El Fondo Monetario Internacional (FMI), al igual que lo hizo la semana pasada el Banco Mundial (BM), modificó las previsiones de crecimiento de la Argentina para este año y anticipa un guarismo cercano al estancamiento. Para el Fondo la actividad económica argentina crecerá apenas un 0,2 por ciento este año, una mejora casi nula, mientras que en la revisión anterior el organismo que conduce Kristalina Georgieva anticipaba un 2 por ciento. En simultáneo, elevaron la proyección de inflación anual (punta a punta) al 88 por ciento, lo que arrojará un alza promedio de precios minoristas al 98,6 por ciento. El organismo no se hace cargo de las metas impuestas al país que generan ambas situaciones: mantener una tasa de interés por encima de la suba de precios y un dólar que no se atrase respecto a la inflación. A un año de este esquema, el FMI advierte que habrá estancamiento y persistirá la inflación.
El Banco Mundial, en su último informe, modificó la proyección de crecimiento prevista para la Argentina para 2023, al reducirla del 2 por ciento inicial al 0 por ciento. En tanto que para el 2024, el Banco Mundial estimó que el nivel de actividad volverá a crecer 2 por ciento. La fuerte sequía que sufrió el país “refleja la necesidad de mitigar las altas temperaturas, que tienen un efecto sobre el crecimiento de países como la Argentina”, destacó el BM. Este martes el Fondo publicó el informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), en la previa de las Reuniones de Primavera del FMI y el BM. En este documento se prevé un crecimiento de apenas 0,2 por ciento este año y de 2 por ciento para el 2024, en línea con los pronósticos del Banco Mundial.
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Como resultado de este desempeño, el desempleo subiría, según la proyección del Fondo, seis décimas a 7,6 por ciento. El ministro de Economía, Sergio Massa, se reunirá con Georgieva para avanzar en nuevos cambios en las metas acordadas con el FMI en el marco de una histórica sequía que impide que se cumpla con la acumulación de reservas y reducción del déficit. El estrangulamiento de la actividad que propone el Fondo ya comenzó a ralentizar la actividad y sigue espiralizando la inflación. Ahora, el FMI, sin hacerse cargo de lo erróneas de sus propuestas.
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Un mundo convulsionado
“La economía mundial parece estar lista para una recuperación gradual de los poderosos golpes de la pandemia y de la guerra no provocada de Rusia contra Ucrania. La actividad también muestra signos de resiliencia, ya que los mercados laborales se mantienen históricamente ajustados en la mayoría de las economías avanzadas. En este punto del ciclo de endurecimiento, China se está recuperando con fuerza tras la reapertura de su economía”, señale el informe del Fondo. Según el relevamiento, las interrupciones en la cadena de suministro están disminuyendo, mientras que las dislocaciones en los mercados de energía y alimentos causadas por la guerra están retrocediendo.
“Simultáneamente, el endurecimiento masivo y sincrónico de la política monetaria por parte de la mayoría de los bancos centrales debería comenzar a dar sus frutos, con la inflación retrocediendo hacia sus objetivos”, insiste el organismo. En el último pronóstico del organismo, el crecimiento mundial tocará fondo con un techo de 2,8 por ciento este año antes de aumentar modestamente a 3 por ciento en 2024. “La inflación mundial disminuirá, aunque más lentamente de lo anticipado inicialmente, de 8,7 por ciento en 2022 a 7 por ciento este año y 4,9 por ciento en 2024”, señala el WEO.
Las economías de mercados emergentes y en desarrollo están avanzando en muchos casos, con tasas de crecimiento (cuarto trimestre sobre cuarto trimestre) saltando del 2,8 por ciento en 2022 al 4,5 por ciento este año. La desaceleración se concentra en las economías avanzadas, especialmente en la zona del euro y el Reino Unido, donde el Fondo espera que el crecimiento (también cuarto trimestre sobre cuarto trimestre) caiga a 0,7 por ciento y -0,4 por ciento, respectivamente, este año antes de repuntar a 1,8 y 2 por ciento en 2024.
Si bien la inflación mundial disminuyó, con una fuerte reversión de los precios de la energía y los alimentos. “Pero la inflación subyacente, excluyendo los componentes volátiles de energía y alimentos, aún no ha alcanzado su punto máximo en muchos países”, reconoce el informe del FMI, que espera disminuya a 5,1 por ciento este año (cuarto trimestre sobre cuarto trimestre), una revisión al alza considerable de 0,6 puntos porcentuales desde la actualización de enero, muy por encima del objetivo.
Para Argentina anticipa una inflación promedio del 98,6 por ciento este año y de 60 por ciento para el 2024, siendo este último índice el esperado para el transcurso del 2023. Para el cierre del ejercicio (punta a punta en diciembre) la inflación se ubicaría en 88 por ciento. Las proyecciones fiscales para la Argentina se basan en la información disponible sobre el resultado del presupuesto, los planes presupuestarios y las metas del programa respaldado por el FMI para el gobierno federal, señala el personal técnico del FMI. En el caso de las proyecciones monetarias, estas son “consistentes con el marco macroeconómico general, los planes fiscales y de financiamiento” y las políticas monetaria y cambiarias bajo el régimen de paridad móvil.