Dólares, la clave detrás Vicentin: cuánto factura y el impacto en el mercado de cambios

La empresa detenta el 10,5 por ciento del mercado exportador de cereales y oleaginosos que el año pasado liquidó 22.750 millones de dólares.

10 de junio, 2020 | 17.06

La administración del pulpo agropecuario Vicentin bajo una lógica de empresa de interés público permitiría estabilizar y darle previsibilidad al mercado cambiario argentino por primera vez desde la vuelta a la democracia. La firma factura un volumen de embarques de 4000 millones de dólares y detenta el 10,5 por ciento del mercado exportador de cereales y oleaginosos, el cual el año pasado movilizó oficialmente 22.750 millones de dólares. Un poder de fuego que podría morigerar las constantes pulseadas cambiarias del sector más concentrador del agro contra los distintos gobiernos para forzar devaluaciones que amplíen su ganancias extraordinarias. 

La Argentina es un país próspero en corridas cambiarias. La combinación de un elevado nivel de concentración de la tierra y del negocio agroexportador, un rasgo característico que no se encuentra fácilmente en el mundo, es un factor de poder y de presión sobre los gobiernos. En los últimos eventos de corrida cambiaria fue este sector el que mantuvo sus cosechas sin liquidar para aprovechar una nueva suba del dólar. El ejemplo más claro fue el que se vivió en 2008, con el lockout de las corporaciones granarias, y las mini corridas que continuaron hasta 2015. 

Los grupos exportadores, como Vicentin, o pooles de siembra obtienen financiamiento bancario para la compra de la semilla que luego va a molienda y exportación. Ese crédito es una "prefinanciación de la exportación" y es en ese momento en el que el país recibe a través del mercado único y libre de cambios "los dólares de la cosecha". El exportador paga al productor por el grano y lo vende en el exterior. Luego devuelve el préstamo cuando realiza la venta externa. Esta devolución es la que adeuda Vicentin, por ejemplo, con lo cual los dólares nunca volvieron.

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Como las autorizaciones se manejan a través de declaraciones juradas, es alto el nivel de discrecionalidad de las empresas para hacer esta operatoria y la liquidación de las divisas de sus cosechas. Con la llegada de Cambiemos, el entonces presidente del Banco Central Federico Sturzenegger eliminó la regulación en el único canal de generación genuina de divisas. Existieron distintos plazos, pero en general no se superaba un año de plazo entre la exportación y el ingreso de los dólares. En noviembre de 2017 el macrismo resolvió la absurda eliminación de la obligatoriedad de liquidar divisas por exportaciones en todos los segmentos productivos.

Según cifras de las cámaras aceitera y cerealera (Ciara-CEC), en 2015 la liquidación en el mercado del complejo ascendía a 19,9 mil millones de dólares y el año pasado finalizó en 22,8 mil millones, un volumen relativamente estable teniendo en cuentas las estimaciones record de producción agropecuaria en el período. El complejo sojero aportó 16.943 millones de dólares, un 26 por ciento del valor exportado en total durante 2019; el maicero, 6025 millones (9,3 por ciento); el girasolero, 935 millones (1,4 por ciento)

La facturación de Vicentin en 2019 fue de 4200 millones de dólares y participaba, antes del default de su deuda, en un 10,5 por ciento de las ventas externas (10 millones de toneladas para el ejercicio del año pasado, siendo primer exportador de oleaginosos y sexto en cereales. Es un volumen de ingresos de divisas que le daría un oxigeno a la restricción externa y una tregua a las corridas cambiarias. algo que no se ve desde la disolución de la Junta de Granos, primero de hecho --comenzó a perder influencia a partir de los 60 como referencia de precio-- hasta ser eliminada definitivamente en 1991 por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo.