice a la baja fueron los equipos informáticos (-4,8%), la madera y papel (-4%) y, principalmente, la metalúrgica y maquinaria, con una baja del 2,1% pero con una fuerte incidencia en el índice final.
La producción de alimentos, en tanto, prácticamente no varió respecto a mayo de 2022, ya que aumentó en la mayoría de las subdivisiones pero, por efecto de la sequía, eso se compensó con una enorme baja de 22 puntos en la molienda de oleaginosas.
Este mismo panorama mixto es el que refleja la UIA en su último informe de Actualidad Industrial elaborado por el CEU. Si bien la mayoría de los datos que ofrece son referidos a abril, respecto a mayo señala que "los datos disponibles volvieron a mostrar una situación dispar, con sectores que siguen traccionando (automotor a partir de datos de producción y ventas) y otros que muestran un menor desempeño (caída de patentamientos de maquinaria y de ventas de insumos para la construcción)".
El problema es que incluso los sectores dinámicos como el automotriz están mostrando una desaceleración en mayo, según anticipó la entidad patronal. En el caso de otro sector clave como la industria metalúrgica, aquel mes directamente mostró la primera caída interanual desde marzo de 2021, cuando el índice había sido negativo producto del inicio de la cuarentena.
La UIA remarca también que, para el quinto mes del año, la demanda de energía eléctrica de Grandes Usuarios Industriales volvió a registrar una contracción interanual (-4,1%), con subas en automotrices y textiles pero bajas en petróleo y metalmecánica.
La perspectiva para la industria entre junio y agosto
De este modo, la industria mostró en mayo lo que puede ser un inicio de cambio de tendencia respecto a los buenos números exhibidos hasta abril, y que, se preveía, podían continuar al mes siguiente.
En este sentido, las cámaras pyme, y el propio Ministerio de Economía, se mostraban optimistas gracias a los 7.300 millones de dólares en importaciones de mayo, el registro más alto desde octubre, y señalaban el incentivo a la producción dado por la buena perspectiva que ofrece el 2024.
Sin embargo, salir de este terreno pantanoso será complicado en el contexto de la escasez de dólares, especialmente cuando una de las opciones para evitar un salto en el tipo de cambio que pide el FMI es cerrar el grifo de insumos externos.
De hecho, las expectativas para el siguiente trimestre son igual de mixtas. Según el propio Indec, un 26% de los industriales espera que la demanda aumente, mientras que otro 26% espera que disminuya y un 47% espera que no varíe, números que son prácticamente los mismos para el caso de la capacidad instalada. En cuanto a las exportaciones, las cifras son más negativas: un 64% cree que se mantendrán, mientras que para un 20% disminuirán y solo un 14% estima que van a aumentar.