Mientras se discute en Argentina, el FMI recomienda una reforma fiscal progresiva

Las economías de mercados emergentes y de bajos ingresos tienen un importante potencial tributario sin explotar, del 8% al 9% del PIB. Impuesto a la riqueza en la mira del desarrollo. 

20 de septiembre, 2023 | 12.21

En momentos en que se rediscute el sistema tributario en la Argentina, tanto por la eliminación de la cuarta categoría (trabajadores) en el impuesto a las Ganancias, como las separatas que se incluyen en el Presupuesto del año próximo, el Fondo Monetario reconoce que en los países en desarrollo de bajos ingresos, con una reforma tributaria progresiva e instituciones sólidas es posible lograr un asombroso aumento de 9 puntos porcentuales en la relación impuestos/PIB.

"Algunos países han tenido un éxito notable en la recaudación de ingresos, como Albania, Argentina, Armenia, Brasil, Colombia y Georgia, todos los cuales movilizaron más de cinco puntos porcentuales del PIB. Sin embargo, gran parte de este aumento se produjo antes de la crisis financiera mundial de 2008, lo que sugiere que el progreso ha sido difícil y frágil frente a las crisis recientes", señala el informe Creación de capacidad fiscal en Países en desarrollo que publicó el organismo. 

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El informe lleva la firma de los especialistas Juan Carlos Benítez, Mario Mansour, Miguel Pecho y Charles Vellutini y analiza las capacidades políticas, institucionales y técnicas para recaudar ingresos tributarios para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. La nota evidencia que algunos países en desarrollo --como Argentina hasta 2008--  han logrado algunos avances en la movilización de ingresos durante las últimas décadas, pero que se necesita "mucho más". "Lograr este objetivo requerirá un compromiso firme para construir mejores instituciones que gobiernen el sistema tributario y gestionen la reforma del sistema tributario y mejoren el diseño de los impuestos básicos", señala el documentos del organismo que conduce Kristalina Georgieva. Un aumento en la recaudación permitiría además un menor ajuste en el gasto para equilibrar las cuentas.

Los mercados emergentes y las economías en desarrollo necesitan 3 billones de dólares  anuales hasta 2030 para financiar sus objetivos de desarrollo y la transición climática, de acuerdo con las estimaciones del sector. Eso equivale a alrededor del 7 por ciento del producto interno bruto combinado de estos países en 2022 y plantea un desafío formidable, particularmente para los países de bajos ingresos. "Nuestra nueva investigación encuentra que muchos países tienen el potencial de aumentar sus ratios impuestos/PIB, permitiéndoles proporcionar servicios gubernamentales críticos, hasta en 9 puntos porcentuales a través de un mejor diseño tributario e instituciones públicas más sólidas", dice el informe. 

El ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa anexó al proyecto de presupuesto 2024 una separata de gastos tributarios y otros beneficios, que incluye exenciones por Ganancias de jueces, aquella sobre Bienes Personales a depósitos de argentinos en el país, el régimen de promoción de Tierra del Fuego, las reducciones de IVA sobre honorarios, las alícuotas internas sobre bebidas sin alcohol y jarabes, el impuesto al cheque en el sector salud o los diferenciales en el impuesto a los combustibles, el impuesto PAIS para las plataformas digitales y que una parte sea coparticipable, el no diferimiento por el ajuste por inflación o el reintegro de IVA a exportadores. Esos gastos tributarios sumados a otros beneficios impositivos suman alrededor de unos 16,5 billones de pesos o 4,72 puntos del producto bruto interno. 

Progreso estancado

La relación promedio entre impuestos y PIB en las economías de mercados emergentes y en desarrollo aumento alrededor de 3,5 puntos porcentuales a 5 puntos porcentuales desde principios de la década de 1990, impulsada principalmente por los impuestos al consumo, como los impuestos al valor agregado y al consumo, señala el FMI. Además, los avances en materia de recaudación de ingresos desde principios de la década de 1990 han variado ampliamente entre países. La mitad de las economías de mercados emergentes y dos tercios de los países de bajos ingresos tuvieron en 2020 una relación impuestos/PIB inferior al 15 por ciento, un punto de inflexión  por encima del cual se ha observado que el crecimiento se acelera. 

En cambio los países ricos en recursos normalmente han generado menos recaudación fiscal, ya que algunos gobiernos redujeron los impuestos como resultado de mayores ingresos provenientes de los recursos naturales. Los países tienen un margen considerable para recaudar más ingresos en función de su potencial tributario: el máximo que un país puede recaudar dada su estructura económica e instituciones. "Encontramos que los países de bajos ingresos podrían aumentar su relación impuestos/PIB hasta en 6,7 puntos porcentuales en promedio", señalan los autores.

