En momentos en que casi diez millones de personas, entre ellas trabajadores y trabajadoras con ingresos formales, se alimenta en comedores comunitarios, las alimenticias acaparan producción, abultan sus ganancias y hasta reparten dividendos entre sus socios. Este es el caso de Molinos Río de la Plata, que detenta un fallo en contra de la Corte por triangular ganancias e infracciones por desabastecer el mercado interno pero anunció que repartirá 990 millones de pesos en dividendos. El monto distribuido equivale a más de un tercio de la ganancia obtenida por la empresa durante el año pasado, la que ascendió a 2700 millones de pesos.
El grupo había revertido en plena pandemia los resultados negativos que sufrió durante el macrismo, cuando llegó a perder 1700 millones de pesos en 2018 y 1006 millones al año siguiente. En 2020, con una mayor nivel de consumo y el alza de precios de los alimentos, la empresa registró una ganancia de 1700 millones, mientras que en 2020 tuvo una rentabilidad de más de 1700 millones de pesos. El año pasado esa ganancia se elevó un 58,9 por ciento respecto al 2020, al alcanzar los 2700 millones de pesos, con ingresos por 66.572 millones.
El grupo de la familia Perez Companc anunció a las autoridades de la Bolsa que repartirá parte de sus ganancias de ese monto. "En la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de Accionistas de la Sociedad celebrada en el día de la fecha (27 de abril), se resolvió disponer una distribución de dividendos en efectivo por la suma total de 990.000.000 pesos", detalla el comunicado que firma Matías Andrés Avico, responsable de Relaciones con el Mercado de Molinos Río de la Plata. La suma por acción representa "al 491,5 por ciento del capital de la sociedad".
La empresa elevó sus ganancias, pese al menor nivel de ventas domésticos, a partir de un "ajuste" de su estructura. En 2020 se desprendió de sus oficinas centrales en la localidad bonaerense de Victoria, con lo cual obtuvo ingresos por 2027 millones de pesos, a lo que sumó 1169 millones en "recorte extraordinario de gastos". Por el contrario, en marzo último absorbió los negocios de La Salteña, concentrando aún más su negocio alimenticio.
Historia de incumplimientos
Molinos Río de la Plata cuenta con el 22 por ciento de la producción de aceite nacional, con marcas como Cocinero y Lira; el 22 por ciento de la producción de harina de trigo; y el 38 por ciento del mercado de pastas secas. La firma está presente en otros segmentos claves del rubro alimentos, con su marca de arroz Gallo, congelados Granja del Sol, pastas frescas, tapas de empanadas y tartas La Salteña, la yerba Cruz de Malta o las golosinas Terrabusi, por citar apenas unos ejemplos. A través de Molinos Agro, que forma parte del conglomerado, se consolidó el año pasado como la novena exportadora de granos local, la segunda en el segmento aceite de soja y la tercera el en rubro harina y expeller de soja.
En septiembre del año pasado la Corte Suprema de Justicia falló en contra de la empresa y en favor de la AFIP por el cobro del impuesto a las Ganancias sobre dividendos que la subsidiaria chilena giró hacia su casa matriz, en Argentina. La empresa se había respaldado en un tratado de doble imposición entre ambos países para no pagar por impuestos por esas ganancias. La causa involucraba un monto de recaudación superior a 65 millones de pesos.
“Con cita de los principios del derecho público a los que deben adecuarse los tratados, en especial la buena fe y la razonabilidad, resolvieron que la conducta de la actora no se encuentra amparada por las normas del Convenio de Doble Imposición”, estableció el máximo tribunal en su fallo que obliga a pagar el impuesto a la empresa.
En marzo del año pasado, además, la Secretaría de Comercio Interior, a través de la Subsecretaria de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores, imputó a las empresas Mastellone, Fargo, AGD, Danone, Molinos Cañuelas, Bunge, Molinos Río de la Plata, Unilever, P&G, Paladini y Potigian por retención en sus volúmenes de producción o falta de entrega de determinados productos de consumo masivo para su comercialización.
En los últimos días se denunció la misma situación; en particular, de los productos incluidos en Precios Cuidados y en la industria farinácea. Mientras se espera por la constitución del fideicomiso de trigo, la bolsa de harina de 25 kilos se vende ya un 73 por ciento más cara de lo acordado. El precio debería ser 1150 pesos cuando los panaderos la consiguen en promedio por 2000.
Para este viernes, la Secretaría de Comercio Interior convocó a las principales empresas que dominan el mercado alimenticio, como Molinos, Arcor, Danone, Nestlé, Mondelez, Mastellone y Unilever, para analizar "subas injustificadas" y problemas de abastecimiento en algunos productos.