La actividad industrial registró en julio una contracción de 2,2% en comparación con el mismo mes del año pasado, pero alcanzó un crecimiento de 8,4% con respecto a junio previo, según el último reporte de la Unión Industrial Argentina (UIA). El piso de la caída en el nivel de actividad parece haber sido abril, por tratarse del primer mes completo del aislamiento social preventivo y obligatorio (donde sólo estaban habilitados los sectores considerados esenciales).
"El progresivo retorno a la actividad de distintos rubros industriales permitió ir normalizando los niveles de producción Sin embargo, el desempeño dispar tanto sectorial como regional, explica que el nivel de actividad sea menor al registrado antes del estallido local del COVID-19", señala el informe de la UIA.
Según el reporte de la entidad fabril, el nivel de actividad industrial permanece 3,9% debajo de los niveles prepandemia (febrero de 2020 producto de la heterogeneidad sectorial y regional). "Con estos datos, durante los primeros siete meses de 2020 se acumuló una baja de 11,9% respecto a igual período del año anterior", detalla la UIA.
La fragmentación económica se evidencia al agrupar de manera diferencial a los sectores, reflejando los desempeños dispares de los rubros industriales y el impacto de las distintas etapas de la cuarentena en cada región.
En primer lugar, la actividad de los sectores considerados como esenciales se incrementó durante la pandemia y se espera un dinamismo aún mayor una vez recuperados los niveles de demanda previos. Es el caso del sector de sustancias y productos químicos (aumentó 19,6% aunque la venta de medicamentos se contrajo 3,1% interanual) y algunos rubros de alimentos y bebidas (1,3% aunque descontando el complejo de oleaginosas se registra una suba de 1,6%) donde también hay empresas con problemas de rentabilidad por el congelamiento de precios.
Otros sectores que, si bien el comienzo del ASPO afectó a sus niveles de actividad, han podido adaptarse al contexto una vez habilitada su reapertura. La producción de minerales no metálicos aumentó 3,2% al reactivarse la construcción en casi todo el país; la metalmecánica mejoró 5,2% con subas interanuales en maquinaria agrícola, carrocerías y remolques y equipamiento médico; la industria automotriz avanzó 1,5% por la suba interanual de las ventas al mercado interno y electrónica de consumo mejoró 0,5% donde la demanda se vio incrementada por el excedente de dinero previamente destinado a servicio.
La utilización de la capacidad instalada de la industria se ubicó en 56,8% en julio de acuerdo a INDEC, 1,9 puntos menos que un año atrás pero con una recuperación respecto de los meses previos (junio 53,3% y mayo 46,4%). "Aún persisten riesgos y se añaden nuevos problemas a las empresas industriales La caída de la demanda externa, la mayor devaluación de socios comerciales, junto a las restricciones financieras, se encuentran entre las primeras preocupaciones", agrega el informe.
Por último, durante julio el 19,4% de las empresas relevadas aplicó suspensiones dato que aumentó por cuarto mes consecutivo alcanzando un nuevo récord. La cantidad de trabajadores cada 100 que fueron suspendidos pasó de 8,1% a 8,4%, apenas por debajo del máximo histórico. Ambos datos en conjunto muestran que la complejidad de la situación del mercado de trabajo.