¿En qué consiste el plan de desarrollo productivo verde que impulsa el Gobierno?

Permitirá fomentar la productividad y la competitividad, así como la diferenciación de productos a través de la innovación y el ecodiseño para mejorar el acceso a mercados dinámicos. Se destinará más de $ 10.000 millones a este programa.

14 de julio, 2021 | 15.37

Aunque en medio de la pandemia parece un debate algo lejano aún, cómo reconvertir la actividad productiva bajo estándares que protejan el medioambiente es una asignatura que ya no puede aguardar un instante más para ser encarada de manera integral. El macrismo había impulsado la aplicación de energías renovables pero todo derivó en un negociado personal y en un aumento de las importaciones de insumos para la generación eólica.

Ahora, el Gobierno encara ese camino con especial hincapié en la integración local y, para ello, lanza un programa de incentivo que destinará en una primera instancia más de 10.000 millones de pesos para promover la productividad y la competitividad de las empresas y otros tipos de emprendimientos, para la diferenciación de productos a través de la innovación, el ecodiseño y la economía verde, como también para mejorar el acceso a mercados dinámicos. 

El objetivo es que la actividad traccione el desarrollo de proveedores locales de insumos. Además, se promocionará el uso de las energías renovables y la producción de equipamiento nacional para su aprovechamiento, así como la reducción del consumo energético como estrategia de mejora de la competitividad. 

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El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aseguró que el Plan de Desarrollo Productivo Verde apunta a que la sustentabilidad y la reconversión sean también una oportunidad para la Argentina. "Se va a trabajar muy fuerte con los sectores nuevos de la economía, dado que los cambios ambientales van a requerir, por ejemplo, el desarrollo de nuevas tecnologías como las energías renovables y los autos eléctricos”, explicó el funcionario tras  la presentación del programa. “Es una política de Estado a largo plazo”, subrayó el ministro. Para estimular el desarrollo de estos cambios, las empresas recibirán asistencia técnica y aportes no reembolsables y se activará una línea de financiamiento del Banco Nación con tasa de 18 por ciento a cinco años.

El programa verde

El mundo necesita avanzar hacia una transición ecológica. La principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero es el uso de combustibles fósiles, tanto en la generación de energía como en el transporte. "En ese sentido, Argentina tiene mucho para aportar en esa transición: energías renovables, equipamiento, hidrógeno, minería de litio y cobre, fabricación de baterías y vehículos eléctricos, entre otras soluciones ambientales", de acuerdo con un informe de la cartera de Desarrollo Productivo al que accedió El Destape. Las industrias locales pueden aportar a estas soluciones y también renovar sus propias tecnologías para hacerlas compatibles con los objetivos de combatir de manera efectiva el problema del cambio climático y la degradación ambiental.

A partir de 2016 se implementó el Plan RenovAR, para impulsar las energías renovables. Sin embargo, ese Plan descuidó la sostenibilidad macroeconómica y la social, ya que se basó mayormente en equipos importados (minimizando la creación de puestos de trabajo) y se financió con endeudamiento externo. Tras la crisis cambiaria de 2018, los proyectos se frenaron. Sin contar el negocio de los parques eólicos de la familia Macri.  "Si se hubiera apostado por incentivar proyectos de energías renovables con equipamiento nacional, trabajo argentino y financiamiento en moneda nacional, se podría haber atendido a las tres sostenibilidades al mismo tiempo", explicaron desde la cartera que conduce Kulfas.

En los últimos meses se retomó el camino, pese a las dificultades que implican un Estado que se fue achicando desde 2018 y enfrenta una pandemia inédita. Entre las acciones llevadas acabo hasta el momento se destaca la potenciación de un Clúster Nacional ligado a las Energías Renovables, con empresas locales (con IMPSA como actor clave), trabajo argentino y financiamiento en moneda nacional. También comenzó a impulsarse la fabricación nacional de vehículos eléctricos, que reemplazarán a los de combustión interna (más contaminantes). "Se está desarrollando la cadena del hidrógeno podemos descarbonizar nuestra matriz energética y generar en un futuro exportaciones por 15.000 millones de dólares y 50.000 puestos de trabajo directos e indirectos", señala Desarrollo Productivo. El objetivo es delinear una estrategia de desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno mediante una nueva ley de fomento y la inclusión del sector en otras herramientas de incentivo y programas de fomento.

Entre los programas que se pondrán en marcha con aportes no reembolsables y créditos del Banco Nación, se incentivará la producción nacional de calefones solares. Esto irá acompañado de un impulso de la demanda de calefones solares de origen nacional mediante la inclusión en los pliegos de desarrollos urbanísticos y viviendas sociales, por parte del Estado nacional y las provincias. Con la articulación entre este programa y los programas de vivienda se puede lograr una reducción de emisión de gases de efecto invernadero equivalente a 105 mil toneladas de CO2 por año, al tiempo que se generan casi 800 puestos de trabajo directo y una facturación aproximada de 270 millones de pesos para cada pyme participante.

Se lanza además un programa de apoyo técnico y financiero para aumentar la capacidad productiva de las cooperativas y pymes en la valorización de residuos, con foco en plásticos, papel y cartón, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos y aceite vegetal usado. Habrá también financiamiento y asistencia técnica para los fabricantes de equipamiento para la industria del reciclaje, control de efluentes, emisiones y desechos, de motores industriales de alta eficiencia energética, y para proveedores para energías renovables y movilidad. Este programa ofrece asistencia técnica, línea de créditos por hasta 200 millones de pesos y aportes no reembolsables de hasta 40 millones.

Para las empresas de la economía del conocimiento que provean soluciones tecnológicas de alto impacto en mejora ambiental se les otorgará aportes no reembolsables por hasta 20 millones de pesos, equivalente al 90 por ciento del monto de los proyectos.

Por último, se alcanzó un acuerdo con las cámaras ADIMRA, CADIEEL y CIMBRA para impulsar la integración local en la producción de bicicletas eléctricas. Este acuerdo implica la implementación por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo de herramientas de apoyo a la oferta, asistencia técnica y financiamiento a través del Programa de Proveedores. Asimismo, incluye financiamiento a la demanda mediante una línea de crédito del Banco Nación.

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