El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) encendió el debate por el destino de la política energética y los desbalances alrededor de la misma. Un estudio privado reveló que los subsidios en materia de Energía se concentran en los usuarios con mayores ingresos.
El documento realizado por el Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC) reveló que si se desagrega la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares, se observa que en 1996 un hogar destinaba el 3,5% de sus ingresos al pago de las facturas de gas y electricidad. En el 2004 pasa a 2,6% y en 2012 el 1,3% del ingreso total de un hogar promedio, menos de la mitad del valor de 1996.
La mayoría de los subsidios se concentran en términos absolutos en los deciles de ingresos más altos. Esto es porque, si bien técnicamente los subsidios se dan de manera plana, es decir casi "para todos igual", los mismos benefician a los que más luz y gas utilizan.
En ese sentido, el documento apuntó: "Y no hay dudas que quienes más usan la energía son aquellos que tienen más infraestructura. Dicho de otro modo, los subsidios no pueden beneficiar relativamente más a quien tiene cuatro televisores y dos aires acondicionados en desmedro de aquellos deciles más bajos de la población".
Por otra parte, el informe detalló que según la prórroga del Presupuesto 2021, los servicios económicos son el segundo componente más grande del gasto público (18,62%) y se destinarán dos billones de pesos. La función “Energía, Combustibles y Minería” representa el 57,33% del total de los servicios económicos con un total de $ 1.15 billones.
Ahora bien, del total anterior, $ 700.636,85 millones, se destinan a "transferencias" (subsidios) a la energía. Esto es, aproximadamente, el 1,7% del PIB.
En ese sentido, el documento señaló: "Las transferencias para mantener los subsidios a la energía son más altas que lo que se destina a políticas de educación, políticas contra el hambre, incluso superiores a programas de empleo o de vivienda".
Energía y FMI
Más allá de la declaración del Fondo, ya en septiembre del 2021, cuando se presentó el malogrado Presupuesto para este año, se preveía una reducción de subsidios la Energía. Desde aquel momento, el Ministerio de Economía aseguró que para el 2021 se realizarían aumentos generalizados del 20%y la tan mentada “segmentación”.
Mientras que, en 2015, las boletas de luz para la categoríaR2, el kWh costaba $ 0,042,a finales del 2019, pasó a costar $ 2,84, es decir, 6600% de aumento. Pero la factura de luz está compuesta también, por el cargo fijo que pasó de $ 16,29 cada dos meses, a $ 74,62 pesos por mes, representando un aumento del 816%.
Si además se añade el IVA (21%), el precio final por bimestre que pagaba un cliente R2 (consumo de 404 kWh) era de $42,36 pesos, representando por $ 16,96 de consumo, $ 16,29 de cargo fijo, $ 6,98 de IVA. En definitiva, mientras que, en el 2015, se pagaba poco más de $ 40 por 400 kWh,a finales del 2019 se pagó $ 1650. "Evidentemente, esto tampoco es una correcta política energética", cerró el documento.