El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca estimó hoy que la producción de trigo de la campaña 2021/2022 se ubicará en 22,1 millones de toneladas, con un alza del 25,6% respecto a la temporada 2020/2021.
En tanto, la producción de soja sería de 42 millones de toneladas y la de maíz totalizará 57 millones, con caídas de 8,7% y 5,8%, respectivamente, respecto a la campaña 2020/2021.
La merma en la soja y el trigo responde a la falta de lluvia de los últimos meses del año pasado y el primer tramo de 2022 y por las heladas registradas en marzo, que afectaron en buena medida el rendimiento de ambos cultivos.
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El informe mensual de "Estimaciones Agrícolas" también reflejó que la cebada mostrará un crecimiento del 30% y llegará a las 5.200.000 toneladas.
La producción de girasol subirá 3,9% hasta las 3.600.000 toneladas; el maní se incrementará 2,4% y se ubicará por encima de las 1.300.000 toneladas; y el algodón tendrá un alza del 4,8%, con una proyección de 1.100.000 toneladas.
En sentido contrario, el arroz presentará un declive del 14,3% respecto a la campaña previa, en 1,2 millones de toneladas; y el sorgo granífero declinará el 9,1% y anotará una producción de 3 millones de toneladas.
El informe del Ministerio de Agricultura -al argumentar las causas del recorte en el rinde de la soja- dijo que "la sequía ocurrida la primera mitad del mes de enero" causo inconvenientes en el desarrollo de la oleaginosa de primera ocupación.
En febrero y marzo hubo una importante recuperación en los plantíos a partir de una mejora en el caudal hídrico.
En el caso de la soja de segunda "la situación es diferente, reportándose demoras en la fecha de siembra por no contar con humedad adecuada; en los ya sembrados, retraso en el ritmo de crecimiento, provocando un menor volumen vegetativo".
Por último señalaron que los cultivos también se vieron afectados por las heladas de fines de marzo.
Respecto al maíz, explicaron que "las escasas o nulas lluvias de los primeros días de enero afectaron principalmente a los maíces tempranos que estaban en la etapa crítica de floración, disminuyendo sus rindes y destinándose una mayor superficie como reserva forrajera".
Como consecuencia de las dificultades climáticas, "el cultivo no alcanzará el potencial de rendimiento esperado al inicio de la campaña".
Con información de Télam