Septiembre es un mes clave para el Gobierno porque servirá como medidor informativo del pulso social: el Indec difundirá los índices de desempleo y pobreza. Mientras se especula con un empeoramiento del estándar de vida de la población debido a la aceleración inflacionaria, se espera que el empleo confirme el sendero de recuperación que viene mostrando mes a mes.
En la última medición, el índice de pobreza había retrocedido al 37,3% en el segundo semestre del año pasado, por debajo de la medición del primer semestre de 2021, cuando fue de 40,6%, y del 42% de igual semestre de 2020. En tanto, el índice de Indigencia se había ubicado en 8,2% al término del segundo semestre del año pasado, contra el 10,7% del primer semestre y del 10,5% de igual período de 2020.
De acuerdo a estos números, en el último semestre de 2021 habían salido de la línea de pobreza más de 920.000 personas respecto a igual período de 2020, debido a que entre un período y otro se verificó una merma de 4,7 puntos porcentuales. Según pudo saber este medio en contacto con el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, se prevén valores similares a lo anteriores o levemente mayores, "principalmente por el incremento de precios y centralmente por alimentos".
A pesar de las mejoras numéricas para los índices de pobreza e indigencia que arrojó el 2021, la inestabilidad que muestran los ingresos de los sectores populares ante los vaivenes de la inflación no es reflejada en las estadísticas. El desbalance entre los salarios y la canasta básica produce un limbo donde miles de personas oscilan entre una relativa estabilidad económica y la urgencia de no llegar a fin de mes.
Alrededor de 17 millones de argentinos se ubican por debajo de la línea de pobreza. Dado que la incidencia de la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la Canasta Básica Alimentaria y a la Canasta Básica Total mediante sus ingresos monetarios, el informe oficial remarcó que, en promedio, el ingreso total familiar aumentó un 23,8%. En tanto, las canastas regionales promedio aumentaron 17,9% (CBA) y 16,5% (CBT). Es decir, los ingresos en el período estudiado aumentaron más que las canastas, lo que explicó la reducción de la tasa de pobreza e indigencia del conjunto de la población en el promedio del semestre. De esta manera, casi un millón de personas salió de la pobreza en el último periodo analizado. Sin embargo...¿Están asentados por encima de este umbral o se debe a una circunstancia?
Por ejemplo, en el primer semestre, la CBT se disparó un 46,2%, motorizado por el feroz avance del precio de los alimentos. En contrapartida, el último dato disponible (junio) indica que el promedio de los salarios crecieron 34,3%. De esta manera, se podría anticipar un avance de la pobreza, tal como proyecta la UCA.
En otro aspecto, la indigencia no sube por las políticas aplicadas en materia social, como el incremento sostenido de la AUH, el lanzamiento de programas como Potenciar Trabajo, la Tarjeta Alimentar y otros esquemas de contención social. Todos estos programas corrieron por encima de la inflación, debido a que la mayoría se encuentra atado a la fórmula de movilidad jubilatoria.
¿Y qué pasa con el desempleo?
De acuerdo al último Relevamiento de Expectativas de Mercado que difunde el Banco Central, para el segundo trimestre se especula con que la tasa de desempleo se ubique en el 7,2% de la Población Económicamente Activa, disminuyendo 2,4 puntos respecto al 9,6% registrado en el segundo trimestre del 2021. Hay datos que refuerzan la idea de esta recuperación.
La cantidad de personas con trabajo registrado en el país creció 5% en junio respecto a igual mes de 2021 al sumar un total de 12,69 millones de empleos, según la información proveniente de los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). En términos desestacionalizados, el trabajo registrado presentó una variación positiva de 0,5% en relación a mayo pasado (63,1 mil puestos más); y, con respecto al mismo mes del año anterior, creció 5% (+607,2 mil trabajadores).
De esta forma, el primer semestre de 2022 se consolidó como uno de los períodos de mayor creación de trabajo formal desde 2009, resaltó un informe de la cartera laboral. Un aspecto distintivo de la dinámica laboral formal de junio, así como de los últimos meses, es la extensión del proceso de crecimiento del empleo registrado del sector privado en la mayoría de los sectores productivos y en casi todas las jurisdicciones provinciales.
En junio había 9,974 millones de personas con empleo asalariado registrado (incluyendo al sector privado, el sector público y el trabajo en casas particulares) y 2,725 millones de personas con trabajo independiente (monotributistas y autónomos), precisó el trabajo. El conjunto de personas con empleo asalariado registrado presentó una suba de 0,4% en el último mes (36,8 mil trabajadores más).
Esta variación estuvo liderada por las empresas del sector privado (+0,5%, 31,2 mil trabajadores) y por el sector público (+0,2%; 6,5 mil trabajadores), mientras que el trabajo en casas particulares presentó una caída del 0,2% (0,8 mil trabajadores menos). En junio hubo 6,129 millones de personas con empleo asalariado en el sector privado (+0,5%, 31,2 mil personas más).
Desde enero de 2021 hasta junio pasado se observan tasas de variación positivas en el empleo registrado, dinámica que permitió superar el nivel de empleo vigente antes del comienzo de la pandemia (el nivel de empleo alcanzado en junio 2022 se encuentra 2,9% por encima del de febrero 2020, 172,2 mil personas más).