(Por Leandro Selén) - Los principales grupos empresarios de la Argentina aumentaron sus riquezas en los últimos años a pesar de las crisis económicas que arrastró el país en el último lustro y la pandemia de coronavirus, y lo hicieron en una economía a la que suelen calificar de inestable, insegura y desfavorable para sus negocios.
Así lo indica el documento "Estructura corporativa y riqueza en la Argentina", que aborda 16 casos de configuración empresarial y valorización comercial durante la pandemia, realizado por Hernán Letcher, Julia Strada y Leandro González, todos miembros del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)
"A contramano de lo que está instalado en la Argentina, en alguna medida justificando la fuga y trasnacionalización de sociedades, en base a una macro inestable y supuesta excesiva presión fiscal en Argentina, lo que hay es una premeditación muy clara de armar estructuras que permitan la fuga, la evasión" de los grandes conglomerados empresariales, indicó Letcher a Télam.
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Así explicó que "se invierte esa relación, donde previo a la inestabilidad macroeconómica del país o las crisis, estos grandes empresarios logran escindirse o desengancharse del ciclo económico argentino, pero en realidad pueden tener mucho que ver con las crisis recurrentes de la Argentina".
El trabajo realizado por CEPA destaca que "la pandemia colocó en el centro de la escena a los fenómenos de riqueza y desigualdad en Argentina y el mundo".
Por su parte, Strada puntualizó a Télam que "en un contexto en el cual la sociedad argentina se empobrecía y realmente sufría las consecuencias de la pandemia, hubo sectores que mejoraron su valorización patrimonial".
"Esto se inserta en nuestras discusiones actuales respecto del aumento de la desigualdad. Este puñado de ricos logran escindirse de la dinámica cíclica de nuestras economías", indicó la economista, quien explicó que "la dinámica de la economía argentina plantea ciclos donde suelen haber crisis que nos afectan a la mayoría, pero vemos que estos grupos económicos logran quedar independizados de las crisis".
El trabajo de CEPA, realizado con la colaboración de la fundación Friedrich Ebert, indicó que en la Argentina "se observa un ocultamiento ostensible de las riquezas personales y las aproximaciones más conocidas son publicaciones privadas de dudosa confiabilidad".
Por ello, "se construyó un camino de aproximación que toma como punto de partida los patrimonios comerciales de esas personas, con una definición de una muestra acotada de 16 casos".
El relevamiento toma los casos de los empresarios Claudio Belocopitt, Carlos Blaquier, Federico Braun, Alejandro Bulgheroni, Nicolás Caputo, Máximo Cavazzani, Rubén Cherñajovsky, Alfredo Coto, Eduardo Eurnekian, Javier Madanes Quintanilla, Héctor Magnetto, Luis Pagani, Alberto Pierri, Paolo Rocca y Edith Rodríguez, y sus respectivas familias.
Además incluye a los herederos de Jorge Horacio Brito, Carlos Bulgheroni, Noble Herrera y también sus familias.
En todos los casos "se confirmó la presunción de uso de offshores, se confirmaron vínculos cruzados con la formación de activos externos, la participación en el blanqueo de 2016 y la aparición en listas de paraísos fiscales".
"Encontramos paraísos y guaridas fiscales como sede de muchos de estos entramados empresariales. Fuimos identificando una serie de características comunes, como el armado de sociedades vehículos, sin un fin claro y específico", señaló Strada.
Subrayó que "en muchos casos, en estos entramados empresariales, terminan siendo intermediaciones como vehículo para la inversión pero que agregan eslabones a una cadena que se hace muy larga y alejan la responsabilidad del beneficiario final respecto de la actividad concreta que desempeña la empresa, y también la responsabilidad laboral".
De acuerdo con el estudio, Carlos Blaquier pasó de tener un patrimonio de US$ 120.435.291 en febrero de 2020 a US$ 234.095.265 a comienzos de este año, con lo cual casi lo duplicó; el de Federico Braun aumentó de US$ 410.850.732 a US$ 416.827.730 en el mismo periodo; el de Nicolás Caputo trepó el 170% de US$ 78.155.168 a US$ 211.051.274; el de herederos de Noble y Héctor Magnetto, de US$ 386.788.352 a $ US$ 450.216.144; y el de Paolo Rocca, de US$ 12.209.008.776 a US$ 16.632.704.671.
En tanto que el patrimonio de los herederos de Jorge Horacio Brito pasó de US$ 557.116.520 en 2021 a US$ 649.335.687 a comienzos de este año.
Por otra parte, están los que ganaron en el primer año de pandemia, como Javier Madanes Quintanilla, de US$ 600.481.905 a US$ 650.907.963; Rubén Cherñajovsky, US$ 2.002.652.100 a US$ 2.586.279.518; Luis Pagani, de US$ 4.995.980.375 a US$ 5.719.006.702; Eduardo Eurnekian, de US$ 1.297.675.540 a US$ 1.459.665.909; y Alejandro Bulgheroni y herederos de Carlos Bulgheroni, de US$ 1.404.173.297 a US$ 1.738.581.063.
Con información de Télam