De manera similar, las economías de mercados emergentes pueden aumentar su relación impuestos/PIB en 5 puntos porcentuales en promedio, mientras que mejorar sus instituciones al promedio de las economías avanzadas podría aumentar entre 2 y 3 puntos adicionales. "Algunos formuladores de políticas esperan obtener ingresos adicionales de la colaboración internacional en curso para gravar las ganancias de las grandes corporaciones multinacionales", destaca el informe. En ese sentido, la Aduana firmó con su par de Estados Unidos un convenio de intercambio de información de cuentas de argentinos en bancos norteamericanos. 

Reformas esenciales

El Fondo aconseja implementar planes de reforma audaces y centrarse en la ampliación de la base impositiva mediante la racionalización de los gastos tributarios, una tributación más neutral de los ingresos de capital y un mejor uso de los impuestos a la propiedad. Las tasas impositivas generales generalmente no son la principal preocupación. Los impuestos especiales, en particular los impuestos especiales sobre los combustibles y las formas de fijación de precios del carbono, pueden mitigar los costos internos relacionados con la salud y el clima. 

La atención debería centrarse en la ampliación de la base tributaria mediante la reforma de los gastos tributarios ineficaces, una tributación más neutral de los ingresos del capital y un mejor uso de los impuestos a la propiedad inmobiliaria, teniendo así en cuenta consideraciones tanto de eficiencia como de equidad. Los resultados del IVA han seguido mejorando durante 2010-20, contribuyendo a un aumento de la recaudación total de ingresos de 0,7 puntos porcentuales del PIB, con un máximo en 2012. Sin embargo, la mayor mejora en las últimas dos décadas (2000-20) ha sido sobre impuestos a la renta. 

Los ingresos tributarios de los PBI se vieron impulsados por mejoras en el impuestos sobre la renta (1 punto porcentual del PIB) y, en menor medida, los impuestos e impuestos sobre la propiedad. El esfuerzo tributario es la relación entre el nivel observado de recaudación tributaria y el impuesto potencial (o frontera), que es el nivel más alto observado controlando las características del país, incluido el PIB per cápita, el tamaño del sector agrícola y, lo que es más importante, la eficacia del gobierno y la percepción de corrupción en el sector público. 

Los ingresos procedentes del impuesto sobre la renta de las personas físicas han progresado en los países en desarrollo. En promedio, recaudaron el 2,5 por ciento del PIB en 2021, frente al 1,5 por ciento en 2005. Hay margen para mejorar el diseño a fin de aumentar los ingresos y la progresividad, y fortalecer la capacidad redistributiva. En muchos PBI, las debilidades del diseño incluyen un alto umbral de exención; una tasa máxima relativamente baja; y un umbral de ingresos máximos relativamente alto, por encima del cual se aplica la tasa máxima. Además, como la formalización laboral suele ser un problema en estas economías, los regímenes simplificados para los trabajadores por cuenta propia y las microempresas pueden mejorar el cumplimiento.

"Gravar la riqueza podría generar ingresos adicionales y ser redistributivo. El primer paso en muchos países en desarrollo sería reforzar la tributación sobre el rendimiento de la riqueza o los ingresos del capital (por ejemplo, intereses, dividendos, ganancias de capital), que a menudo no existe o se aplica a tasas significativamente más bajas, y podría recaudarse mediante una retención final", concluye el informe. 

Recursos naturales

Los recursos naturales no renovables (petróleo, gas y minería) son importantes fuentes de ingresos. "Es bastante común que los países tengan impuestos sectoriales específicos, además o en lugar de impuestos generales, para abordar particularidades sectoriales, como rentas económicas específicas de una ubicación que pueden gravarse con tasas más altas sin una fuerte reacción de la inversión", señala el informe del Fondo.

El impacto sobre los ingresos del impuesto mínimo global lo estima en 0,15 por ciento del PIB, y podría aumentar a 0,4 por ciento en el largo plazo una vez que se tengan en cuenta los efectos de segunda ronda de la reducción de la competencia fiscal. Los países en desarrollo en desarrollo se beneficiarán de una modesta parte de este impacto global.

Los recursos naturales no renovables (petróleo, gas y minería) son importantes fuentes de ingresos. "Es bastante común que los países tengan impuestos sectoriales específicos, además o en lugar de impuestos generales, para abordar particularidades sectoriales, como rentas económicas específicas de una ubicación que pueden gravarse con tasas más altas sin una fuerte reacción de la inversión", destaca el documento.

Un régimen fiscal de recursos naturales bien diseñado combina varios instrumentos. El objetivo es capturar una parte sustancial de la renta económica de proyectos más rentables y al mismo tiempo garantizar ingresos tempranos y confiables desde el inicio de la producción. Como tal, generalmente es aconsejable utilizar impuestos sobre las ganancias y el alquiler junto con regalías (menos sensibles a la rentabilidad) y diseñar el régimen fiscal general para que sea progresivo en relación con los resultados de rentabilidad y al mismo tiempo proporcione certidumbre y claridad en presencia de alta volatilidad en los precios internacionales.