El Gobierno demoró cuatro meses en presentar el proyecto del “impuesto” a las grandes fortunas, pero una vez que lo hizo comenzó a avanzar en el Legislativo. Juntos por el Cambio se opone a una redistribución minúscula de ingresos que ni siquiera pone en debate la estructura tributaria regresiva de Argentina y que fue tratada en muchos otros países del mundo.
El aporte extraordinario por única vez de los ultramillonarios obtuvo dictamen en la comisión de Presupuesto de Diputados y se tratará en el pleno de la cámara. Los números finos que recién se pulieron esta semana indica que afectará al 0,02% de la población.
Nada más que 9.298 personas humanas tendrán que pagar este concepto que ni siquiera les representa un porcentaje importante de sus ingresos, dado que empieza con una tasa del 2% para los patrimonios mayores a $ 200 millones y la máxima se limita al 3,5% para bienes radicados en Argentina.
Para el Estado esto va a implicar una recaudación que puede alcanzar los $ 307.898 millones, equivalente al 1,1% del PBI. El pago promedio del tributo entre las personas residentes alcanzadas sería de alrededor de $ 33 millones, monedas comparadas con el total de los activos que consiguieron por herencia o por el trabajo de los empleados que contrataron.