Con el objetivo de preservar las reservas, el Gobierno inauguró el nuevo sistema de control de importaciones bajo un régimen de estricta verificación sobre los pedidos que realizan las empresas y con beneficios específicos para las pymes. A pesar de las quejas de algunas compañías, más de la mitad de las solicitudes fueron aprobadas y se espera una reducción de los montos operados en el comercio exterior.
El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) es un mecanismo que busca dar un mayor ordenamiento y trazabilidad completa a las operaciones y evitar casos de sobrefacturación, uso abusivo de cautelares y otras operaciones irregulares. Con su implementación, hubo algunos señalamientos por demoras en obtener autorizaciones, pero según datos oficiales, casi el 51% de las operaciones ya fueron aprobadas.
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Cómo funciona el nuevo sistema de importación para cuidar dólares
Desde el debut del SIRA, se registraron un total de 12.048 operadores, que realizaron 78.067 declaraciones. Eso representó una demanda US$ 8.265 millones. Dentro de ese universo, casi el 40% de los importadores son pymes, pero significan apenas del 9% de los dólares que solicitan al Banco Central (BCRA).
Esta razón motivó a que el ministro de Economía, Sergio Massa, permitiera que las pymes que tengan pedidos en estado de salida puedan pagar las compras al exterior, o incluso por adelantado, por hasta US$ 50.000 mensuales. Este martes, alrededor de 1.000 empresas eligieron este camino, por un monto de US$ 125 millones de fondos propios. Existen tres vías para realizar este pago: el giro de divisas al exterior, dólares en una cuenta bancaria fuera del país, o se le envía a la filial local insumos como aporte de capital.
En la AFIP cuentan con una planilla calendario detallada con los pagos que debe efectuar el Central día por día en base al despacho de Aduana. El nuevo sistema de importaciones también posee un mapa que determina las “observaciones” que el organismo de control informa a las empresas.
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El esquema analiza cuántas importaciones y por qué montos solicitó el importador en los últimos 24 meses, y lo compara con el pedido actual. De esta manera, si un importador realiza una solicitud muy por encima de su promedio, la empresa es ubicada en la “zona roja” y se le otorga un plazo para que explique el movimiento.
Este nuevo sistema viene a desterrar la denunciada desidia previa, cuando se llevaba a cabo el "festival de importaciones", que denominó la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y coincidió Massa. En Aduana habían detectado 1.068 empresas que recurrieron a cautelares. Por el momento, el SIRA despejó US$ 2.600 millones en cautelares y el 7% fueron las empresas desistieron voluntariamente. Posiblemente, el número siga subiendo porque las compañías querrán evitar dar explicaciones respecto a las características de los pedidos para importar de forma desproporcionada.
Se caen las importaciones y no esperan suba de precios
Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, aseguró que el nuevo sistema que anunciará el Ministerio de Economía de liberar las importaciones para las empresas que compren con sus propios dólares, puede generar un "aumento de los costos" que se traslade al precio final que pagan los consumidores. Sin embargo, desde el Gobierno sostienen que las modificaciones no deberían afectar costos, ni precios. Con el SIRA buscan promover el flujo de insumos, más que de bienes.
Del festival de importaciones, que llegó a demandar más de US$ 7.500 millones mensuales (unos U$S 340 millones por día hábil), los mayores requisitos redujeron ese flujo a U$S 125 millones en los últimos 15 días de octubre (unos 12,5 millones por día laboral). Si se compara con los 2.971 millones de la primera quincena de febrero, la reducción es de 95 por ciento.
Desde principios del año hasta la implementación del nuevo esquema se registraron compras en el exterior por 57.531 millones de dólares, mientras que esos mismos importadores por la misma mercadería solicitaron permisos para acceder al mercado cambiario por 94.076 millones. Esto implica una 65 por ciento más de declaraciones juradas presentadas a través del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) que las compras realmente realizadas por las firmas en el exterior.