Durante septiembre, la capacidad instalada de la industria se mantuvo invariable en relación al resultado de agosto (67,9%), pero con un leve descenso en relación al mismo mes del 2022 cuando había registrado un nivel de funcionamiento del 68,6%. Así lo informó el Indec en un nuevo informe sobre la capacidad productiva de cada uno de los bloques sectoriales.
Sin embargo, en el desagregado por actividad, sobresalió el funcionamiento de las industrias metálicas básicas (85%) o la refinación de petróleo con un 82%, casi cuatro puntos porcentuales más que en septiembre del 2022. El alza productivo en las refinerías obedece al incremental de barriles de Vaca Muerta, clave para el incremento de la actividad y generación de divisas a partir de 2024.
El indicador de la utilización de la capacidad instalada en la industria mide la proporción utilizada, en términos porcentuales, del volumen productivo de cada sector industrial. El relevamiento del Indec comprende un panel de entre 600 y 700 empresas.
La utilización de la capacidad instalada en la industria muestra un nivel de 67,9% en septiembre de 2023, inferior al registrado en septiembre de 2022 (68,6%). Este año, el desarrollo de la actividad económica mostró fuertes disparidades, vinculadas a las consecuencias de la sequía y el proceso inflacionario. Los máximos productivos de cada sector dan cuenta de ese resultado dispar.
Cómo le fue a cada sector
De acuerdo al relevamiento oficial, los bloques sectoriales que presentaron niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al guarismo general fueron los siguientes: industrias metálicas básicas (85,0%), refinación del petróleo (82,0%), papel y cartón (77,4%), productos minerales no metálicos (76,3%), sustancias y productos químicos (75,5%), e industria automotriz (68,6%).
MÁS INFO
El mejor resultado en las refinerías coincide con el incremental productivo en Vaca Muerta, clave para el desarrollo económico a partir de 2024 con su potencial exportador y de abastecimiento interno.
Por otro lado, los sectores que mostraron una retracción en la utilización de su infraestructura fueron, principalmente, los productos alimenticios y bebidas (62,4%), una caída seis puntos porcentuales en relación al mismo período de 2022. La caída en la molienda de oleaginosa marcó el pulso del bloque sectorial.
Los otros rubros que estuvieron por debajo del promedio fueron las fábricas de caucho y plástico (60%), productos textiles (59,1%), tabaco (52,6%), y metalmecánica excepto automotores (51,0%). Este último subsector estuvo afectado por la menor venta de maquinaria agrícola, contexto asociado a las consecuencias adversas de la sequía.