Cuánto costó al país el capricho de Milei de no continuar el GNK

Según estimaciones de fuentes opositoras, las importaciones de energía que necesita el país por no tener listas las obras de los gasoductos sumarían u$s 3.200 millones en el año.

31 de mayo, 2024 | 00.05

Una serie de decisiones del gobierno de Javier Milei demoraron dos obras estratégicas en el área energética, como son las dos plantas compresoras en Tratayén y Salliqueló del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK), que duplican la capacidad de transporte del ducto, y la reversión del Gasoducto Norte (GN) para abastecer las regiones del centro y norte del país con producción de gas de Vaca Muerta. En ambas obras la idea era reemplazar importación de energía con producción local de gas. El total de inversión que requerían era de alrededor de u$s 1.020 millones (u$s 740 millones de la reversión y u$s 280 millones de las plantas compresoras). Con el encarecimiento en dólares del país en los últimos seis meses, estas obras demandarán ahora varios millones más. 


El freno o demora a toda la obra pública, sin discriminar, tendrá un costo económico en el frente energético de u$s 3.200 millones en todo el año, que es lo que el Estado tendrá que desembolsar en importaciones de GNL, energía eléctrica de países vecinos y combustibles líquidos (para generar electricidad) por no poder contar con el GNK funcionando a ful y el GN enviando gas de Vaca Muerta al norte argentino, según estimó un exfuncionario de Enarsa a El Destape.

El monto se desagrega -según la misma fuente- en u$s 1.500 millones de importación del gas de Bolivia en todo 2024. A esto se suman u$s 600 millones de las recientes importaciones de urgencia de GNL y combustibles líquidos (fueloil y gasoil, que usan las usinas para generar electricidad) hasta el momento. Además, hay que tener en cuenta los u$s 400 millones sólo hasta fines de mayo de importación de energía eléctrica de países vecinos, sobre todo desde Uruguay y Brasil, luego de que se recomponga algo de la generación hidroeléctricas dañada por las inundaciones en el estado de Río Grande do Sul (el mayor exportador eléctrico hacia la Argentina). Se sumarán casi dos meses más de importaciones de energía desde estos países, que suman alrededor de u$s 6 millones por día. 

“Hay que ver cómo evoluciona el invierno, que va a ser muy complicado porque va a ser más frío que el de 2023”, expresó un técnico del sector energético. Los cálculos se aproximan a un total de entre 3.100 y 3.200 millones de dólares de importaciones de energía en el año, aunque “hay que esperar la evolución del invierno para tener una cifra más exacta”, aclararon las mismas fuentes.

Crisis y obras

El gobierno de Milei atraviesa una emergencia energética por la falta de gas en el país. Este miércoles hubo cortes de suministro a 100 industrias de Córdoba, Santa Fe y en algunas provincias del norte. Los cortes fueron para industrias con contratos interrumpibles y en firme, que justamente pagan el gas más caro para reservarse suministro. Con la descarga del buque de GNL de Petrobras, que se había demorado por problemas en el pago del gobierno argentino, el servicio se irá reestableciendo este jueves, pero el sistema continúa al límite. 

En la obra de las plantas compresoras, que se inició el año pasado, faltaba el 18% de ejecución (dos o tres meses de trabajo) para poder ponerlas operativas (antes de cumplir el 100% ya pueden entrar en operación). Ahora se estima que a fines de junio podría estar lista una, la de Salliqueló. Las plantas compresoras permiten ampliar la capacidad del GNK de 11 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) a 22 MMm3. 

Por la política de “obra pública cero”, el gobierno de Milei no desembolsó u$s 35 millones a las constructoras Sacde y Contreras para que terminen las plantas antes del invierno. Como consecuencia, cinco meses después, y ante el anticipo del invierno en mayo, el gobierno tuvo que salir de urgencia a comprar cargamentos de GNL y de gasoil y fueloil por casi u$s 600 millones para abastecer a las usinas térmicas. El negocio para las arcas del Estado fue nocivo.

Cuando asumió, Milei también detuvo el proceso de licitaciones y de obras de la reversión del Gasoducto Norte. La urgencia ahí era también marcada porque Bolivia viene en declino y la Argentina necesita reemplazar ese gas importado para las provincias del norte. La finalización de la obra de reversión estaba planificada para julio de este año, pero -de nuevo- el gobierno de Milei demoró algunos meses en avanzar con las licitaciones. 

Ahora podría estar lista para octubre, cuando baja considerablemente el consumo de gas en el país. Esta semana, en medio de la crisis del gas, Enarsa informó que ya se soldaron los primeros 100 kilómetros (de 122 km) del ducto entre Tío Pujio y La Carlota, que es una obra que forma parte de la reversión del Gasoducto Norte. “Lo único que tenía que hacer Milei era darles continuidad a las obras y fue lo único que no hizo”, añadieron desde el Frente Renovador. 

Además de las obras, el gobierno también tuvo problemas de coordinación y previsión para planificar el abastecimiento de gas del país. Reaccionó tarde con la compra de cargamentos de GNL y combustibles líquidos ante la llegada de la ola de frío, pero durante 2024 -ante la obviedad de no llegar con las obras de los gasoductos- “el gobierno se negó a volver a traer el país el buque regasificador de Bahía Blanca”, explicaron las mismas fuentes. La Argentina tiene terminales de GNL en Escobar, hoy operativa, y otra en Bahía Blanca.