Tal como adelantó El Destape, el Fondo Monetario Internacional revisa las políticas de usura a los países tomadores de deuda, y la Argentina podría ahorrarse $12.000 millones. Fue un pedido del gobernador Axel Kicillof y varios economistas entre los que se encuentran Martín Guzmán y Martín Lousteau.
Este viernes a las 11 de la mañana se iniciará el debate en el board del FMI y está previsto que se anuncie la reforma en su política de cargos y sobrecargos la por la tarde. La propuesta presentada por el gobernador Axel Kicillof y varios economistas entre los que se encuentran Martín Guzmán, Martín Lousteau, Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel de Economía en 2001, Kevin Gallagher, Jayati Ghosh, Mariana Mazzucato, Thomas Piketty y José Antonio Ocampo. La misma incluye: reducción de los sobrecargos, incremento del umbral a partir del cual se cobran los sobrecargos y reducción de la tasa base.
Los sobrecargos fueron descubiertos en 2020 cuando se iniciaron las negociaciones con el Fondo. Desde ahí, la Argentina inició una cruzada por el mundo, posicionando el tema en los distintos foros y logrando adhesiones de los países líderes. Luego de la salida del ministro de Economía, Martín Guzmán siguió con el pedido: en abril de este año organizó un encuentro con los directores del FMI en Washington DC, en el edificio del Fondo, y luego un seminario con masiva convocatoria en el Vaticano, del que participó el Papa Francisco. El presidente de Brasil también manifestó su adhesión y pidió por esta reforma, siendo el que preside este año el G20.
Qué son los sobrecargos
Lo que se discute es la política de tasa de interés del FMI, que impone tasas adicionales a los países cuyas deudas han superado ciertos umbrales de tamaño y tiempo. Actualmente, 675 millones de personas viven en países de bajos y medianos ingresos cuyos contribuyentes están proyectados a pagar al FMI aproximadamente $2 mil millones solo en sobrecargos cada año durante los próximos cinco años.
Es importante destacar que la política de sobrecargos del FMI ha sido objeto de críticas y controversias en el pasado. Algunos argumentan que los sobrecargos no logran su objetivo de desalentar la dependencia del FMI y, en cambio, pueden exacerbar los problemas de deuda de los países en crisis.
Es decir, se generaba una prociclicidad, que significa que los sobrecargos aumentan durante las crisis financieras, cuando los países más necesitan acceso a fondos. También se da una regresividad, lo que implica que los sobrecargos afectan desproporcionadamente a los países de bajos y medianos ingresos; y por lo tanto se vuelve una medida ineficaz, ya que no logran desalentar la dependencia del FMI.