(Por Alejandro Delgado Morales y Leandro Selén) La secretaria de Energía, Flavia Royon, destacó hoy el inicio del proceso para la puesta en funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner el próximo 20 de junio y subrayó que "es una obra que nadie apostaba que se podía hacer en menos de 24 meses y se hizo en diez".
"Nuestra balanza energética va a pasar de ser negativa este año a estar en equilibrio y de ahí empezará a ser positiva hasta un 2030 en que proyectamos ingresos por US$ 18.000 millones. El sector energético se va a consolidar como el segundo generador de divisas", afirmó Royon.
Además indicó que el gasoducto, junto con otras obras que le continuarán, significará "un ahorro fiscal para el Estado" y "energía más barata" para la gente y las industrias.
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Los siguientes son los tramos principales de la entrevista con Télam:
- ¿Qué evaluación hace de la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner?
Flavia Royon: El gasoducto sin dudas es un hito. Es una obra que fue muy desafiante para los argentinos. Realmente va a ser un cambio importante. Porque la construcción y la inauguración del gasoducto es una obra que nadie apostaba que se podía hacer en menos de 24 meses. Y esta gestión la terminó en diez meses. Se firmaron los contratos de inicio en agosto del año pasado, y se pone en marcha el próximo 20 de junio. Sin dudas es una obra que en sí misma es muy importante porque se hizo realmente en tiempo récord. Es una obra que va a posibilitar que el gas de Vaca Muerta vaya hacia el centro y el norte del país y que se pueda desarrollar en la Argentina una nueva industria donde el costo energético va a ser una ventaja competitiva. Es nuestra ruta 40 de la red de gasoductos, es un orgullo para los argentinos.
T.: ¿Qué va a significar esta obra para la gente?
F.R.: Para la gente va a significar que podamos a mediano plazo ir encaminando a la Argentina hacia costos energéticos más competitivos. En una primera etapa va a significar primero orden fiscal. La segmentación tarifaria significó quitar los subsidios para aquel que podía pagar, pero mantenerlos para aquel que no puede pagar y que necesita el acompañamiento del Estado, que no es tan sólo la tarifa social sino también la clase de bajos ingresos y la clase media. Estos subsidios significan para el Estado claramente una erogación importante. Con una matriz energética más competitiva, el Estado primeramente tiene que destinar menos recursos a sostener estos subsidios y eso lleva al orden fiscal, y por supuesto, a encaminar y estabilizar la macroeconomía, porque va a significar un ahorro fiscal muy importante. Y, por supuesto, para el que ya no está acompañado por los subsidios va a significar energía más barata, porque no vamos a necesitar la importación de gas, que lo hace hasta seis veces más caro.
T.: ¿Será el comienzo de aprovechar los beneficios de Vaca Muerta para los argentinos?
F.R.: Vaca Muerta es la segunda reserva de gas no convencional del mundo y está en la Argentina. Y teníamos una limitante de infraestructura para poder aprovecharla porque algo que Argentina tiene son recursos, pero teníamos el desafío de transformar estos recursos en riquezas y que nuestra gente y nuestra industria realmente lo puedan aprovechar. Y esta obra tiene que ver con eso, porque a partir de la construcción de este gasoducto se va a poder dar un salto de producción en Vaca Muerta. Este gasoducto es la primera parte de una red de gasoductos que también involucra la reversión de lo que se llama el gasoducto Norte y una segunda etapa que va a posibilitar que Argentina no vuelva a hacer compras importantes de gas licuado, de GNL, desde otros puntos del mundo. También la segunda etapa va a llevar a la Argentina al autoabastecimiento en más del 95%. Esto es importante, no tan solo porque no vamos a necesitar más importaciones de GNL ni de gas de Bolivia en el norte del país, sino que va a repercutir en que vamos a tener una matriz más robusta. No vamos a depender de los precios o de las crisis internacionales, que fue lo que pasó el año pasado después del conflicto entre Rusia y Ucrania, que los precios de la energía se dispararon y afectó claramente las cuentas de nuestro país.
T.: ¿Cómo va a modificarse la balanza energética?
F.R.: La balanza energética el año pasado fue negativa en US$ 5.000 millones. Fue un impacto muy importante tanto en los precios como las reservas monetarias de Argentina. Las nuevas obras van a posibilitar que podamos exportar gas primeramente a los países vecinos y después al mundo. Y así nuestra balanza energética va a pasar de ser negativa este año a estar en equilibrio y de ahí empieza a ser positiva hasta 2030, en que proyectamos un ingreso de US$ 18.000 millones. El sector energético se va a consolidar como el segundo sector generador de divisas para nuestro país. Argentina necesita también diversificar su matriz exportadora que hoy está más concentrada en el agro. Ahí va a jugar un papel importante el sector energético. Pero claramente para poder pensar en la exportación nosotros teníamos que resolver primero nuestro mercado interno y en este sentido trabajamos con el plan Gas, con el gasoducto Néstor Kirchner y hoy Argentina está firmemente situada en un escenario de prácticamente autoabastecimiento energético. Hoy también estamos hablando del interés que despierta Argentina para la instalación y la ampliación de plantas de fertilizantes. Hoy tenemos muchas importaciones en este sentido, con un sector como el campo que claramente es clave en Argentina.
Con información de Télam