El comercio con nuestro principal socio comercial, Brasil, marcó nuevos resultados positivos no solo en lo que refiere al intercambio sino también en lo que respecta al superávit, que con 307 millones de dólares alcanzó un nuevo récord mensual.
De acuerdo a la consultora ABECEB, los 2.422 millones de dólares de la balanza bilateral de noviembre, no solo implicó su suba por onceavo mes consecutivo sino que también marcó una cifra un 54,4 por ciento mayor en relación al mismo mes de 2019. Asimismo, las exportaciones (1.355 millones) no solo alcanzaron el monto más alto desde 2013, sino que también ampliaron su participación en el total de importaciones de Brasil, de un 5,2 por ciento promedio en el último año a un 6,9 por ciento en el último mes.
Además, el hecho de que en lo que va del año las exportaciones hayan aumentado un 50 por ciento interanual y las importaciones un 42 por ciento, permitirá que posiblemente se reduzca el déficit anual, que en 2020 fue de 700 millones de dólares y en lo que va del año 203 millones, producto de exportaciones acumuladas hasta noviembre por 10.714 millones e importaciones por 10.917 millones.
El intercambio con nuestro principal socio comercial resulta clave para la marcha de la economía, al punto que, afirman desde la consultora ABECEB, cada punto de crecimiento de Brasil tracciona un cuarto del PBI Argentino.
No es casual, en este sentido, que el mes pasado el gobernador Axel Kicillof haya realizado el primer viaje de negocios desde el inicio de la pandemia al mismo Brasil, para reunirse, por intermedio del embajador argentino Daniel Scioli, con la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), pues Brasil es también el principal socio comercial de la Provincia de Buenos Aires.
Uno de los intelectuales que mayores estudios dedico a este asunto, el fallecido economista Aldo Ferrer, planteó que en la relación con Brasil existían dos rumbos: el nacional, con una propuesta industrialista capaz de desplegar nuestros recursos y talentos y establecer relaciones simétricas, donde Brasil formaría parte de una alianza estratégica para impulsar el desarrollo complejo de ambas economías. O la neoliberal, en donde Argentina se subordinaba al orden del mercado mundial, como proveedor de materias primas y asociándose a un centro hegemónico externo que impulse su crecimiento, donde se “considera normal que, en la relación bilateral, estos hechos establezcan una división del trabajo del estilo centro (Brasil)–periferia (Argentina). Fortalecer las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) parece ser el desafío pendiente.