Los subsidios económicos a la energía, tanto en luz como en gas, tuvieron en 2023 una caída real del 17,6%, lo que significó a lo largo de los 12 meses del último año transferencias del Tesoro nacional por $ 3.101.557 millones, de acuerdo a un informe elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) que integran la UBA y el Conicet.
En base a los resultados de ese relevamiento, las partidas por ese concepto destinadas a Energía explicaron el 75% del total de los subsidios en 2023, con un crecimiento nominal del 89,6%, lo que significó una reducción en términos reales de 17,6% respecto al año previo.
En términos absolutos es el rubro con mayor incremento nominal ($1.465.935 millones), lo cual explica el 73% del aumento en las transferencias acumuladas en el año.
En el detalle del destino de los subsidios energéticos resaltan los aportes destinados a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) que recibió $ $ 1.758.176 millones, con un crecimiento nominal de 52,3% y una caída real de 36,2%.
Le sigue en importancia las transferencias a la empresa Energía Argentina (Enarsa) con $ 1.128.808 acumuladas en los 12 meses de 2023 que aumentaron 194,3% nominal y un 35,1% real, explicado fundamentalmente por la compra de barcos de GNL.
Las transferencias por el Plan Gas.Ar por incentivos a la producción de gas natural aumentaron a $ 139.714 millones, con incrementos de 229,1% nominal y 51,7% en términos reales.
Finalmente, el Fondo Fiduciario para el consumo de GLP y Gas por redes alcanzó los $ 74.859 millones con un aza nominal de 78,5% pero una caída de 23,8% en términos reales.
El nuevo esquema de subsidios en el que trabaja el Gobierno
En tanto, el Gobierno nacional definió el último viernes, en la audiencia pública por la tarifa de la luz, la secuencia y los parámetros que aplicará para una canasta básica energética indispensable, diferenciada por zonas bioclimáticas, a partir de la cual establecerá un nuevo esquema de subsidios que atienda situaciones de real vulnerabilidad de cada grupo conviviente.
El nuevo concepto que desarrolla la Secretaría de Energía, a cargo de Eduardo Rodríguez Chirillo, dejará atrás la segmentación de tarifas de los servicios públicos de energía eléctrica y gas natural por red, implementada en el último tramo de la administración anterior, a partir del decreto 322 de 2022.
Hasta hoy, a criterio de la actual conducción energética, los usuarios de ingresos altos (N1), ingresos bajos (N2) e ingresos medios (N3) siguieron recibiendo subsidios generalizados porque los precios fijados en los mercados mayoristas no cubrían el total de costos.
También se advierte la superposición de estos subsidios con los beneficiarios de planes sociales, la mayoría de los cuales -por definición- fueron categorizados como Nivel 2.
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Del cruzamiento de datos parciales se puede deducir que el subsidio se otorga según las condiciones del contratante del suministro sin control del grupo conviviente, lo que puede reflejar una incongruencia sobre la verdadera necesidad de contar con la asistencia del Estado, advierten los funcionarios de la nueva administración.
Así, para la implementación en el corto y mediano plazo del nuevo esquema se requerirá de una secuencia que consiste en el cálculo de consumos esenciales, según grupo conviviente y región del país que habita.
Eso permitirá correlacionar los ingresos con los consumos, lo que equivale a clasificar consumos medios de cada decil, y clasificar usuarios según nivel de consumo al decil de pertenencia en primera instancia para luego depurar la base de datos.
Con información de Télam