Durante el primer semestre de este año se registró un fuerte aumento de la pobreza en comparación con el mismo período del año pasado y contra el último semestre del 2022. El dato difundido por el Indec indica que, entre enero y junio de este año, la pobreza alcanzó al 40,1% de la población, cuando el último dato había arrojado un 39,02. Y en la comparación interanual, el alza fue de cuatro puntos porcentuales. En total, 11,7 millones de personas estarían bajo la línea de pobreza. También hubo un incremento de la indigencia.
Los datos corresponden al primer semestre del año, con lo cual podría hablarse de una foto vieja que no contempla la devaluación de agosto con su consecuente impacto en las canastas alimentarias. La situación de vulnerabilidad social sería morigerada, parcialmente, con el refuerzo de 47.000 pesos en dos cuotas lanzado por el gobierno para un universo de 3 millones de personas.
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La crisis de ingresos de las familias, incluso las que cuentan con recursos laborales no registrados, puede reconstruirse a través de diferentes informes que difunde el Indec. Durante el transcurso del año, las canastas básicas alimentarias y totales aumentaron más que lo relevado por el IPC en cuanto a la variación de los alimentos. Es decir, la suba de precios pega más fuerte en los sectores vulnerables.
El informe sobre pobreza difundido por el Indec este miércoles indica que en el país viven 11,7 millones de personas bajo la línea de pobreza, cuando el año pasado eran 10,6 millones. Es decir, que en un año la población que no llega a cubrir una canasta básica total se incrementó en 1,1 millón.
Pero hay otro dato: al último semestre del año pasado, los hogares pobres llegaban al 29,6%, el mismo guarismo que al primer semestre de este año, cuando se registraron 300.000 personas más en esta condición de vulnerabilidad. Es decir, ante una crisis de ingresos y de vivienda (altos alquileres), se produjo un reacomodo de familias. Más personas dentro de un mismo hogar.
Aumento de la indigencia
Por su parte, el salto de la indigencia indica que, en los últimos doce meses, 200.000 personas dejaron de cubrir la canasta básica alimentaria. “Los valores expuestos significan que, en promedio, los hogares indigentes tienen una distancia de $31.323 entre sus ingresos y el valor de la línea de indigencia (LI). En términos porcentuales, esto implica que sus ingresos en promedio se encuentran 34,4% por debajo de la LI. En el caso de los hogares pobres, la distancia se refiere a la LP y es de $75.522 lo que implica una brecha de 37,8%”, puede leerse en el informe oficial.
Para junio, la canasta básica alimentaria, que sirve para medir los umbrales de indigencia, había registrado un alza interanual del 124%, mientras que la canasta básica total aumentó un 123%. Una familia de cuatro personas necesitaba al cierre del primer semestre reunir ingresos por 232.000 pesos para no ser pobres y 104.000 para no caer en la indigencia. Pero esta ya es una película vieja.