Todas las víctimas de la multimillonaria deuda de Vicentin

La cerealera le debe a 1.900 productores de granos, muchos de los cuales necesitan el dinero para sobrevivir.

18 de junio, 2020 | 10.36

El Gobierno nacional asumió la responsabilidad de rescatar a la cerealera Vicentin, en cesación de pagos producto de maniobras irregulares durante la gestión de Javier González Fraga al frente del Banco Nación en el gobierno de Cambiemos. Con la intervención oficial se garantizó la continuidad de esta empresa exportadora estratégica y se puso punto final a la incertidumbre de miles de trabajadores. Pero detrás de todo ello hay víctimas, productores, organismos públicos y proveedores de servicios con los que la compañía mantiene una deuda multimillonaria que asciende a más de $ 99.000 millones.

La gigante cerealera le debe casi $26.000 millones a productores de granos en distintas provincias del país, dentro de las cuales hay grandes firmas y pequeñas cooperativas que dependen del pago para sobrevivir. En un tercer análisis de la debacle de la compañía al que El Destape accedió, esta vez sobre la composición de la deuda sujeta a concurso preventivo de acreedores, el director del Banco Nación Claudio Lozano encontró que el pasivo supera los $ 2.000 millones con compañías de bienes y servicios y acumula otros $ 1.700 millones con organismos impositivos y aduaneros.

La deuda detectada en el  con los productores de granos. En total son 1.895 ubicados en Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Santiago del Estero, Chaco, Capital Federal, Buenos Aires y San Luis. A ellos les deben $ 25.657 millones y la gran mayoría se encuentra en la provincia local, Santa Fe.

Las operaciones para atentar contra el rescate estatal, lanzadas desde la oposición y trolls macristas, no pueden ocultar que el 40% de los productores que no cobraron por parte de Vicentin están en Santa Fe y acumulan el 63% de las deudas. De hecho, son los que presentan acreencias individuales por sobre el promedio.

El escándalo desatado por las maniobras irregulares realizadas durante la gestión de González Fraga también quedó en el centro del análisis ya que la deuda con las entidades financieras asciende a poco menos de $ 64.000 millones, de los cuáles el 43% es con bancos locales y el 57% con entidades extranjeras. En total, la cerealera dejó una deuda financiera de $ 63.961 millones, de los cuales $ 27.623 corresponden a la Argentina, otros $ 20.207 millones a Estados Unidos, unos $ 11.278 a Holanda y en la lista siguen Japón, Uruguay, Panamá y Suiza.

Teniendo en cuenta este panorama, de los 2.638 acreedores presentados en el concurso preventivo de Vicentín, 29 pertenecen a distintos ámbitos del sector público argentino y representan el 1,1% del total de acreedores con una concentración de $ 24.284,2 millones. Esto quiere decir que representan el 24,4% del total de acreencias bajo concurso preventivo de Vicentin (de $ 99.345,3 millones).

Entre la deuda financieras e impositiva se destacan las entidades públicas argentinas. El primer lugar lo ocupa el Banco Nación con el 75% del pasivo de Vicentin sobre el sector ($ 18.182 millones), seguido del Banco Provincia ($ 1.814 millones) y de Aduanas de AFIP ($ 1.525 millones), pero también ingresan en el ranking otros bancos públicos provinciales (el de Entre Ríos y Santa Fe) así como el Banco Hipotecario (de mayoría estatal).

Dentro de las entidades nacionales, después del BNA, aparece como mayor deudor el Fideicomiso Vicentín Expo VIII con $ 3.141 millones. Es decir, que Vicentin le reclama judicialmente a Vicentin el 5% de la deuda total a instituciones financieras nacionales e internacionales.

Con la gestión Cambiemos, Vicentin recibió préstamos multimillonarios que culminaron con un "estrés financiero" cuando cambió el Gobierno. La administración de González Fraga no sólo no cambió la calificación de la firma tras el incumplimiento de pagos, sino que aprobaron las entregas de dinero para la empresa que se convirtió en una de las principales aportantes de la campaña macrista. Se trata de giros por US$ 61.000.000 en noviembre de 2019, tras las elecciones presidenciales, y otros US$ 43.900.000 antes de que comenzara diciembre.

Los déficit también golpearon a los productores de bienes y servicios, no sólo de granos. Se trata de 586 empresas proveedoras ubicadas Santa Fe, Buenos Aires, Capital Federal, Tucumán, Tierra del Fuego, Córdoba, La Rioja, Mendoza, Chaco; pero también de España, Estados Unidos, Japón, Alemania, Uruguay, Australia y Turquía.

Dentro de este universo, la empresa pública CAMMESA (comercializadora mayorista de energía) es el cuarto acreedor y registra falta de pagos por $ 129 millones de pesos mientras que el total de las acreencias con el sector es de $ 2.292 millones.

Pero el listado continúa. No sólo no pagaron a productores de granos, bancos, empresas proveedoras de bienes y servicios y entidades financieras sino que también lo hicieron con las 19 instituciones impositivas y aduaneras de la Argentina por un total de $ 1.655 millones. Sólo ante la AFIP (incluyendo Dirección General de Aduanas y Dirección General Impositiva) la falta de pago asciende a $ 1.525,1 millones. Sin embargo, el organismo que responde a Mercedes Marcó del Pont le reclama $ 9.549 millones de deuda, seis veces la cifra declarada por el privado ante el concurso.

Vicentin es la sexta empresa del país por volumen de ventas externas agroindustriales, que representa el 9% del total, y la primera entre las exportadoras del complejo sojero que, para el año 2019, concentraba el 19% del total de exportaciones del país, en el caso de harina y pellets de soja, y el 22%, en el de aceite de soja.

El Gobierno designó como interventor a Gabriel Delgado y pretende que Vicentin pase a orbitar bajo el ala de YPF. Al frente de la gestión ejecutiva de la petrolera nacional se encuentra Sergio Affronti, elegido el mes pasado por el Alberto Fernández para gestionar junto a Guillermo Nielsen una nueva etapa de la compañía.

Affronti cuenta con más de con 27 años de experiencia nacional e internacional en la industria, formado en YPF  y que participó del armado del modelo de negocios y desarrollo de la infraestructura y proveedores que convirtieron a Vaca Muerta en el yacimiento no convencional más importante fuera de los Estados Unidos. Durante su anterior gestión en la compañía, el ejecutivo extendió supo conformar un equipo de investigadores destacados de la ciencia del CONICET y de la empresa de hidrocarburos que terminó con el nacimiento de YPF Tecnología (Y-TEC) y fue su primer presidente en su etapa fundacional. Esto le entregó a la firma capacidades de investigación y desarrollo únicas en la región para la industria petrolera y el agro.