El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la economía de los países de América Latina crecerá 1,6% durante corriente año, lo que representa una desaceleración de 3,4 puntos porcentual respecto a la previsión que realizó el organismo multilateral a principios de año.
Al explicar esta situación, el FMI dijo que se debe a la dureza de las políticas monetarias aplicadas para combatir la inflación, que no cesa, por lo que -en ese marco- recomendó el uso simultáneo de políticas fiscales para ayudar a contener los precios y aplacar el impacto recesivo.
Las estimaciones y el análisis de políticas del FMI para la región fueron presentadas esta tarde por Nigel Chalk, subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental , durante una conferencia en la que brindó datos del World Economic Outlook presentado el martes último.
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Al igual que para el resto del mundo, el FMI opinó que "las presiones de precios que acompañaron la pujante actividad económica el año pasado parecen ya haber alcanzado su nivel máximo, pero la inflación subyacente se mantiene en niveles persistentemente elevados, perjudicando de manera desproporcionada a los hogares de ingresos bajos".
En el contacto con la prensa Chalk estuvo acompañado por Gustavo Adler, jefe de División del organismo.
Los economistas consideraron que para "mitigar el riesgo de enquistamiento de la inflación, la política fiscal puede ayudar a la política monetaria en la reducción de las presiones de demanda".
Pese a que la inflación se viene desacelerando desde el pico de 2022, los economistas advirtieron que el progreso en la reducción subyacente -que excluye alimentos y energía- parece haberse estancado.
"La fuerte demanda interna, el rápido aumento de los salarios y las presiones de precios generalizadas dejan entrever el riesgo de que la inflación se mantenga en niveles inaceptablemente elevados en la región", estimaron los economistas.
Para el Fondo, "restaurar la estabilidad de precios es fundamental para tener una economía saludable y proteger a los grupos más vulnerables".
Para los directivos del FMI "el objetivo de las políticas ahora debe ser desacelerar la demanda para traerla en línea con el producto potencial y esto requiere inevitablemente enfriar el mercado laboral".
En consecuencia, el FMI llamó a aplicar "una orientación más restrictiva (en la política fiscal) ayudaría a desacelerar la demanda interna, permitiendo que las tasas de interés comiencen a bajar más pronto.
"Una combinación de políticas más balanceada mejoraría las probabilidades de doblegar la inflación y aplacar los riesgos de recesión", expresaron.
No obstante reconocieron que "rebalancear el conjunto de políticas no será una tarea fácil. La demanda de gasto social es alta en la región, y hay temas serios de distribución y de equidad social a los que hacer frente".
"Parte de la solución debe consistir en promulgar políticas tributarias que requieran a quienes más tienen que contribuyan con lo que les corresponde.
Pero las autoridades también tendrán que generar ahorros, sin recortar los principales programas sociales o el gasto en salud, educación e infraestructura pública. Hay mucho margen para reducir ineficiencias en el gasto público", completaron.
Con información de Télam