Argentina apunta a mantener el cobro del peaje de la Hidrovía Paraguay-Paraná mientras busca alcanzar un principio de acuerdo con Paraguay por la compra de la energía de la represa binacional Yacyretá, en el contexto del conflicto comercial que involucra a ambos países desde hace semanas.
La polémica con la nación vecina escaló hace ya dos semanas, cuando Paraguay -junto a los gobiernos de Brasil, Bolivia y Uruguay- hizo público un documento en el que se le solicitó a Argentina que deje de cobrar peaje en el tramo Santa Fe norte de la Hidrovía, que se instauró en enero pasado.
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Fuentes oficiales desmintieron la versión que circuló en las últimas horas de un cuarto intermedio y remarcaron, en cambio, que ya hay dos reuniones pautadas para esta semana para seguir negociando una resolución. Una de la Comisión del Acuerdo, encargada de la parte técnica, este martes, y otra de la Comisión de la Hidrovía, encargada de la dimensión política, este miércoles. En paralelo, se suceden numerosas reuniones con los armadores de cada parte.
Mientras se apuesta al diálogo, la intención argentina hasta este momento es, pese al reclamo paraguayo, mantener el cobro del peaje, según pudo saber El Destape de fuentes al tanto de las conversaciones bilaterales. Por eso, la discusión pasa por el concepto de ese cobro, ya que Argentina asegura que solo se limita a lo necesario para el mantenimiento de la Hidrovía, que hasta 2022 subsidiaba por un total de 20 millones de dólares destinados a ese tramo.
Yacyretá y la política detrás del conflicto
También sigue en plena negociación el conflicto paralelo por la energía de la represa binacional Yacyretá por la retención paraguaya de su parte energética, que hasta entonces vendía a Argentina.
La cuestión se complejiza porque Paraguay entiende que la Entidad Binacional que gestiona la represa le debe 150 millones de dólares, mientras que Argentina considera que, en todo caso, es Paraguay quien debe unos 4.000 millones de dólares por la construcción de la obra. Pero en esta dimensión la postura del Gobierno parece ser más laxa. Las fuentes oficiales señalaron a este portal que ya habría un principio de acuerdo para que Argentina vuelva a comprar la energía paraguaya, aunque evitaron precisar si el nuevo precio sería más alto que el anterior.
Es decir, hasta este momento el conflicto con Paraguay abarca estas dos negociaciones en paralelo, ya que, aunque sea obvio que la cuestión de Yacyretá se da en represalia a la de la Hidrovía, y así lo entiende el gobierno argentino, las autoridades paraguayas no lo reconocen de este modo y plantean que necesitan de esa energía que ahora retienen.
El gobierno argentino considera que Paraguay está sobrepolitizando el conflicto. Incluso recuerdan que el jefe político del actual presidente paraguayo, Santiago Peña, es el ex mandatario Horacio Cartes, reconocido amigo y aliado político de Mauricio Macri.
El vínculo de Peña con Massa, de hecho, comenzó con el pie izquierdo. "No le compraría un auto usado" al ministro de Economía argentino, ironizó el sucesor de Mario Abdo Benítez al revelar su decepción por no haber llegado a un acuerdo en la reunión que ambos mantuvieron a fines de agosto en Asunción pese a los trascendidos inicialmente positivos.
Por qué el conflicto con Paraguay tiene un costo económico menor
Los expertos consideran que el impacto económico del conflicto es, por ahora, poco significativo para Argentina. En relación a la Hidrovía, el experto en comercio internacional Marcelo Elizondo señaló a El Destape que "la discusión de si se paga o no se paga (el peaje Santa Fe norte) no parece tan significativa" y que se trata de un asunto que "debería resolverse sin tanta complejidad".
"No veo un impacto económico tan significativo", consideró en el mismo sentido Gabriel Merino, sociólogo de la UNLP e investigador del CONICET especializado en economía política internacional.
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Respecto a Yacyretá, Merino resaltó a este portal que la energía importada de Paraguay es solo un 10% del total, por lo que es fácilmente sustituible comprándole más energía a Brasil, sobre todo mientras no llegue el pico de calor del verano.
En todo caso, los dos expertos coincidieron en que el peligro no está en el costo actual del conflicto sino en los riesgos políticos y económicos que podrían surgir si la situación escalase.
"El impacto es más político y el problema es más en relación al Mercosur como bloque", afirma Merino, especialmente tras las tensiones al interior del bloque por la voluntad de Uruguay de negociar unilateralmente tradados de libre comercio y, agrega Elizondo, cuando está por comenzar una nueva renegociación por el acuerdo con la Unión Europea.
Para el propio Elizondo, la situación "es más grave" tanto "desde el punto de vista geopolítico, porque el gobierno de Paraguay recién comienza su mandato" como "por lo que afecta a la relación general y a otros temas del vínculo bilateral", ya que "aleja a los dos países para tomar decisiones juntas en asuntos mucho más relevantes". Aunque cierra con optimismo: "Yo creo que en cualquier momento se va a acomodar".
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