El saldo del intercambio comercial del primer bimestre evidenció el tremendo impacto de la sequía en las exportaciones. En dos meses, el Estado pudo apenas recaudar un puñado de dólares y el daño a largo plazo para las reservas puede ser mucho mayor. Mientras tanto, los pronósticos hacen difícil pensar que el Gobierno podrá cumplir con las metas de acumulación de dólares pactada con el FMI.
Durante febrero, las exportaciones alcanzaron los US$ 5.230 millones, un 19% menos respecto a un año atrás. En la comparación mensual, la variación fue del -0,3%. La principal contracción nuevamente se observó en los Productos Primarios que totalizaron US$ 1.400 millones, cayendo un 33,6% interanual, por una caída en las cantidades exportadas del 35%.
El superávit comercial de febrero (US$ 182 millones) se redujo en un 78% respecto al de un año atrás. La cifra equivale a dos días de ventas de divisas por parte del Banco Central (según el promedio de las últimas dos semanas). En lo que va del año, las cantidades exportadas de Productos Primarios se redujo en un 40%.
De este modo, durante el primer bimestre del año la pérdida de valor asciende a US$ 1.400 millones respecto a un año atrás, equivalente a un 14% del total de lo exportado hasta ahora, dejando entrever los primeros efectos de lo que sería la sequía más severa en décadas. En base a las nuevas proyecciones de cosecha de la Bolsa de Comercio de Rosario, las exportaciones podrían caer US$ 15.000 millones, resultando en un total de US$ 73.000 millones (un 17% menores que las de 2022).
La menor disponibilidad de divisas asociadas a la caída de las exportaciones sostendrán e incluso podrían profundizar los controles sobre las importaciones. Sin margen de maniobra, según consignó la consultora LCG, este recorte continuará teniendo consecuencias negativas directas sobre los precios domésticos y el crecimiento de la actividad.
Los números de la caída
Mientras en el primer bimestre de 2022 se acumuló US$ 1.100 millones de superávit, el resultado del primer bimestre de 2023 arroja un saldo negativo por US$ 330 millones. Al igual que en enero, la mayor reducción se observó en los cereales con US$ 725 millones menos que un año atrás (-50%). Los primarios restaron 9,5 puntos a la variación total.
En segundo orden de relevancia, las manufacturas de origen agropecuario alcanzaron los US$ 1.800 millones, cayendo un 16,4%, fundamentalmente explicado por menores cantidad que se redujeron también un 16%. En este caso, la mayor baja se dio en las exportaciones de Residuos de la industria alimenticia, que restó 5,5 puntos a la variación total.
Por su parte, las Manufacturas de origen industrial sumaron casi US$ 1.500 millones, resultando 14,4% más bajas que las de febrero de 2022. En este caso, pesó más el efecto precio (-10%) que las cantidades (-5%). Entre los productos más afectados, se encontraron los Productos Químicos.
Desde el lado de las compras, las importaciones sumaron US$ 5.000 millones, cayendo 10,4% interanual. No obstante, crecieron un 7,4% intermensual, interrumpiendo con tres meses de caída mensual consecutiva. Todas los rubros ajustaron por cantidades.
Las principales compras al exterior fueron los Bienes Intermedios, las cuales resultaron un 4,7% inferiores a las de febrero del año pasado. Si bien se encarecieron un 2%, el ajuste en cantidades (-7%) inclinó la balanza a la baja. Este rubro restó 1,6 puntos a la variación total.
En segundo lugar, los Bienes de Capital sumaron US$ 700 millones, cayendo un 21,1%. Con precios un 1,5% más altos, la baja responde a menores cantidades (-22%). Así, restó 3,4 puntos a la variación total.
En cambio, Piezas y Accesorios de capital alcanzaron los US$ 1.000 millones, creciendo así un 2,8%. Si bien las cantidades importadas se redujeron 1%, los mayores precios traccionaron el crecimiento. Esta categoría sumó 0,5 puntos a la variación total.