España, el país con mayor tasa de desempleo en la Unión Europea (UE) junto con Grecia, registró una nueva caída en sus cifras de desocupación en el segundo trimestre, representando el 11,6% de la población activa, el menor nivel desde el tercer trimestre de 2008 cuando atravesaba la crisis financiera mundial.
De esta forma, 2,76 millones de personas aparecían registradas como solicitantes de empleo al 30 de junio último, 365.000 menos que en el trimestre anterior (3,12 millones), según precisó un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), citado por la agencia France Press.
El descenso de la tasa de desempleo –de 1,67 puntos- abarcó tanto a los hombres (152.000 desempleados menos) como a las mujeres (-213.000).
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En cuanto a las franjas etarias, la baja más pronunciada fue en el segmento entre los 25 y 54 años (-328.500).
De todos modos, también se registró una baja del 1,5% entre los menores de 25 años, la franja más afectada por el desempleo, situándose así en 27,9%, otro mínimo desde 2008, momento en el cual la tasa era de alrededor del 24%.
El desempleo “se reduce hasta el nivel más bajo desde 2008, especialmente en jóvenes y mujeres”, destacó el presidente español, Pedro Sánchez, en su cuenta de la red social Twitter.
Se trata –señaló Sánchez- de “datos extraordinarios que demuestran la fortaleza de nuestra economía”.
La caída del desempleo responde a la gran alza de contrataciones: según el INE, el número de personas contratadas en España aumentó un 2,88% en los últimos 12 meses (+588.700).
En total, 21 millones de personas tenían trabajo a fines de junio, el nivel más alto jamás registrado en el país.
Esto tiene su correlato en sectores como la hostelería o la construcción que tuvieron dificultades para hacer contrataciones, lo cual motivó a La Moncloa a flexibilizar las reglas para conceder permisos de trabajo y regularizar inmigrantes sin papeles.
Según el Instituto Europeo de Estadísticas (Eurostat), había 143.000 vacantes de puestos en el primer trimestre.
Además de las cifras de empleo, España goza de un crecimiento sostenido en su economía, al contrario del estancamiento que atraviesa el resto de Europa, con una suba de su Producto Bruto Interno (PBI) de 0,5% en 2022 y de 0,6% en el primer trimestre de 2023.
Al cierre de este año, el gobierno español prevé un crecimiento del 2,1%, una previsión inferior a la del Fondo Monetario Internacional (FMI) que calcula un 2,5%, tras revisar al alza la cifra esta semana en la actualización de su informe de Perspectivas Económicas Mundiales.
Con información de Télam
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