Argentina es uno de los principales productores y exportadores de biodiesel del mundo, y el ingreso de dólares por esta vía podría superar los 2.000 millones en 2022. Un informe del sector agropecuario remarcó las buenas expectativas de cara al 2023, dependiendo de que no haya sobresaltos en las condiciones del mercado local e internacional. El año pasado, el Gobierno le otorgó un incentivo mediante la rebaja del corte a este combustible.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elaboró un informe en el que analizó el mercado de los biocombustibles durante el 2022 y sus desafíos para el 2023. Los biocombustibles tienen múltiples impactos sobre la economía. Desde hace una década se observa un crecimiento geométrico de fuentes alternativas de energía cuyo impacto se refleja, entre otros, en el mercado agroalimentario. Justamente, la producción de biodiesel a partir del aceite de soja mostró un fuerte desarrollo.
¿Qué pasará la producción de biodiesel en el 2023?
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La BCR plantea dos escenarios potenciales para el biodiesel argentino de cara al 2023. En un primer escenario optimista, se plantea volver a cumplir la cuota de exportación con la Unión Europea de 1,25 millones de toneladas (Mt), al tiempo que este año puede marcar un hito para el consumo de gasoil en Argentina, como se espera que lo haga el 2022 (1,04 Mt). Si se mantiene el corte actual y se cumple como corte efectivo, este año podría concluir con una producción de gasoil cercana a los 2,3 Mt, en línea con el promedio de la década 2010-2019.
A contramano, también plantearon un escenario pesimista, en el que la desaceleración económica pueda llegar a afectar la demanda de gasoil, al tiempo que no se llegaría a un cumplimiento total del cupo. El mercado interno demandaría cerca de 870.000 tn. En este escenario pesimista se plantea que los precios de exportación no son convenientes para los mercados externos del biodiesel argentino, lo que cual también reduce potencialmente los volúmenes de exportación (podría ubicarse en 750.000 tn). De esta manera, el escenario pesimista plantea una producción próxima a 1,6 Mt para el 2023, un mínimo sólo visto en el año 2020.
2022 fue un buen año para el biodiesel
La nueva ley de biocombustibles, reglamentada en agosto del 2021, marcó un corte obligatorio de biodiesel para el gasoil del 5%, reduciendo a la mitad el mandato de biodiesel respecto a la ley anterior. En junio se incrementó el corte al 7,5% y se estableció un Corte Obligatorio Transitorio Adicional de Biodiésel del 5%, totalizando un mandato del 12,5% por 60 días que fue sucesivamente prorrogado hasta terminarse su vigencia en noviembre. Así, el mandato actual se ubica en el 7,5% de biodiesel en gasoil, el tercer corte del año.
Con los datos de los primeros diez meses del 2022, la BCR estimó que que ese año cerrará con una recuperación del consumo del biodiesel para el mercado interno argentino. De enero a octubre de 2022 el biodiesel generó más de US$ 1.500 millones de exportaciones con más valor agregado en el sector agropecuario. En caso de mantenerse el ritmo exportador, el ingreso de divisas llegaría a superar los U$S 2.000 millones, un máximo en al menos una década
Entre ventas al corte y exportaciones, el biodiesel argentino aspira a cerrar el 2022 con una producción que volvería a acercarse a las dos millones de toneladas, y totalizaría una capacidad ociosa que caería al 50%. Aún así, la producción seguiría por debajo de la producción de la década pasada, que promedia los 2,3 Mt.
Expertos reunidos en la Conferencia Biodiésel Argentina 2022, organizada por Evonik Metilatos en Buenos Aires, coincidieron hace algunas semanas en que actualmente están dadas las condiciones para aumentar la participación del biodiésel en el transporte, el agro y la generación eléctrica, estableciendo a mediano plazo un contenido del biocombustible del 20% en el gasoil.
Según su análisis, para 2030 la producción nacional de biodiesel podría pasar de 5 millones de m3 a 9 millones, lo que alcanzaría con nuevas plantas a abastecer el 45% de la demanda total local de gasoil.
En contraposición, hay quienes siembran dudas sobre la promoción de esta actividad. El biodiesel, elaborado a partir de la soja, se usa en camiones, tractores y maquinaria agrícola, mientras que el bioetanol, que se produce a partir de caña de azúcar y de maíz, se mezcla con naftas y tiene a los autos como destino final. Incluso desde la FAO se llegó a señalar que la producción de biocombustibles elevaba los precios de los alimentos que pagan los consumidores finales.
Sin embargo, uno de los elementos a favor de los biocombustibles es su aporte al medioambiente. En cuanto al carbono, el gas principal de efecto invernadero, está demostrado que el biodiesel puede ser una alternativa beneficiosa para el ambiente mezclado con el diesel tradicional o usado al 100% para reducir emisiones. Según estimaciones de la EPA (la Environmental Protection Agency de Estados Unidos), la disminución va del 57% al 86%.