A cinco días del traspaso del mando gubernamental, dentro del Banco Central todavía no se escucha mencionar la palabra transición, a pesar de haber sido uno de los ejes discursivos desplegados por Javier Milei. Al cierre de la rueda cambiaria del martes, no hubo ningún libertario que se comunicara con Miguel Ángel Pesce, titular de la autoridad monetaria. En cualquier caso, los funcionarios salientes no parecen preocupados; agentes del mercado, tampoco. De todas formas, están a la espera de algún movimiento claro por parte de Luis "Toto" Caputo. "No se ve ninguna estrategia de mercado y vas a tener una ventana muy corta hasta los primeros vencimientos con el Fondo, que son a fin de mes", analizó un directivo del BCRA en diálogo con El Destape.
Hacia fin de mes, el nuevo gobierno deberá desembolsar 900 millones de dólares con el FMI, y luego otros 1.900 millones hasta enero. También están adeudados otros 1.500 millones correspondientes a los bonistas reestructurados por Martín Guzmán. "No vemos un plan pero, de todas formas, podrían conseguir un puente cambiario", dijeron desde la entidad. Desde el punto de vista de los funcionarios salientes, podría tratarse de un menú similar al utilizado por Sergio Massa: un desembolso de Qatar o un préstamo de contingencia de la CAF. En el entorno de Pesce, quien supo capear las diferencias con Martín Guzmán, no descartarían, incluso, el uso del swap con China.
¿Un sapo para el discurso libertario o pragmatismo puro?
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Quién llama a quién
La ausencia de transición dentro del BCRA, cuando faltan cinco días para el traspaso de mando, podría ofrecer otra lectura. Las señales que esperan desde el poder económico estarían en otro edificio.Como expresó un inversionista con sede en Buenos Aires y Wall Street, "el Gobierno de Milei no será juzgado ni por dolarizar ni por cerrar el Banco Central, lo único que quieren en el mercado es el ajuste feroz que prometieron aplicar". El plan de La Libertad Avanza pretende llevar el gasto primario del actual 19% del PIB al 15%.
Si bien no hubo llamadas entre Pesce y los representantes del Gobierno -situación que podría cambiar si Santiago Bausili es designado para la entidad luego de haber sido salvado judicialmente-, con el FMI ocurrió todo lo contrario. Los burócratas del Fondo hablaron con libertarios triunfantes y funcionarios salientes.
De ese diálogo surgió cierta premisa que unificaría las demandas del “mercado” con las del propio organismo multilateral. "Antes me comprometía a cumplir ciertas metas, y luego ellos hacían los desembolsos. Ahora, habrá que demostrar que se hace lo que piden, y luego podría haber desembolsos", graficaron desde el BCRA.
El ejemplo práctico fue la devaluación posterior a las PASO, una variación del tipo de cambio oficial del 22% que rápidamente se trasladó a los precios. En clave libertaria, el Fondo estaría ansioso por ver el ajuste que prometieron los libertarios.
Transición a la fuerza
Los bancos organizaban su propia transición deshaciéndose de las Leliqs para colocar sus pesos en los pases de un día del BCRA. En el plan que maneja Caputo, las Leliqs serán reemplazadas por bonos del Tesoro, que finalmente no serían más que una emisión secundaria. "No veo que Caputo tenga una estrategia de mercado. Lo único que hizo fue descartar la idea de una hiperinflación inminente, que era lo que propuso Sturzennegger", dijo otro directivo del BCRA.
Caputo es visto como un buen comerciante, pero carece de la voluntad política para gestionar (y recortar) el gasto estatal. Por eso persiste la sombra de Federico Sturzzenegger, creador de la famosa bola de Lebacs, instrumento que antecedió a las Leliq, quien tiene su propio plan motosierra.
"Los mercados" esperan las señales; Por otro lado, los actuales dueños de los dólares, las grandes empresas cerealeras, anunciaron que podrían aportar 5 mil millones de dólares como anticipo. ¿Gratis? Nunca. El futuro ministro del Interior de Milei, Guillermo Franco, mencionó un posible tipo de cambio de 650 pesos. Pese más o pese menos, sería un valor similar al que recibieron durante el último mes gracias al esquema que les permitió liquidar hasta el 50% de sus ventas a través de contado con liquidación.
Las empresas cerealeras tendrían bajo el colchón de sus silos alrededor de 4.000 millones de dólares en cereales. ¿Se conformarán con el valor que les fijó Franco?
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