Especialistas del Instituto Nacional de Tecnologìa Agropecuaria (INTA) proponen incrementar la productividad ganadera con la misma cantidad de animales, como alternativa frente al desafío que tiene la Argentina de impulsar el crecimiento del sector.
Para ello, consideran necesario obtener animales más pesados a partir de una buena administración de la dieta, incrementar la eficiencia y lograr un producto final de calidad.
"En los últimos años, el país rediseñó los sistemas ganaderos y está preparado para una mayor productividad en recría y en engorde", consideró Aníbal Pordomingo, referente en producción ganadera del INTA, en una nota publicada en la Revista IDIA21 del organismo.
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Para el especialista, "es posible aumentar sustancialmente la producción carne por unidad de superficie con la misma cantidad de terneros que tenemos, considerando también el manejo eficiente de los pastos".
En este punto, Gabriel Zurbriggen -investigador del grupo de producción bovina y recursos forrajeros del INTA Marcos Juárez, Córdoba- aseguró que para lograr una alta eficiencia productiva y económica es clave pensar en ciclos de invernada cortos.
"Así se evita superponer camadas y que los animales pasen dos inviernos sobre las pasturas", explicó, y recomendó "vender animales jóvenes" para no comprometer la calidad de la carne.
Según el especialista, esto se puede lograr con planteos pastoriles puros con un techo de producción de 500 kilos de carne por hectárea, sin suplementación; mientras que con suplementación se logran producciones de 1.000-1.100 kg de carne por ha de pastura, y de 800 kg de carne cuando se considera el ajuste de superficie por suplementación.
"Es necesario asegurar ganancias medias anuales no menores de 650 gramos por día", indicó, y recomendó una planificación en la alimentación, donde la suplementación estratégica de las pasturas con granos cumple un rol trascendental al sostener la carga invernal y corregir el desbalance de nutrientes que tienen las pasturas durante el otoño.
Según el especialista, el uso de la suplementación con grano de maíz permite sostener la carga durante los meses de menor producción de las pasturas y los ritmos de ganancia de peso que garantizan la terminación de los animales dentro del año de invernada.
Una alternativa para el aumento de los pesos de faena es el uso de cruzamientos con razas continentales, de manera de aumentar el peso de faena, 450 a 470 kg para novillos cruzas vs. 400 a 420 kg para novillos británicos bajo un mismo manejo.
En este caso, las ganancias medias anuales no deben ser menores a 750 gramos por día.
También una buena recría permite que el animal desarrolle masa muscular, principal componente de calidad del producto final, en lugar de encierro en corrales, donde en animal desarrolla menor cantidad de músculo junto con engrasamiento.
Asimismo se puede aumentar la producción de carne por unidad de superficie con animales jóvenes de 18 a 24 meses de entre 420 y 450 kilos -peso de exportación-.
Para Gabriela Grigioni -investigadora Instituto de Tecnología de Alimentos CIA-INTA y especialista en calidad de alimentos-, "la categoría bovina macho entero joven representa una alternativa interesante de producción de carne en el país".
Según la especialista, estos animales utilizan el alimento "más eficientemente con una mayor eficiencia de conversión y producen una res con mayor rendimiento y menos grasa que los animales castrados".
"Los resultados sugieren, además, que los sistemas de producción de carne vacuna que utilicen animales sin castrar presentarían beneficios desde el punto de vista del bienestar animal, también por una mayor eficiencia productiva, mejor rendimiento carnicero y mayores márgenes económicos", agregó.
De todos modos, Grigioni admitió que esta categoría se caracteriza también por poseer un temperamento más agresivo, con lo cual deben tomarse ciertos recaudos en su manejo en general.
Con información de Télam