La sociedad de Estados Unidos enfrenta un deterioro marcado de la educación pública originado en la baja remuneración del trabajo docente que provocó la creciente falta de educadores al frente de las aulas tanto en escuelas públicas como privadas, con una incidencia aún mayor en las escuelas de barrios marginales o con mayor presencia de minorías. La decisión del gobierno argentino de Javier Milei de vetar el incremento del presupuesto para atender la demanda salariales del personal docente y no docente de las universidades provocará un deterioro marcado de la calidad educativa, como lo demuestra la experiencia estadounidense.
Una investigación del Instituto de Política Económica (EPI, por su sigla en inglés) determinó que el principal motivo de la falta de maestros es que “sigue siendo grande” la “diferencia salarial relativa entre los docentes de escuelas públicas y los graduados universitarios de otras profesiones”. En Argentina, las escuelas públicas y privadas de los niveles inicial, primario y secundario dependen de los gobiernos provinciales pero con una legislación introducida por la gestión de Néstor Kirchner que permitía una única paritaria nacional para fijar un piso al salario docente y el compromiso del Gobierno nacional de girar fondos para que las provincias puedan cumplirlo.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
La presidencia de Milei desactivó la paritaria nacional y suspendió el Programa Nacional de Compensación Salarial Docente como parte del ajuste del gasto público que recayó sobre los sectores más necesitados de la sociedad. Ahora, la administración de Milei vetó el incremento presupuestario de las universidades aprobado por el Congreso que significaba otorgar una recomposición salarial para recuperar el nivel de poder adquisitivo al que tenía en diciembre de 2023.
En Estados Unidos, desde al menos 2018 y especialmente desde el inicio de la crisis de la Covid-19, los datos del mercado laboral han señalado claramente una escasez de mano de obra calificada para maestros de escuelas públicas.
MÁS INFO
Según la investigación del EPI, “eliminar esta escasez y atraer (y retener) a suficientes maestros para cubrir los puestos vacantes actuales debería ser una prioridad para los responsables de las políticas en todos los niveles de gobierno” y “para lograrlo, la estrategia obvia es aumentar el atractivo de los empleos docentes, tanto a través de una mayor remuneración para los maestros como también a través de inversiones que faciliten y hagan más gratificante la enseñanza”.
El incentivo a la carrera docente “está impulsado por las decisiones de los responsables políticos sobre cuánto debe invertir la sociedad en la educación de los niños”. “La demanda de docentes y otros insumos educativos es una decisión política, y hace tiempo que escatimamos en esta inversión. No existe ningún sistema de mercado que garantice que la sociedad esté gastando lo suficiente en educación y, por lo tanto, que la demanda de docentes sea verdaderamente saludable en relación con las necesidades sociales insatisfechas”, dice el trabajo de la investigadora Hilary Wething.
El trabajo de investigación tomó el universo de los maestros de K-12 (nivel primario y secundario) que comprenden el 45% de la educación local y los maestros de postsecundaria (universidad) comprenden el 30% de la educación estatal. Al comienzo de la recesión de Covid-19, tanto el sector de la educación pública como el sector privado sufrieron enormes pérdidas de empleo, pero esto fue más pronunciado en el sector privado. En la actualidad, el nivel de empleo se recuperó en el sector privado pero en el sector público sigue con faltantes, especialmente para atender escuelas marginales.
Las escuelas con menor pobreza y mayoría de estudiantes blancos tienen menos probabilidades de informar sentirse faltos de personal que las escuelas con alta pobreza o las escuelas con mayoría de estudiantes de color. Solo el 42% de las escuelas con baja pobreza informaron sentirse faltos de personal, en comparación con el 57% de las escuelas con mayor pobreza. De manera similar, sólo el 41% de las escuelas que tenían menos del 25% de estudiantes pertenecientes a minorías dijeron sentirse faltos de personal, en comparación con el 49% de las escuelas compuestas por estudiantes que eran 75% o más de estudiantes pertenecientes a minorías.
MÁS INFO
El motivo de esa diferencia está en la remuneración. La penalización salarial para los docentes -la brecha ajustada por regresión entre los salarios semanales de los docentes y los graduados universitarios que trabajan en otras profesiones- aumentó a un récord del 26,6% en 2023, un aumento significativo respecto del 6,1% en 1996. En promedio, los docentes ganaron 73,4 centavos por cada dólar en relación con las ganancias de otros profesionales similares en 2023. Esto es mucho menos que los 93,9 centavos por dólar que ganaron en 1996.
La investigadora Hilary Wething señala que “aunque los docentes suelen recibir mejores paquetes de beneficios que otros profesionales, esta “ventaja en beneficios” no es lo suficientemente grande como para compensar la creciente penalización salarial para los docentes”. También marca una particularidad geográfica, la penalización salarial semanal relativa para los docentes superó el 20% en 36 estados: la mayor fue en Colorado con un 38,4% y la menor en Wyoming con un 9%.
La calidad de los docentes es el factor más importante relacionado con la escuela que influye en el rendimiento de los estudiantes. “Cerrar la brecha salarial cada vez mayor entre los docentes y otros profesionales con título universitario es fundamental para la educación pública”, sentencia Wething. “El impacto de una escasez nacional de docentes es profundo y afectará a los estudiantes durante los próximos años. La escasez de docentes genera clases con mayor número de alumnos, profesores estresados y sobrecargados y presión financiera sobre el sistema educativo”, señaló.
Cerrar sesión