En medio del fuerte volumen de deuda que se acumula el Banco Central con los importadores, que supera los 10.000 millones de dólares, el Gobierno dispuso relajar los controles para el 36 por ciento de los productos y bienes de importación que hasta el momento tenían que pasar por lo que se denomina "canal rojo" de la Aduana, que es el de máximo control. La medida había sido dispuesta el año pasado por la administración anterior, en medio de importantes abusos por parte de los importadores en las compas externas con el objetivo con el solo objetivo de dolarizarse.
Las restricciones afectaban, entre otros productos, al rubro textil, calzado y a productos sujetos a medidas antidumping vigente, como termos, radiadores, calderas, aires acondicionados, cubiertos y ventiladores, entre otros. Se trata de bienes de diferentes orígenes, sobre de China, que ya cuentan con penalidades antidumping, es decir, que pagan un arancel más elevado de acuerdo con normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La decisión de pasarlos a canal rojo había sido adoptada por la anterior gestión económica, con el efecto de generar una mayor demora en la liberación de los despachos a plaza de la mercadería. Según consta en un par de resoluciones adoptadas por la Secretaría de Comercio y el Ministerio de Economía, en el grupo de productos hay tanto bienes terminados de consumo como bienes de capital o insumos. Por caso, figuran termos de China y Oxido de Zinc de Brasil y Perú, entre otros.
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El argumento oficial sostiene que la medida que se había dictado durante el gobierno de Alberto Fernández multiplicaba las exigencias de control de la Aduana. Hay que tener en cuenta que la Aduana aplica tres criterios de control, el canal verde de menor intensidad; el naranja en el que se controla la documentación; y el rojo donde además se debe verificar que lo declarado coincide con una inspección física del cargamento.
Todas las mercaderías que ingresan al país pueden caer en alguno de los tres criterios, de manera similar a lo que ocurre con los pasajeros de un vuelo internacional. Pero en algunos casos, se había dispuesto canal rojo obligatorio para mercaderías provenientes de ciertos orígenes considerados riesgosos, y para las que pagaban.
Según especifica la norma, se trataba de "un proceso aduanero que implicaba controles exhaustivos generadores de costos y demoras para las empresas importadoras", que afectaba al 36 por ciento de las operaciones de importación enviadas al canal, lo que representa un 7 por ciento de toda la mercadería que ingresaba a la Argentina. "A partir de ahora, estos productos estarán sujetos a verificaciones aleatorias establecidas por la Aduana para todo el universo arancelario", remarcó el texto.
De esta manera, la medida libera a las empresas previamente afectadas por esto a llevar adelante un significativo gasto en el despacho por contenedor, que con esta disposición se reduce en 1.200 dólares, lo que representa un 2,5 por ciento del valor promedio de la mercadería despachada en una importación.
El "canal rojo" es asignado automáticamente a ciertos productos por los agentes aduaneros, basándose en la presentación inicial del despachante para llevar a cabo una verificación de la documentación. Si un contenedor es direccionado a este carril, se realiza un control exhaustivo tanto documental como físico de la mercadería. Si esta cumple con las normativas vigentes, se autoriza su retiro. Sin embargo, si se detectan irregularidades, todo el proceso se detiene.