Según los últimos datos tributarios disponibles la participación de las y los contribuyentes deja ver una clara brecha de género también en materia patrimonial e impositiva: las mujeres tienen una mayor carga vía impuestos indirectos, son más del 50% de las personas que pagan monotributo, y apenas llegan al 30% en el caso de impuestos a la propiedad. La pobreza está feminizada y la riqueza masculinizada.
De acuerdo a datos de la AFIP para mediados del 2021 se registraban 5,7 millones de contribuyentes (personas humanas) el 54,3% eran varones y el 45,7% mujeres. De ese esquema, las mujeres tienen más presencia en los impuestos orientados a los sectores de menores ingresos (principalmente los que gravan el consumo) y los varones en los que gravan la riqueza. En concreto, si en el caso de las y los contribuyentes del Monotributo social y el Monotributo general las mujeres son un 62% y 48%, en el Impuesto a los Bienes Personales y el Impuesto a las Ganancias son el 34% y el 24% de las contribuyentes.
“Al observar la serie histórica de la distribución entre mujeres y varones en el pago del Impuesto a las Ganancias, la brecha en la participación en función del género tiene variaciones poco significativas entre 2009-2020, manteniéndose en 70%-30% de varones y mujeres respectivamente, al igual que sucede con el Impuesto a los Bienes Personales”, señala un informe del CEPA.
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Un estudio de la consultora Focus Market menciona, por su parte, que las mujeres en Argentina pagaron en promedio 12% más que los hombres por los mismos productos en los últimos seis años.
Qué pasa con cada impuesto
Las brechas que persisten en el acceso al mercado laboral y las desiguales condiciones en materia de registración e ingresos tienen relación directa con la carga impositiva que recae sobre mujeres y varones según la mayor o menor informalidad laboral, la posesión de bienes y la riqueza que hayan podido acumular.
En el caso de las y los contribuyentes que pagan Monotributo social y el Monotributo general el 61,8% y el 48,5% son mujeres, según se detalla en el informe Más mujeres para el desarrollo argentino de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía. Esto da cuenta de que “la participación de los contribuyentes por género difiere según el impuesto del que se trate: más mujeres en los impuestos orientados a los sectores de menores ingresos y más varones en los gravámenes más redistributivos”.
Si se observa qué pasa en el Impuesto a las Ganancias, con datos al 2020, los varones explican un 76,2% del total de los ingresos gravados mientras las mujeres apenas un 23,8%. Estos datos se desprenden del informe El 8M en perspectiva económica: de las brechas de género como desafío estructural, a las herramientas presupuestarias como forma de avanzar (2019-2022) del Observatorio de Género del CEPA que agrega que “las declaraciones juradas presentadas en el período fiscal del 2020 –último disponible- alcanzaron 902.686 casos, de las cuales 631.193 corresponden a varones (69,9%), mientras que 271.493 pertenecen a mujeres (apenas un 30,1%)”. El centro de economía explica que “la brecha de ingresos que observamos en el mercado laboral en su conjunto se replica en aquellos ingresos alcanzados por este impuesto. Existe una brecha significativa en el acceso a los puestos laborales que registran mayores ingresos y por este motivo tributan este impuesto”.
De acuerdo a datos del Centro de Estudios para la Producción (CEPXXI) de cada 10 personas asalariadas registradas en empresas privadas, 7 son varones y 3 son mujeres. Es manifiesta la dificultad de las mujeres para insertarse en actividades económicas que se encuentran históricamente masculinizadas y que además ofrecen mejores salarios promedios, estando sobrerrepresentadas en aquellas asociadas a tareas de cuidado.
Al respecto, el informe al que accedió este medio detalla que “los sectores de la construcción, explotación de minas, suministro de electricidad y gas, y agricultura son los que presentan menor participación de las mujeres en el total de presentaciones de declaraciones juradas de ingresos gravados por el Impuesto a las Ganancias. En cambio los sectores que presentan mayor participación de las mujeres en el total de presentaciones son salud y servicios sociales, administración pública, servicios inmobiliarios, siendo enseñanza el único sector con participación mayoritaria de mujeres”.
MÁS INFO
En cuanto al Impuesto a los Bienes Personales, que se aplica sobre la valuación total del patrimonio (bienes inmuebles, automotores, naves y aeronaves, títulos y acciones en el país y en el exterior, entre otros) para el ejercicio fiscal 2020 del total de las personas alcanzadas el 34,5% corresponde a mujeres y el 65,5% a varones, por lo que “se evidencia una clara distribución asimétrica en la titularidad de los patrimonios según género. Si bien desde el 2009 dicha participación viene incrementándose, aún está lejos de resultar equiparable a la participación de los varones”.
Desde Economía destacan que “más allá de la distribución entre los contribuyentes, si se analiza el monto efectivo desembolsado por cada concepto, puede observarse una profundización de la desigualdad. De cada 10 pesos que el Estado recauda en conceptos del Impuesto a las Ganancias, solo 2 son aportados por mujeres. En el caso del Impuesto sobre los Bienes Personales, 3 de cada 10 pesos recaudados provienen del gravamen sobre las mujeres”. Es decir que no solamente las mujeres poseen muchos menos bienes de s propiedad sino además el valor de esos bienes es todavía más bajo.
"Impuesto rosa"
Según un informe de la consultora Focus Market el porcentaje diferencial que pagan las mujeres en relación a los varones para productos similares se encuentra este año en 12,3%.
“Se trata del mismo porcentaje que en 2022, sin embargo este año encontramos 6 productos con “Impuesto Rosa” a diferencia del año anterior que encontramos 8 productos”, indica el informe y detalla: “encontramos diferencia de precio en las versiones femeninas con respecto a las masculinas, teniendo en todos los casos idénticas funcionalidades, calidad o cantidad y solo diferenciándose a quien va destinado. En el caso de la colonia para niña/niño ($1.440/$1.355) de 80ml la diferencia es del 6%, siendo la de niña más cara. Así también ocurre con las maquinitas de afeitar donde el pack rosa trae 3 unidades ($338) y el pack azul 5 unidades ($509), debiendo pagar por cada maquinita rosa una diferencia del 11%”.
Cabe aclarar que este término no refiere en realidad un impuesto como tal sino que hace referencia a "un sistema de fijación de precios discriminatorio sobre productos y servicios que se basan en el género". Se utiliza desde 1992 y tiene origen en la Dirección de Asuntos del Consumidor de Estados Unidos, con el propósito de "crear conciencia de la diferencia injustificada que pagan las mujeres en algunos productos".