En 2022 la economía creció y el desempleo bajó, pero el salario sigue cayendo

El año pasado los niveles de actividad y empleo mostraron muy buenos resultados, incluso marcando récords. A contramano, los salarios corrieron una suerte distinta y profundizan su caída.

23 de marzo, 2023 | 00.05

Este miércoles, el Indec difundió dos informes fundamentales para comprender la economía en 2022. Por un lado, el PBI creció un 5,2% el año pasado, mientras que el desempleo se desplomó al 6,3%, uno de los números más bajos en décadas. A contramano de lo que marca un país pujante en términos de actividad, los salarios no mostraron la misma cara y profundizan su caída desde hace tiempo. Tres caras de una misma Argentina.

Tras la catástrofe de la pandemia del coronavirus, el gobierno del Frente de Todos logró un crecimiento económico por segundo año consecutivo. El PBI aumentó un 5,2% promedio anual, aunque con una notoria desaceleración hacia el final del año (1,9% en el cuarto trimestre). Entre los componentes de la demanda que más crecieron en 2022 se encuentran las importaciones (17%), seguidas por la inversión (11%), el consumo privado (9%), las exportaciones (6%) y el consumo público (2%).

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El consumo privado representó el 71% del PBI, y la inversión el 21%, mientras que las exportaciones y el consumo público el 13%. Por su parte, las Importaciones representaron el 27% del producto. De esta forma, la economía operó en niveles récord, tan sólo 0,14% por debajo de 2017 (máximo histórico), según la consultora LCG. No obstante, medido por cantidad de habitantes, el producto resulta un 5% menor que en ese momento.

Sube el empleo

Estos resultados se tradujeron en la creación de trabajo. Finalizado el 2022 se puede ver la continuidad de la recuperación de la mano de obra tal como sucedió en 2021. En principio, podría decirse que el empleo creado es de calidad, ya que la informalidad entre los asalariados se redujo, lo mismo que la subocupación demandante (menos de 35 hs semanales). Sin embargo, hay que tener en cuenta que los monotributistas o los independientes informales no son estrictamente relevados por estas estadísticas.

La tasa de desocupación continúa en valores bajos respecto a los que había antes de la pandemia, siendo récord por lo bajo en las últimas décadas. En este aspecto, la población activa llegó a niveles máximos y el nivel de ocupación creció considerablemente. Además, el desempleo logró caer en todos los trimestres respecto al año anterior.

El nivel de desocupación alcanzó el 6,3% a fines de 2022, descendiendo 0,7 puntos respecto a un año atrás. En línea con esto, el total de desempleados se ubicó en 1,4 millones de personas aproximadamente, unos 117 mil menos que hace un año (y 185 mil menos que el tercer trimestre de 2022).

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La baja del desempleo se dio aún en un contexto de aumento de la Población Económicamente Activa. En efecto, la tasa de actividad se ubicó en 47,6%, 0,7 puntos por encima respecto a un año atrás (e invariante respecto al trimestre anterior). Así, la caída se explica enteramente por la creación de empleo reflejada en un aumento de la tasa de ocupación.

Este último ítem alcanzó el 44,6%, aumentando un punto por encima del valor de un año atrás. La cantidad de ocupados alcanzó las 21,1 millones de personas, lo cual implica 677 mil puestos de trabajo nuevos en el último año (y 226 mil más que el trimestre previo).

La contracara salarial

El año pasado, los ingresos de los trabajadores subieron 90,4% y se ubicaron 4,4 puntos porcentuales por debajo de índice de precios al consumidor, que en 2022 fue de 94,8%. La evolución de los salarios no fue uniforme en todos los sectores, ya que los haberes del sector privado registrado aumentaron 93,8%; los empleados públicos, 99,4%; y los trabajadores no registrados, 65,4%.

Actualmente, la actividad económica se encuentra en valores levemente superiores a los de octubre de 2015, mientras que el salario se ubica un 25% por debajo. Es decir: se produce lo mismo pero la remuneración de los trabajadores es sustancialmente menor.

Los datos iníciales del 2023 tampoco son positivos. El salario real medido por el RIPTE (remuneración promedio) creció un 3,8% durante enero, lejos del 6% que marcó la inflación. En relación a enero de 2022, perdió un 5,6% y se ubica un 4,2% abajo de diciembre de 2019. De esta forma, sigue perforando mínimos y para encontrar un valor menor hay que remontarse a abril de 2006.