Después de pasar años en el Congreso Nacional en representación de Cambiemos, Susana Balbo eligió desconocer la legitimidad de una norma debatida y aprobada en el Parlamento a través de un recurso que presentó en la Justicia. La multimillonaria militante del PRO acudió a los tribunales para no pagar el aporte extraordinario a las grandes fortunas, pero deberá hacerle frente. Forma parte de los casi 100 individuos que acudieron a magistrados para evadir la responsabilidad que les cabe por contar con más de $ 200 millones.
Hoy, la Justicia Federal de Mendoza rechazó la medida cautelar presentada por Balbo. La ex diputada tenía declarados $ 191.413.863,87 en 2018, tal como surge de la declaración jurada que le acercó a la Oficina Anticorrupción en su último año como integrante del Legislativo. Ese año sus activos sufrieron un crecimiento exponencial, de casi el 100% respecto a los $ 102 millones que había comunicado para 2017.
Aunque hubiera perdido esa misma habilidad para multiplicar por dos sus bienes en tan solo doce meses, queda evidenciado que la exfuncionaria superó los $ 200 millones para fin de 2019, el período que se toma en cuenta para el aporte extraordinario de las grandes fortunas. En el caso de que sólo hubiera pasado el límite, le correspondería abonar el 2% de ese monto. Ese guarismo representa sólo una fracción del crecimiento patrimonial que cualquiera de las 13.000 familias más opulentas de Argentina acumuló en un año. Es decir, nada más que $ 4 millones si declaró $ 200.
Párrafo aparte merece el hecho de que el porcentaje se aplica únicamente a la tasación fiscal del patrimonio, que puede representar el 20% del precio de mercado. Balbo, por caso, valuó un departamento de 100 m2 en la Ciudad de Buenos Aires en $ 1,3 millones (U$S 33.500 de esa época) y una casa de 1.980 m2 en Chacras de Coria por $ 3,8 millones (U$S 98.800).
El grueso de su abultada declaración está ocupado por su tenencia del 100% de Dominio del Plata SA, la compañía dueña de Balbo Wines. Las acciones de la bodega vitivinícola representan $ 162,4 millones.
Balbo entró al Congreso en 2015, en la misma elección que Mauricio Macri ganó para Presidente. “Susana ocupó el cargo de vicepresidente de la Comisión de PyMes, importante proyecto del nuevo gobierno de Mauricio Macri, de gran relevancia para la creación de nuevos empleos. Como emprendedora y fundadora de una PyMe, Susana aportaba aquí su valiosa visión”, relata la página web de su firma. Mientras se jacta de esto, la empresaria mendocina intentó evadir un aporte cuyo destino son las PYMES en un 20%. Para los clientes una cara, pero a la hora de hacer frente a la AFIP, la opuesta.
Escándalo de por medio por haber participado de una sesión con los pies levantados sobre su asiento en medio del recinto mientras miraba el celular, Macri la eligió para presidir el W20, un grupo de trabajo de género dentro del G20. Los pasillos del parlamento dejaron de verla en 2018, cuando renunció a su cargo legislativo para abocarse a este otro.
Por supuesto que nunca descuidó su empresa ni de ella misma, como cuando criticó que sus empleados ganen más en Dominio del Plata SA que ella en el Congreso. "Si yo comparara (mi salario) con los sueldos que tienen personas que están en mi empresa, deberíamos ganar el doble. Hoy, las personas que están en cargos importantes de mi empresa ganan mucho más de lo que gano yo como diputada", había planteado hace cinco años.