El ministro de Economía, Sergio Massa, espera viajar a Washington la semana del 19 de junio para cerrar las negociaciones con el FMI. Sin embargo, también tiene pensado un plan b en caso de que no se llegue a un acuerdo para la fecha de los próximos vencimientos, el 21 y 22 de este mes: Argentina podría adelantar parte del pago como gesto hacia el organismo. En medio de esta recta final de las negociaciones, el Fondo se limitó este jueves a comentar que espera que los nuevos términos tengan un efecto antiinflacionario.
El acuerdo con el FMI debe renegociarse en su totalidad debido a que quedó virtualmente caído cuando, a fines de abril y en medio de la corrida cambiaria, se transgredió la norma que indicaba que el Banco Central no podía intervenir directamente en los dólares financieros.
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El equipo económico entiende que las negociaciones avanzan con las tensiones lógicas para estos casos, pero espera que la situación se encamine a un acuerdo final en las próximas dos semanas. En este contexto, el staff técnico argentino viajará a Washington el jueves 15 de junio. La comitiva estaría conformada por el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri; el secretario de Política económica, Gabriel Rubinstein; y el director del Indec, Marco Lavagna. Se espera que para ese momento los puntos más engorrosos ya hayan sido solucionados a través de reuniones virtuales entre ambas partes.
Massa partiría recién la semana siguiente, probablemente la noche del 21 ó 22 de junio. Sin embargo, ello dependerá de que todas las asperezas ya hayan sido limadas y solo reste la firma final. El ministro quiere evitar así que "le corran el arco después de viajar", señalaron fuentes cercanas a él.
Se trató de un tiro por elevación al Presidente, quien a fines de mayo viajó a Brasil sin lograr concretar la promesa de que el Banco de Desarrollo de ese país actúe como garante para la financiación de las importaciones en reales ante los rodeos finales de Lula da Silva.
Este panorama implicaría que el nuevo acuerdo debería estar cerrado durante esa misma semana, es decir, antes del sábado 24 de junio, día del cierre de listas y candidaturas de cara a las PASO de agosto. La fecha es clave para Massa ya que si aspira a ser precandidato necesita tener fondos garantizados con los que afrontar cualquier posible problema cambiario en los meses de campaña. Aunque hasta ahora no trascendió oficialmente una cifra, el Gobierno espera idealmente que el FMI adelante los desembolsos para todo el año, por un total de 10.000 millones de dólares.
Igualmente, Massa tiene un plan b. Los vencimientos del próximo pago son precisamente el 21 y 22 de junio. Si para esas fechas no hay acuerdo a la vista, el ministro prevé hacer un pago parcial anticipado con Derechos Especiales de Giro (los DEG que el propio Fondo entregó en 2021 a todos sus accionistas para paliar los efectos de la pandemia) como un gesto hacia el organismo de crédito. El cronograma original estipula que en esas fechas se le debe pagar al Fondo casi 2.700 millones de dólares, mientras que en las reservas del Banco Central quedan todavía unos 1.900 millones de dólares en concepto de DEG.
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La otra señal que Economía espera darle al FMI desde la macro es el resultado del canje de este jueves, al que, admiten, el organismo de crédito estará atento. Lo que esperan en el Palacio de Hacienda es que la adhesión sea de al menos un 50% e, idealmente, se acerque más al 65%. El nuevo acuerdo con el Fondo, de concretarse, probablemente incluya un reajuste general de las metas en el contexto de la sequía, cuyo impacto fiscal y en ingreso de divisas el propio FMI reconoce. De todos modos, en el equipo económico advirtieron que no estarán dispuestos a tocar el gasto social duro, especialmente las jubilaciones.
Este jueves, la vocera del FMI y ex agregada para el caso argentino, Julie Kozack, se limitó a decir en su conferencia de prensa semanal que "continúan las conversaciones" con los funcionarios argentinos e indicó que "las discusiones se centran en políticas para salvaguardar la estabilidad, mejorar la sostenibilidad fiscal y fortalecer las reservas". "Cada uno de ellos son esenciales para reducir la inflación y, en última instancia, proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad, que a menudo son los más afectados en estos tiempos económicos difíciles", cerró.
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