La posibilidad de que durante el verano se registren cortes masivos de energía eléctrica en la región de Capital Federal y el Gran Buenos Aires fueron desestimadas por empresas del sector. Fundamentaron la baja demanda prevista para ese período. "Hasta junio, la demanda de la electricidad de las empresas estaba casi un 6% por debajo de igual mes del año pasado. Las perspectivas son que esos requerimientos no suban, al igual que los consumos residenciales" cuyas tarifas "se verán afectados por la quita de subsidios", expresó una fuente del sector energético privado a la agencia Noticias Argentinas. "Puede haber algún que otro corte puntual, por algunas horas y algunos días, especialmente en diciembre, cuando comienza el calor y la gente no se fue de vacaciones, o a fines e febrero y principios de marzo, cuando se repite el escenario, pero muy lejos de cortes masivos", aseguró la fuente que pidió mantener el anonimato.
La lógica preocupación por cortes masivos de electricidad surgió luego de que, a comienzos de julio, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) alertara sobre esta posibilidad a las autoridades del sector. El informe técnico de Cammesa fue realizado a fines de junio y advirtió que hay un 19% de probabilidades de que no se pueda abastecer la demanda de energía en el pico de consumo de verano, entre la última semana de febrero y los primeros días de marzo, cuando comienzan las clases y ya están todas las oficinas públicas funcionando.
La explicación de las empresas
Sin embargo, desde el sector empresario consideraron que, con una inflación menor al 4% como la que podría registrarse en julio, "el Gobierno tendrá lugar para ir aumentando las tarifas eléctricas" por lo que la gente ira racionalizando el consumo. El aumento de tarifas de las distribuidoras eléctricas fue en febrero y para las de gas, en abril, mientras que la quita de los subsidios comenzó a aplicarse tomó recién en junio.
"Todavía existe un amplio margen para la suba", sin afectar en demasía el índice de inflación, dijeron las fuentes. Como muestra de esta relación, el analista económico Damián Di Pace advirtió que la suba de precios en los servicios públicos y las tarifas de energía se reflejan en una fuerte caída del consumo de otros bienes.
En los últimos meses "aumentaron fuerte la medicina prepaga, los seguros y colegios privados; y ahora viene la corrección de servicios públicos", dijo Di Pace en declaraciones radiales. "Esto se transparenta en dos indicadores fuertes, como es el de la carne, que bajó un 15,1% la venta minorista de julio, y los elementos de cuidado personal que cayeron un 6%".
Con información de Noticias Argentinas