La Argentina está explorando las instancias de cooperación internacional, tanto en organismos multilaterales como en el seno de la Unión Europea, para acceder a líneas de créditos destinadas a facilitar el llamado "financiamiento verde" necesario para el desarrollo de la industria del hidrógeno bajo en carbono.
El financiamiento multilateral y bilateral a bajo costo para proyectos de sustentabilidad energética está abriendo una nueva era de oportunidades, tal como se anunció en el COP26 con compromisos por US$ 100.000 millones anuales de financiamiento a países de ingresos medios y bajos.
Fuentes del Gobierno dijeron a Télam que poder acceder a estas líneas de bajo costos y de creciente disponibilidad "serán clave para poder facilitar las inversiones en el país y la reducción del costo del capital necesario para la radicación de inversiones y los acuerdos comerciales con potenciales socios".
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En ese sentido, el Banco Mundial anunció su objetivo de lograr en los próximos cinco años que el 35% de su financiamiento, en promedio, genere co-beneficios climáticos, algo similar a lo declarado por el Banco Interamericano de Desarrollo que comprometió un mínimo de 25% de sus operaciones a cambio climático, sostenibilidad del medio ambiente y energía sostenible.
Por su parte, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) anunció que para 2026, el 40% de sus préstamos serán destinados a financiamiento de políticas verdes, y de similar manera el Banco Europeo de Inversiones comprometió alcanzar un 50% de su cartera relacionada al financiamiento climático a 2025.
Finalmente, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) también anunció recientemente que todos sus financiamientos deben ser compatibles con el Acuerdo de París, entre otras entidades nacionales o multilaterales que ya anticipan la movilización millonarias de fondos para financiar los proyectos de la transición energética acorde a los objetivos de reducir el impacto del cambio climático.
Las necesidades de capital para países como la Argentina no solo refieren al aumento de capacidad instalada para la producción de los diferentes tipos de hidrógeno y la absorción y almacenamiento de emisiones.
Sino también a la mejora de infraestructura de transporte y acceso a zonas de producción, la red de gasoductos, la multiplicación de la capacidad de generación de energía renovable y el manejo de los recursos hídricos en las zonas de producción a partir de electrólisis, detallaron.
Así, los mecanismos de cooperación internacional concertados en tratados multilaterales -como el Acuerdo de País- que promueven la transición justa y la transferencia tecnológica internacional, el funcionamiento transparente de los mercados internacionales y un marco normativo propicio podrían ser la clave para acelerar el crecimiento de esta industria en Argentina y promover un mayor nivel de inversiones.
A diferencia de otros sectores económicos basados en ventajas naturales, la disposición de los recursos en distintas latitudes del país hace que el hidrógeno pueda ser un recurso con un impacto federalizado y que su matriz de crecimiento sea a partir de fuentes renovables.
Esta industria requiere enormes flujos de capital para desarrollar nuevos mercados y tecnologías de producción.
Con información de Télam